Las últimas horas Lady Di: un cambio de planes en París, un anillo “extraordinario” y un final trágico que conmovió al mundo
A 25 años del choque en el Puente del Alma que terminó con la vida de la princesa y su pareja, un repaso por la noche que comenzó con una cita romántica y concluyó con paseo maldito
- 10 minutos de lectura'
PARÍS.- Una cena elegante en el Ritz de París. Un viaje después de la medianoche paseando por los tesoros iluminados de la ciudad. Y luego, la tragedia. La historia de la muerte de la princesa Diana a los 36 años en ese catastrófico accidente en un túnel de París continúa impactando, incluso después de un cuarto de siglo.
Veinticinco años después, The Associated Press retoma este relato de las últimas horas de Diana en la capital francesa, publicado el 5 de septiembre de 1997, pocos días después del accidente del 31 de agosto.
22 horas
La velada comienza para Diana y Dodi Fayed con una cena en el salón de la Suite Imperial del Ritz. Es la mejor suite del hotel, y no es de extrañar: el hotel es propiedad del padre de Fayed, Mohamed Al-Fayed.
La comida proviene del restaurante de dos estrellas del hotel, Espadon, que significa pez espada. Diana pidió un aperitivo de champiñones y espárragos, y luego lenguado; para Dodi, rodaballo.
Dodi pudo haber llevado una sorpresa en su bolsillo: los informes periodísticos citan a un joyero de París diciendo que le había vendido un anillo de diamantes “extraordinario” por 205.000 dólares, y es en el Ritz donde Dodi pudo habérselo dado a Diana.
¿Un anillo de compromiso? Nadie lo sabrá nunca con certeza.
Pero el día había sido tenso. La pareja había tenido problemas con los paparazzi desde su llegada a París a media tarde. Primero, siguieron a Diana y Dodi desde el aeropuerto de Le Bourget en las afueras de París, camino a Villa Windsor, una mansión que una vez albergó al duque y la duquesa de Windsor y que el padre de Dodi compró y renovó. Su conductor logró evitar a los fotógrafos.
Luego, un intento de tener una cena a las 21.30 en el elegante bistró parisino Chez Benoit fracasó, cuando los paparazzi volvieron a seguirlos. Diana y Dodi decidieron entonces cenar en el Ritz, donde hay mejor seguridad.
El video del hotel muestra a los autos que regresan al Ritz. Los flashes se disparan cuando Diana pasa por una puerta giratoria, con los ojos bajos y angustiada.
Caminan por la alfombra azul del Ritz bordeada de oro hacia el restaurante. Diez minutos después, caminan de regreso por el pasillo -”debido a la atención en el restaurante”, dijo Paul Handley-Greaves, jefe del equipo de seguridad de Al Fayed, más tarde en Londres- y suben una escalera de caracol a la Suite Imperial.
En el interior, el lujoso hotel, con columnas de mármol de color óxido y pisos cubiertos con alfombras persas, es tranquilo y pacífico. Pero fuera de la entrada, en la elegante Place Vendome, los paparazzi se reunieron nuevamente.
22.08
Henri Paul, el segundo de seguridad del Ritz, llega al hotel tras haber sido llamado a su celular a las 22. Estaciona su propio automóvil afuera, conversa con algunas personas y le da la mano a un amigo, al gerente del turno de noche y al conserje. Sus relatos, dice Handley-Greaves, “son que estaba sobrio, no olía a alcohol, su paso era firme”.
Paul pasa las próximas dos horas en el área del lobby. En un momento, entra en el bar del hotel y se sienta con otras dos personas de seguridad en una mesa en el borde del área del bar. No hay cámara de seguridad en el bar, pero tanto Handley-Greaves como Michael Cole, un vocero de la familia Al-Fayed, dijeron que las entrevistas con el personal del hotel no mostraron evidencia de que Paul estuviera bebiendo.
00.07
Después de la cena, cuando salen de la Suite Imperial, Diana y Fayed se detienen para hablar sobre los paparazzi “y la preocupación que tenía la princesa de que algo sucediera”, dice Handley-Greaves. “Ese mismo día”, dijo en una conferencia de prensa en Londres, “ella había expresado su preocupación al guardaespaldas Trevor Rees-Jones por la temeridad de los motociclistas, no por la seguridad del vehículo en el que viajaba. Expresó su preocupación porque la manera errática en la que conducían podría resultar en que uno de ellos cayera bajo las ruedas del auto principal o del respaldo”.
