“Desgaste innecesario” y lectura “sesgada y simplista”: la oportunidad que perdió Lula por su respaldo a Maduro
Los expertos defienden la vía diplomática, pero creen que Brasilia dejó pasar la chance de ejercer el rol de mediador en la crisis
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RÍO DE JANEIRO.- Al recibir en Brasilia la visita oficial de Nicolás Maduro, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva le imprimió un nuevo giro en la política exterior brasileña, optando por rehabilitar al líder venezolano después de los infructuosos intentos de los gobiernos de Michel Temer y Jair Bolsonaro para aislar al país vecino. Sin embargo, los especialistas entrevistados por O Globo señalan que el mandatario brasileño pudo haber equivocado el tono de su mensaje, que transmitió una imagen benevolente del gobierno y de la situación en Venezuela, que adolece de falta de elecciones libres, problemas económicos y una diáspora de millones de venezolanos en todo el mundo.
Para los analistas, Lula repitió la actitud que ya había adoptado cuando criticó a Europa y Estados Unidos por su rol en la guerra de Ucrania: tratando de mostrarse imparcial y conciliador, el presidente brasileño los responsabilizó por el alargamiento del conflicto, comentarios que generaron reacciones de la Casa Blanca y el bloque europeo.
Esta vez, según los analistas, el problema serían las fuertes críticas de Lula a Estados Unidos por el embargo económico a Venezuela, cuando afirmó que las sanciones económicas son “peores que una guerra”, y calificó de “relato” las acusaciones de que Venezuela no vive bajo un régimen democrático.
Para Juanita Goebertus, directora para las Américas de Human Rights Watch, con estas declaraciones Lula “lamentablemente perdió la oportunidad de desempeñar un rol de mediador en la crisis venezolana”.
“Todos los esfuerzos diplomáticos para defender el Estado de derecho, los derechos humanos, y para restablecer las relaciones bilaterales son bienvenidos. Pero en ningún escenario las violaciones a los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad cometidos por Maduro y documentados por la misión investigadora de la ONU son relatos construidos, sino una realidad”, apunta Goebertus. “Negar esa realidad de Venezuela es casi lo mismo que condonar estos crímenes”.
Durante el encuentro bilateral, Lula también afirmó que le cuesta “concebir” que Brasil lleva tantos años sin diálogo con Venezuela y que le parecía “la cosa más absurda del mundo” el no reconocimiento de Maduro como presidente por parte de los “defensores de la democracia”. Se refería al líder opositor Juan Guaidó, quien fue reconocido como presidente encargado por Estados Unidos y otros 50 países, incluido Brasil, durante el gobierno de Bolsonaro. Pero tras un fallido intento de sacar a toda costa a Maduro del poder, Guaidó terminó perdiendo legitimidad, tanto dentro como fuera de Venezuela.
Lula también afirmó que sigue habiendo “mucho prejuicio contra Venezuela” y calificó de “relato” la acusación de que el país vive una dictadura.
“Lula tiene razón cuando dice que hay mucho prejuicio contra Venezuela. Pero también debería admitir que hay muchas verdades incómodas, como las graves violaciones de los derechos humanos, el fraude electoral y el creciente autoritarismo, por nombrar solo algunas”, dice Daniel Zovatto, del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral. “Lula pasa por alto completamente el tema de las violaciones de los derechos humanos y la investigación que actualmente lleva a cabo la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad”.
La periodista venezolana Luz Mely Reyes cree que, con el tono de su discurso, Lula “le hizo un flaco favor a la democracia en el continente”.
“En un país como Brasil, donde todos se unieron para tratar de salvar la democracia frente al auge del populismo, me pregunto cómo Lula puede respaldar a un gobierno que da tantas señales de violaciones a los derechos humanos”, dice Reyes.
“Desgaste innecesario”
De pie junto a Maduro en una declaración conjunta frente a la prensa, Lula también criticó duramente a Estados Unidos por su embargo económico al país vecino. “Maduro no tiene dólares para pagar sus importaciones. ¿Es su culpa? No. La culpa es de Estados Unidos y su desmesurado bloqueo comercial”, afirmó el mandatario brasilero.
Para Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getúlio Vargas, decir que las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela son la principal y única razón de la crisis económica del país es una lectura “sesgada y simplista”.
“Básicamente está repitiendo el relato oficial, que es claramente falso, ya que las sanciones comenzaron en 2016, cuando Venezuela ya se encontraba en una situación económica muy complicada”, dice Stuenkel.
Tiziano Breda, especialista en América Latina del Instituto Internacional Affari, también resalta el problema de retórica del presidente brasileño, el mismo error que cometió en relación a la guerra en Ucrania.
“En este caso, Lula tuvo el mismo problema que con el tema de Ucrania. No es que no entienda el problema o que le falten buenas intenciones al tratar de impulsar la vía diplomática, sino que su retórica a veces expresa una posición más cercana a una de las partes, en vez de la neutralidad que él busca transmitir”, dice Breda. “No es tanto un problema de fondo como de modo de comunicar”.
Sin embargo, los analistas coinciden en que intentar aislar a Maduro fue un error estratégico, y aplauden el intento de Lula de tratar de resolver la crisis a través de la diplomacia. Maduro no visitaba Brasil desde 2015, cuando participó de la segunda asunción de la expresidenta Dilma Rousseff, destituida al año siguiente.
Maduro no podía poner pie en Brasil desde agosto de 2019, cuando un decreto del entonces presidente Bolsonaro prohibió el ingreso al país del mandatario y otras autoridades venezolanas. La estrategia de aislar a Maduro, sin embargo, no fue efectiva para resolver la crisis del país.
“El enfoque diplomático y la invitación de Lula fueron acertados, ya que mantener aislado a Maduro resultó ser mucho más perjudicial. Lula representa a una izquierda más moderada y sensata, y tiene mucha influencia sobre Maduro”, dice David Smilde, experto en temas venezolanos de la Universidad de Tulane, Nueva Orleans. “Pero en realidad su discurso no fue ni tan duro ni tan fuerte como a muchos les habría gustado. Por eso no creo que sea un buen mediador, porque no genera confianza, aunque puede influir como un aliado moderado capaz de aconsejar a Maduro”.
Para Stuenkel, en materia de política exterior Lula se expone a un desgaste innecesario.
“Llevo años estudiando los problemas que tiene Brasil en su frontera con Venezuela, y puede decir que no tener una relación diplomática funcional con Venezuela nos ha traído problemas”, dice Stuenkel. “Para monitorear lo que pasa entre ambos países es fundamental tener una embajada. Este paso pragmático no significa que Brasil se esté alineado ideológicamente con Venezuela. Pero la forma en que se dio, con una postura publica tan pro-Maduro, fue un desgaste innecesario”.
Goebertus coincide. “Brasil ocupa un lugar de liderazgo regional muy importante y tiene todos los elementos para desempeñar un papel negociador. Por eso son tan lamentables sus declaraciones.”
Marina Gonçalves
Traducción de Jaime Arrambide
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