“Amén, Francisco responde”: Le entregaron al Papa un pañuelo verde y dijo que a una mujer que aborta no se la puede dejar sola
Aunque volvió a condenar el aborto sin medias tintas, el Papa reiteró la importancia de una actitud misericordiosa en un documental que se estrena hoy en Star+ en el que conversa de varios temas sensibles con jóvenes
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ROMA.- Le preguntan si conoce Tinder –“no”–, si tiene teléfono celular –“no”– y sobre temas antes tabú en la Iglesia Católica, que van desde el sexo, los abusos, la pérdida de la fe, la identidad de género, el maltrato a personas del colectivo LGBT+, hasta el aborto. Una joven argentina, de Santiago del Estero, católica, abortista y feminista, hasta le entrega “con mucho amor y respeto”, un pañuelo verde: una imagen que probablemente le chocará a los sectores celestes de la Argentina. “Te lo agradezco”, le dice el papa Francisco.
Todo esto puede verse en Amén, Francisco responde, documental que se estrenó este miércoles por Star+, en el que el Pontífice accede a un mano a mano de más de una hora con un grupo de 10 jóvenes de entre 20 y 25 años, procedentes de diversos países y con vivencias distintas. Comparten la charla con el líder máximo de la Iglesia católica una ex monja peruana, alguien “no binario”, un migrante, una víctima de abusos, una joven que se dedica al porno en internet y una chica católica antiabortista. El Papa, que al final dice “aprendí mucho de ustedes”, nunca se escandaliza, sino que demuestra su alma de pastor y su capacidad de escucha y apertura, más allá de todo.
Filmado fuera del Vaticano, en un espacio del barrio alternativo romano de Pigneto en junio pasado, el especial fue realizado por el periodista catalán Jordi Évole –que entrevistó en el pasado al Papa–, junto a Marius Sánchez. En una entrevista con LA NACION, contaron que Francisco vio el documental a principios de noviembre y que no censuró nada. “Fue increíble que el Papa no tocase absolutamente nada, creo que a cualquier líder mundial que le dieses la oportunidad de retocar una entrevista que tiene que verse en todo el mundo, retocaría, y en este caso el Papa fue muy generoso y ha tenido un voto de confianza hacia nosotros desde el minuto uno de este proyecto”, dijeron.
Durante el especial, cuando la joven argentina le regala el pañuelo verde al Papa –algo que podría interpretarse como una rendición–, le cuenta, emocionada, que para ella fue un “tránsito muy duro” descubrirse católica y abortista a la vez. Y Francisco, que siempre condenó sin medias tintas el aborto –cuya legalización en la Argentina significó para él un golpe muy duro–, subraya, como hizo en otras oportunidades, la necesidad, de todos modos, de una actitud de misericordia y acompañamiento hacia las mujeres que se ven obligadas a recurrir a esta práctica.
“Vos acentuaste mucho la comprensión a la mujer que aborta. En ese aspecto a los curas siempre les digo que cuando se acerca una persona en esa situación, con cargo de conciencia porque es dura la huella que deja un aborto en la mujer: ‘Por favor, no pregunten mucho y sean misericordiosos’, como es Jesús, que recibe a todos después. Uno, por más pecador que sea, por más que lo deje todo el mundo, el Señor no lo deja nunca”, recuerda. “Pero el problema del aborto hay que verlo científicamente y con cierta frialdad, cualquier libro de embriología nos enseña que al mes de la concepción ya está delineado el ADN y están dibujados, entre comillas, todos los órganos. Por lo tanto, no es un montón de células que se juntaron, sino que es una vida humana sistemada. O sea, la pregunta que hay que hacerse cuando se habla de la moralidad: ¿es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? O, si yo recurro a un médico: ¿es lícito alquilar a un sicario para que elimine una vida humana para resolver un problema?. Evidentemente que hay situaciones afectivas que te rodean todo y te hacen por ahí psicológicamente invivible llevar adelante el embarazo”, agrega.
Acto seguido, la chica argentina repregunta: “claro, pero existen realidades, existe el aborto, yo creo que cuando la mujer toma esa decisión, no es que la toma a la ligera y dice ‘bueno, vamos a abortar, no pasa nada, soluciono un problema’. ¡No! Lo hace con conciencia, está en diálogo con Dios. ¿Qué hacemos con estas mujeres nosotras, en la Iglesia, como institución. ¿Qué hacemos? ¿Las dejamos de lado y las marginamos y les decimos ‘no, son unas asesinas’? ¿O las acompañamos y las tenemos con nosotras y las acompañamos a decidir, apoyarlas, si es la decisión que toman, sea un aborto o no?”.
El Papa mueve la cabeza como diciendo que no y escucha, serio. Intervienen luego en el debate otras jóvenes, una antiabortista y otra, ex monja, que incluso le cuestiona a Francisco esa comparación del aborto con contratar a un sicario, que tilda de “un poco simplista”.
Después Francisco vuelve a hablar. Y deja en claro la importancia de la misericordia: “a una mujer que aborta no se la puede dejar sola, hay que acompañarla: tomó esa decisión, abortó, entonces no hay que mandarla al infierno de golpe, aislarla... Hay que acompañarla. Pero conviene llamar a las cosas por su nombre: una cosa es acompañar a la persona que hizo esto y otra cosa es justificar el acto”, advierte.
El Papa, que no se escandaliza en ningún momento del diálogo con los jóvenes, sin filtro y sin tapujos, incluso cuando hablan de masturbación y pornografía online, en el documental, como ya hizo en otras oportunidades, destaca la bondad del sexo. Y, en una declaración más que trascendental, admite que “está en pañales” una discusión, evidentemente necesaria, sobre moral sexual en la Iglesia católica. Preguntado, por otro lado, por esos sacerdotes que maltratan a personas LGBT+, sin pelos en la lengua, no duda en tacharlos de “infiltrados”.
Évole, que se mostró muy satisfecho por el resultado de Amén, Francisco responde, ante una pregunta sobre qué fue lo que más lo impactó de las declaraciones del Papa, no tuvo dudas: “Quizás pasa desapercibido, pero el Papa acaba haciendo una alabanza al sexo. No lo coloca en el lugar del pecado, de lo prohibido, donde muchas veces el sexo ha estado en el mundo de la Iglesia. Iincluso dice una frase algo así como que no se había hecho especialmente bien la catequesis del sexo en la Iglesia. Me parece muy valiente la respuesta y creo que puede que mucha gente le agradezca, católicos que han vivido el sexo con una cierta conflictividad o por cómo se le ha vendido el cura de su pueblo y en cambio el Papa hace ahí una apertura muy interesante”.
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