Lejos de ser marginado, Mohammed habló con casi todos y sacó el lado efusivo de Putin
Era una de las preguntas que rondaba la cabeza de muchos antes del inicio de la Cumbre del G-20 en Costa Salguero: ¿cómo sería recibido por sus pares el príncipe saudita Mohammed ben Salman ?
El interrogante no es antojadizo. El heredero del reino que más petróleo exporta en el mundo llegó al país envuelto en controversia. Se lo señala por la supuesta participación en el asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi en la embajada saudita de Estambul y por crímenes de guerra cometidos en Yemen. Incluso Human Rights Watch lo denunció ante la Justicia argentina por estos hechos antes del inicio de la cumbre.
Los pronósticos para las reuniones bilaterales tampoco resultaban alentadores. Se auguraba que Mohammed solo conversaría con otros autócratas, y que los líderes de Occidente lo dejarían de lado. Finalmente, la política pudo más que la indignación.
El comienzo de la cumbre pronosticaba una jornada difícil. Luego de un correcto recibimiento por parte de Mauricio Macri , el príncipe fue ubicado en el extremo derecho de la tarima para la "foto de familia" que se tomaron los mandatarios durante la inauguración del evento. Parecía una escenificación del destierro político: de pie junto al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, Mohammed parecía caerse del cuadro. Se fue inmediatamente cuando se apagaron los flashes, mientras los demás líderes charlaban entre sí.
Poco después, tuvo lugar un incómodo intercambio con Emmanuel Macron .
El presidente francés, que dijo en una conferencia con Mauricio Macri que las acusaciones que pesan sobre el príncipe podrían abordarse durante la cumbre, se veía tenso durante la charla, que quedó registrada por las cámaras.
"No se preocupe", le dijo el saudita. "Sí me preocupo. Estoy preocupado", le espetó Macron.
"Nunca escuchas lo que digo", se le oye decir en el video al presidente francés.
Según el Palacio del Elíseo, los líderes discutieron sobre los precios del petróleo y la necesidad de que expertos internacionales participen de la investigación por el asesinato de Khashoggi.
Saludo
La suerte del príncipe comenzó a encaminarse poco después, cuando se cruzó con Vladimir Putin . Quienes estuvieron allí pudieron presenciar una versión casi desconocida del presidente ruso, que cambió su característica expresión adusta por una ancha sonrisa y hasta "chocó los cinco" con Mohammed. Fue uno de los momentos más viralizados de la cumbre.
Putin, que todavía no ha hecho comentarios respecto de las acusaciones que pesan sobre el saudita, comparte algunas características con el árabe: él también es señalado por abusos cometidos contra periodistas en Rusia, el segundo mayor exportador de crudo.
En el ámbito de los hidrocarburos, se descarta que las conversaciones entre ambos en el G-20 definirán la agenda de la reunión que los integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) realizarán el 6 de diciembre próximo en la sede de Viena.
New video of #MBS and #Macronpic.twitter.com/QaupGdEiGF&— Bendar Amri (@Bandr14Ksa) 30 de noviembre de 2018
Más tarde, Mohammed saludó personalmente a Donald Trump y su hija Ivanka . La posibilidad de una reunión oficial entre ambos durante la cumbre se esfumó a medida que crecía la indignación internacional por la causa Khashoggi, pero el presidente norteamericano igualmente no le soltó la mano. Tiene 450.000 millones de razones para no hacerlo, el número de dólares que habría comprometido el reino árabe a los Estados Unidos para inversiones y compra de armamento.
"No discutimos nada", dijo Trump más tarde, cuando la prensa le pregunto de qué había hablado con el príncipe saudita.
No fueron los únicos líderes que conversaron con el príncipe. Por la mañana, antes de la cumbre, recibió en la embajada a Narendra Modi, primer ministro de la India. Ya en la tarde porteña, estrechó manos con el chino Xi Jinping , el saliente presidente mexicano Enrique Peña Nieto , el surcoreano Moon Jae-In y el vicepresidente indonesio, Jusuf Kalla. Además, se reunión con la primera ministra de Gran Bretaña, Theresa May .
La premier le dijo al príncipe heredero saudita que tome medidas para impedir futuros incidentes como el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudita en Estambul, el mes pasado, informó su despacho.
"La primera ministra remarcó la importancia de asegurar que los responsables por el asesinato de Khashoggi afronten las consecuencias, y que Arabia Saudita tome medidas para generar confianza de que un incidente tan deplorable como ese no se repita", sostuvo la oficina de May respecto de la reunión entre ambos en Buenos Aires.
Más allá de las investigaciones y de los retos de otros líderes, Mohammed tiene razones para celebrar. Por ahora, los discursos airados y la corrección política no alcanzan para afectar la posición de Arabia Saudita entre las 20 naciones más poderosas del planeta.
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