Las últimas horas de la Madre Teresa
CALCUTA.- La ciudad amaneció inundada. El cielo estaba encapotado, gris, y en las calles se percibía una calma poco habitual. Algunos oficinistas, con los pantalones arremangados y abrazados a sus maletines, se animaron en las aguas oscuras del centro, y muchas familias humildes caminaban, con sus únicas posesiones sobre la cabeza, en busca de un lugar seco para dormir. En las principales avenidas, aprovechando la escasez de tránsito, los niños juegan al cricquet, y cabras y vacas pasean más a gusto que de costumbre.
El habitual ajetreo de la ciudad se concentra en un solo punto, frente al número 54 de la avenida Chandra Bose. Allí, miles de personas pugnan bajo la lluvia monzónica por despedirse de la mujer que dedicó su vida a los pobres y sirvió como ejemplo de humildad y abnegación a millones. Allí, la noche anterior, la policía había tenido que intervenir para que las monjas de la orden pudieran pasar a través de la acongojada multitud y llegar hasta la puerta del convento. Allí, pocas horas antes, había fallecido la Madre Teresa de Calcuta.
La última jornada El de anteayer fue un día que comenzó con la simpleza de cualquier otra jornada en la vida de la Madre Teresa. Con los albores, la misionera de 87 años se levantó y rezó un rosario en su habitación. Luego, recibió la habitual visita del doctor Alfred Woodward que, desde febrero, la veía todas las mañanas para controlar su estado de salud y ayudarla en sus ejercicios de rehabilitación.
Más tarde, la Madre recibió la comunión en su claustro y desayunó junto a las hermanas. Las religiosas que compartieron sus últimas horas dicen que se veía muy alegre y en paz.
Al terminar de rezar el rosario vespertino sintió dolor en la espalda y pidió ser llevada a la cama. A su lado estaban algunas de las monjas más antiguas en la Congregación, aquellas que comenzaron a trabajar con ella hace cincuenta años recogiendo a moribundos de las calles. Woodward iba en camino.
La hermana Candelaria, originaria del Perú, estuvo entre las cinco monjas que acompañaron a la Madre Teresa en sus últimos momentos. "Cuando comenzó a decir, angustiada, que se ahogaba y que no podía respirar, se cortó la luz. Desesperadamente buscamos en la oscuridad las velas y el tubo de oxígeno -relata la hermana Candelaria-. Minutos después volvió la luz. La Madre seguía sin poder respirar, pero estaba en paz. Entonces, se despidió de nosotras, nos pidió que no llorásemos mucho y que nos alegrásemos porque en poco tiempo ella iba a estar junto a Jesús".
Los esfuerzos de Woodward fueron en vano. A las nueve y media de la noche, la Madre Teresa murió.
El día después
En poco tiempo, la noticia recorrió el mundo. En Calcuta son pocas las personas que se atreven a recorrer las calles de noche. Sin embargo, al recibir la información, la gente se fue congregando espontáneamente frente a la Casa Madre, sede central de las Misioneras de la Caridad y hogar de su fundadora. Políticos, vendedores, músicos, changadores, tiradores de "rickshaws", mendigos; todos esperaban para dar el último adiós a la religiosa.
Aquellos que trabajan para la Madre Teresa saben que sólo necesitan mencionar su nombre para encontrar abiertas las puertas de hospitales e instituciones públicas en Calcuta. Los bengalíes sienten una profunda admiración y respeto por ella.
"Fue una santa en vida -afirma J. D. Gupta, un comerciante hindú que desde temprano se encontraba frente a la Casa Madre con una foto de la misionera en los brazos-. Su humildad, amor por Dios y por los pobres la coloca en lo más alto de nuestra cultura junto a Rabindranah Tagore y Mahatma Gandhi."
El hermano P. J. Das pertenece desde hace veinte años a los Misioneros de la Caridad. El se enteró de la muerte a las doce de la noche y se dirigió raudamente a la Casa Madre. Al entrar, encontró a algunas monjas llorando en el patio y a otras rezando en la capilla junto al cuerpo de la Madre. "Hasta que no la vi, no lo pude creer -dice notablemente conmovido-. Siempre supimos que llegaría este momento, pero era imposible estar preparado. Nos duele mucho su desaparición, la extrañaremos como a una madre".
El hermano Peter fue otro de los primeros en llegar. "Después de cincuenta años viviendo junto a los enfermos, en condiciones precarias y padeciendo importantes problemas de salud, la Madre Teresa tiene más que merecido este descanso que finalmente Dios le ha dado -afirma el joven religioso-. Debemos agradecer que ha pasado a mejor vida en el seno de esta congregación que era su obra y su familia, rodeada del amor de las hermanas y los colaboradores".
Por la mañana, especialistas de Bombay trabajaron para lograr que el cuerpo de la Madre se preserve durante los próximos días. A la una concluyeron la labor y las monjas lo condujeron a la capilla. Allí, cinco sacerdotes celebraron la primera misa en honor de la Madre Teresa.