Diana y Fayed se dirigen a un apartamento que posee en los Campos Elíseos, cerca del Arco del Triunfo. Sabiendo que los paparazzi están afuera, decidieron usar dos vehículos de señuelo: un Range Rover y un Mercedes. Colocan el Range Rover fuera de la entrada principal del Ritz, con el conductor habitual de Fayed al volante.
Necesitan un tercer auto, por lo que se pone en servicio un Mercedes alquilado. El automóvil negro azabache, alquilado de la compañía de limusinas Etoile, es conocido por su conducción suave como la seda, pero debido a su peso, no es el mejor auto para entrar y salir del tráfico. “Este no es el tipo de automóvil en el que haces slalom”, dice Jean-Pierre Bretton, un conductor de limusina que a menudo recoge clientes adinerados en el Ritz.
Diana y Dodi también necesitan un conductor, y es por eso que llamaron a Paul. Se informa que Paul, de 41 años, nativo de la región francesa de Bretaña, recibió capacitación especial en Alemania para conducir el Mercedes blindado. La policía dice que él no tenía la licencia especial para conducir el automóvil; la familia Al-Fayed lo niega.
Los fiscales de París dicen que los análisis de sangre de la autopsia mostraron que Paul estaba legalmente borracho, y fuentes judiciales, que hablaron bajo condición de anonimato, situaron el nivel de alcohol en la sangre por lo menos en más de tres veces el límite legal.
A pesar de los informes de que Paul era un gran bebedor, al menos dos cantineros que lo conocían le dijeron a la agencia AP que nunca vieron signos de eso.
00.19
Dodi y Diana se paran en un área junto a la entrada trasera del hotel, cerca de los oficiales de seguridad que preparan su salida. Un video de la cámara de seguridad del Hotel Ritz muestra a Dodi deslizando su brazo protectoramente alrededor de la cintura de Diana.
00.20
La pareja sale del Ritz por la puerta trasera y sube al Mercedes. Diana está vestida con un top negro, una chaqueta negra y pantalones blancos con cinturón. Su cabello está cuidadosamente peinado y usa lápiz labial rojo. Dodi se ve más informal con una chaqueta color canela y una camisa gris larga, abierta en el cuello y colgando holgadamente sobre unos jeans lavados.
El video del hotel no muestra a los paparazzi afuera de la entrada trasera, pero el engaño claramente no funcionó.
Con los paparazzi persiguiéndolos, el Mercedes viaja por la Rue Cambon y gira a la derecha en la Rue de Rivoli, rodeada de columnas y llena de boutiques, con los Jardines de las Tullerías a la izquierda. Al llegar a la Place de la Concorde, gira a la izquierda pasando el obelisco, lo que permite una vista de los Campos Elíseos y el Arco del Triunfo a la derecha mientras se dirige a la orilla del Sena.
Aquí, dicen algunos fotógrafos, Paul ya conduce peligrosamente. Jacques Langevin dice que sus compañeros fotógrafos le dijeron que en la Plaza de la Concordia, cuando se detuvieron en un semáforo en rojo, el Mercedes despegó con un rugido antes de que el semáforo se pusiera en verde.
Ya, dijo el fotógrafo al diario Liberation, “el Mercedes se balanceaba peligrosamente y el conductor no parecía tener el control”.
Ni Diana ni Fayed usan cinturones de seguridad; solo el guardaespaldas Rees-Jones, sentado en el asiento del pasajero delantero, lleva uno.
El Mercedes se dirige ahora a lo largo del río, por el Cours de la Reine, luego por el Cours Albert 1, donde se encuentra el acceso al túnel.
Alrededor de las 00.25
El Mercedes ingresa al túnel de 200 metros de largo, probablemente para evitar el tráfico en la concurrida Place de l’Alma. El túnel está brillantemente iluminado, las luces de neón se reflejan en las paredes de azulejos blancos.
El ingreso es peligrosa a alta velocidad. El camino se desvía ligeramente a la derecha, luego a la izquierda; luego hay un giro drástico. El límite de velocidad es de 50 kilómetros por hora.