En la entrada de la capilla, las hermanas escribieron en una pizarra: "La Madre retornó al hogar, junto a Jesús". El cuerpo de la religiosa fue colocado junto al altar. A su lado se encontraba arrodillada la hermana Nirmala, nueva superiora de la Orden.
La despedida y el dolor
Hace tres semanas, la ciudad se vistió de gala para celebrar el cincuenta aniversario de la independencia. La fotos de Mahatma, Indira y Rajiv Gandhi empapelaban los negocios y las calles junto a banderas y escarapelas tricolores.
Pocos días después, la Madre festejó sus 87 años. Las novicias bailaron y cantaron en el patio de la Casa Madre y la misa se dio en su honor.
Hoy Calcuta está de luto. Musulmanes, hindúes, cristianos y sikhs han colocado la imagen de la Madre en altares improvisados frente a sus hogares. En este momento, tanto leprosos, mendigos y familias sin hogar, como políticos de Nueva Delhi, diplomáticos y estrellas de cine de Bombay, visitan la iglesia de Santo Tomás para manifestar su respeto y admiración por esta mujer de pocas palabras y muchas acciones.
El dolor por la muerte de la Madre Teresa trasciende las fronteras de la religión y la ideología política, de las clases y las castas. Esto es consecuencia de uno de los mayores logros de la misionera: con una biblia, un hábito y un par de sandalias como únicas posesiones materiales fue capaz de romper las barreras de la ignorancia, la intolerancia y la falta de solidaridad y logró unir a los más diversos sectores de la sociedad en la acción hacia lo más pobres.
Apóstol de los pobres
Joseph era profesor de inglés en la Universidad de Calcuta. Una deuda y un accidente lo dejaron en la calle. Desde hace once años duerme frente al Nuevo Mercado, en el barrio colonial. Joseph, de padre inglés y madre india, vive en la mendicidad y en los ratos libres se dedica a escribir. El mes pasado terminó la biografía "Madre Teresa: apóstol de los pobres".
Sentado en la puerta de una mezquita con una lata en la mano y un cuaderno repleto de anotaciones en la otra, Joseph cuenta que muchas veces fue ayudado por las Misioneras de la Caridad. "Ellas me trataron con amor y respeto, cuando tuve malaria me llevaron a sus hogares y allí me dieron medicinas y afecto".
Con respecto al futuro de la Orden, Joseph se muestra optimista. "Como pobre, la muerte de la Madre Teresa me hace sentir triste, desprotegido, pero sé que esto es algo pasajero porque su espíritu va a permanecer vivo en su obra".
Los pobres de Calcuta se han hecho famosos en el mundo, tanto por la precariedad en la que viven, como por la dignidad con que luchan para salir adelante y por la sonrisa que siguen mostrando a pesar de las penurias. Hoy, los pobres han perdido a su principal aliada, la mujer que les dio asilo, comida y afecto cuando pocos se animaban a tocarlos. Hoy, por primera vez en cincuenta años, los pobres de Calcuta no sonríen.
El autor es un argentino colaborador de La Nación , voluntario de la orden de la Madre Teresa en Calcuta.
Emotivo tributo a Teresa de Calcuta
Miles de personas se congregan en Calcuta para despedirla; el gobierno indio dispuso un funeral de Estado para el sábado
CALCUTA, 6 (Reuter).- La India rompió hoy las tradiciones y anunció un funeral de Estado para la Madre Teresa, mientras miles de personas desafiaban la lluvia y se congregaban en Calcuta para rendir tributo a la religiosa.
"En señal de respeto y homenaje, el gobierno ha decidido romper el protocolo y decretar duelo nacional en todo el país, como se acostumbra para un funeral de Estado", dijo un vocero del gabinete indio.
Agregó que el funeral será el 13 de septiembre, día en que la reverenciada religiosa será sepultada por la orden religiosa de las Misioneras de la Caridad, que ella fundó en Calcuta.
El papa Juan Pablo II dijo que la Madre Teresa dejó en la historia del siglo XX la marca de una persona extraordinaria que hizo que todos los "derrotados por la vida sintieran la ternura de Dios".
"Aunque fue una ciudadana del mundo, era particularmente india en el verdadero espíritu de nuestra cultura y su muerte es una pérdida inmensa", dijo el presidente indio K. R.Narayanan.
La Madre Teresa recibirá honores reservados para presidentes o primeros ministros en funciones. "Esto quiere decir que ella era una persona especial", señaló un vocero. El gobierno anunció que la bandera nacional estará a media asta durante dos días.
Personas de todas las religiones lloraban la pérdida y el funeral fue postergado por tres días para dar más tiempo a los dignatarios a que presenten sus respetos.
Los fieles, muchos afectados y llorosos, se congregaron frente a la sede de las Misioneras de la Caridad.
El cadáver, colocado en un ataúd, iba a ser expuesto al público mañana temprano en la iglesia de Santo Tomás.
Una vocero de la orden dijo que las últimas palabras de la Madre Teresa antes de desplomarse en su lecho fueron: "Ya no puedo respirar".