¿Qué tan rápido lo toma Paul? Oficiales de policía, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron que el velocímetro del auto fue encontrado congelado a 196 kilómetros por hora. Lo llaman un indicador casi seguro de su velocidad en el momento del impacto, pero la familia Al-Fayed lo niega, diciendo que el velocímetro estaba atascado en cero. Un experto de Mercedes dice que el velocímetro se mueve automáticamente a 0 o a la velocidad máxima cuando se corta la energía.
Los testigos también describieron que el automóvil superó las 145 km/h, quizás cerca de las 193 km/h.
Además, la policía dice que el automóvil, equipado con frenos antibloqueo, dejó 16 metros de marcas de derrape, otra indicación de alta velocidad.
No está claro cuántos paparazzi siguen al auto y a qué distancia. Un abogado de Fayed dice que un “cortejo” de paparazzi estaba “acechando” al auto. Pero un fotógrafo, Lazlo Veres, dice que estaban al menos 550 metros por detrás.
Segundos después de que el automóvil ingresa al túnel en el carril izquierdo hacia el oeste, se sale de control, golpea el decimotercer pilar de concreto que divide el túnel, vuelca y rebota contra la pared derecha. Luego gira. Cuando el automóvil se detiene, queda hacia el este, la dirección de donde vino.
El cuerpo del conductor está desplomado sobre la bocina. El impacto es tan grande que, según los informes, partes del radiador se encuentran incrustadas en su cuerpo. Fayed, detrás de él en el lado izquierdo del automóvil, también muere de inmediato.
Jack y Robin Firestone, turistas de Long Island en Nueva York, caminan cerca del túnel cuando escuchan un ruido espantoso. Entran corriendo. En las entrevistas, ellos también describen a los fotógrafos “acechando” en los restos del choque. Sin embargo, un médico que dice que estaba conduciendo a través del túnel en la otra dirección justo después del accidente, y que llegó antes que los rescatistas, dice que los fotógrafos no lo obstaculizaron.
El doctor Frederic Mailliez dice que Diana “estaba inconsciente, gemía y gesticulaba en todas direcciones” mientras luchaba por respirar. “Había 10 o 15 fotógrafos alrededor y tomaban fotos sin parar, pero no puedo decir que entorpecieran mi trabajo”, dice.
00.27
Los bomberos reciben la primera llamada de ayuda.
Alrededor de las 00.40
Llegan policías y bomberos. Diana y el guardaespaldas Rees-Jones siguen vivos. El auto es una masa arrugada de metal y cristal.
La policía arresta a seis fotógrafos y un motociclista, confiscando sus rollos y teléfonos celulares.
Los rescatistas deben cortar el techo del automóvil para sacar a las víctimas. Finalmente extraen a Diana por la espalda. Mientras tanto, los médicos de emergencia intentan tratarla en el lugar.
2.00
Diana sangra abundantemente por el pecho cuando llega al Hospital La Pitié Salpêtrière, junto con el guardaespaldas. Rápidamente sufre un paro cardíaco.
Los médicos cierran una herida en la vena pulmonar izquierda y luego tratan de revivirla con dos horas de masaje en el pecho, primero externamente y luego directamente al corazón. Falla.
4.00
Diana es declarada muerta.
6.00
“La muerte de la Princesa de Gales”, dice el embajador británico Michael Jay, con médicos en una conferencia de prensa en un hospital, “nos llena a todos de conmoción y profundo dolor”.
Por Jocelyn Noveck
Agencia AP
Temas
Otras noticias de Lady Diana Spencer
"La Princesa venía siempre". Así es la antigua casa de la familia de Lady Di que se vendió por más de €12 millones
Príncipe William. Quiénes son las tres ladies que lo acompañaron en una gala en el Museo Británico
Los amores de Eric Clapton. Del triángulo amoroso que lo marcó a la atracción por Lady Di y la argentina que lo conquistó
Más leídas de El Mundo
Nueva fase. El juego político en las potencias mundiales que explica la última escalada en la guerra de Ucrania
Tensión en Ucrania. EE.UU. y países europeos cierran sus embajadas en Kiev ante el riesgo de un “ataque aéreo significativo” de Rusia
Derrumbe. Es uno de los hombres más ricos del mundo y perdió 12.500 millones de dólares en un día por una trama de sobornos
Adelanto de sus memorias. Angela Merkel reveló el consejo que le dio el papa Francisco para lidiar con Trump