En su primera aparición pública desde la muerte de la monja, el Papa dijo a una orden religiosa de caridad que la Madre Teresa debe seguir inspirando su trabajo.
"Un ejemplo extraordinario de la callada misión de caridad, que nació de la contemplación de Cristo, es la Madre Teresa de Calcuta, que regresó ayer a la Casa del Padre", dijo el Papa.
Karlic: "Mensajera del Señor"
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Estanislao Karlic, definió a la Madre Teresa como "mensajera del Señor, que enseñó con su vida cómo es posible vivir hoy el Evangelio, superar todas las dificultades y hacer presente la exquisita riqueza de la caridad para con todos". Lo hizo poco antes de viajar a Roma, durante el programa "Claves para un mundo mejor", que conduce Tito Garabal por ATC.
"Ella tenía un corazón universal, supo ganar al mundo y sin embargo privilegiaba con su amor a los más necesitados, a aquellos que nos es difícil servir por su pobreza, por su enfermedad", continuó Karlic.
El presidente del Episcopado dijo también, que "podemos decir que en ella ha triunfado Dios y ha triunfado el mundo de hoy, porque ella es de nuestro mundo".
También el Episcopado en pleno, expresó su pesar por la muerte de la Madre Teresa, mediante un comunicado entregado a la prensa por el secretario general del organismo, monseñor José Luis Mollaghan.
Pesar en los voluntarios argentinos
CALCUTA, 6 (Especial para LaNacion).-En Calcuta son varios los argentinos que colaboran como voluntarios con las Misioneras de la Caridad. Habitualmente, se reúnen por las noches en la terraza del hotel María, un descascarado caserón colonial administrado por musulmanes, a tomar mate y cantar canciones de Mercedes Sosa y Serú Girán.
La lluvia caía cada vez con mayor furia y la discusión se acaloraba en torno de la selección de fútbol y el partido del domingo, cuando la llamada de un familiar desde Córdoba informó sobre el deceso. En la terraza, la noticia fue recibida con tristeza. Algunos no pudieron evitar el llanto; otros comentaban que esa mañana habían visto a la Madre en buen estado de salud.
Matías Jaimovich tiene veinte años y hace un mes que está en Calcuta. Mañana y tarde trabaja en Kalighat, el primer hogar que creó la Madre Teresa, cuyo objetivo es brindar atención a moribundos. "Estamos muy tristes porque no la vamos a tener más a nuestro lado", afirma Matías, mientras espera bajo la lluvia a que se abran las puertas de la Casa Madre. "Ahora lo mejor que podemos hacer es seguir adelante con la labor por los pobres. Así lo quiso la Madre Teresa".
En Calcuta, la misión tiene quince hogares para carecientes, y en el mundo tiene más de cuatrocientos. Mercedes Pereyra colabora desde hace nueve meses en Prem Dan, la casa para enfermos mentales. "La muerte de la Madre implica una gran pérdida para todos, para las hermanas y para nosotros, pero sobre todo para los pobres, porque ella era su principal defensora, ella era su Madre".
Toda la noche
CALCUTA, 6 (AFP).- Las religiosas de la congregación de las Misioneras de la Caridad rezarán durante toda la noche de hoy por la Madre Teresa, fundadora de la orden, que pereció ayer a los 87 años.
Unas sesenta religiosas rodearon la plataforma cubierta de flores sobre la que fue colocado el cuerpo de la misionera, según pudo constatar la agencia noticiosa AFP.
La hermana Nirmala, que sucedió en marzo de este año a sor Teresa como directora de la orden, afirmó que "vamos a orar aquí toda la noche".
"Llevaremos su cuerpo a la iglesia mañana", añadió, refiriéndose al templo de Santo Tomás, situado en el centro de la ciudad. Ya se anunció que el sábado próximo será su sepelio.
"Me ha llenado el paraíso de todos sus pobres"
ROMA, 6 (ANSA).- "Cuando usted se presente en el paraíso, frente a San Pedro, ¿qué sucederá?", le preguntó el cardenal Pio Laghi a la Madre Teresa de Calcuta durante la última visita de la misionera a Roma, el 22 de mayo de este año.
"Ese día San Pedro me dirá: pero, ¿qué hace, Madre Teresa? Me ha llenado el paraíso de todos sus pobres?".
"¿Y cuando usted misma se presente frente a él?", preguntó otra vez el cardenal.
"El me reconocerá", respondió la religiosa durante la sonriente conversación con el cardenal, en la casa romana del purpurado, que el canal televisivo vaticano Telepace retransmitió hoy íntegramente.
Bromeando el cardenal le responde que "San Pedro hará poner en fila a todas las personas que usted le envió en estos años...".
La religiosa respondió: "Son 50.000 y todos murieron con el boleto de San Pedro, una sonrisa antes de morir". "Y ellos le saldrán al encuentro para saludarla", dijo Pio Laghi.
"Será bellísimo", acotó la Madre Teresa .
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