Las telenovelas, nueva arma de propaganda del chavismo
Su directora, que con la tira respondió a un pedido del presidente, dice que busca "reflejar la épica" de su país
CARACAS.– "Hace un tiempo yo estaba en Cuba y transmitían telenovelas allí. No telenovelas capitalistas. Con contenido social, socialistas. Yo voy a pedir que hagamos telenovelas socialistas en lugar de capitalistas." Treinta y cuatro meses después de la orden presidencial, Hugo Chávez ya tiene su primer culebrón socialista hecho a la medida: Teresa en tres estaciones.
Con sólo seis capítulos emitidos hasta ahora, la telenovela chavista ya ha dejado en claro cuáles son sus intenciones.
"En ella nos vamos a ver a nosotros mismos y nos hará tener motivos para seguir orgullosos de la Venezuela que estamos construyendo", se ufana la directora Delfina Catalá, a la que no le cuesta reconocer que la idea creativa partió del propio comandante en jefe tras inaugurarse el tren que cubre el trayecto entre la capital y los Valles del Tuy, una de las contadas obras de infraestructura del chavismo.
"Vamos a reflejar la épica que está viviendo este país que se mueve", insistió Catalá.
¿Objetivo? "Romper con las historias de siempre" y relatar las vidas de Cruz Teresa, "una madre soltera muy joven, que quiere ser cantante"; Ana Teresa, "una estudiante de arte", y María Teresa, "una mujer cuarentona, conductora del tren y que además es virgen", según explica en un comunicado la Televisora Venezolana Social (TVES), creada con la señal que el gobierno arrebató a Radio Caracas Televisión (RCTV) en 2007.
"No es la primera vez que el gobierno intenta competir en la industria del entretenimiento local. Ahora la factura es mucho mejor, pero sigue teniendo el mismo problema: se trata de una creatividad puesta al servicio de una causa. Y eso se nota. La intención moralizante aparece a cada rato", analiza Alberto Barrera Tyszka, autor de la biografía Hugo Chávez sin uniforme y cuya última obra narrativa, Rating, se sumerge en el particular mundo de la televisión y las telenovelas.
"Usar una telenovela para dar lecciones de moral resulta muy aburrido y poco audaz. Finalmente se hacen productos donde hay mucha pretensión de «hombre nuevo» y poco melodrama real", explica Barrera, que durante 20 años escribió guiones para telenovelas en distintos países.
Un "hombre de telenovela"
Tanto conoce a unos y a otros, que el escritor no ha dudado en definir a Chávez como un "hombre de telenovela".
En los archivos de RCTV guardan un video que data de 1998, cuando el comandante golpista estaba en campaña para convertirse en presidente. Tras dar muchas vueltas y sorprender con una confesión que el tiempo desmintió ("Yo nunca he sido aficionado a la televisión"), Chávez reveló que durante su estancia en prisión se había aficionado a Por estas calles, el culebrón de Ibsen Martínez que atrapó a Venezuela al tratar la corrupción y pobreza del 90.
Los fracasos
Tras este precedente de telenovela social, ya con Chávez en Miraflores se estrenó la fracasada Amores de Barrio Adentro (2004), un intento de contar los tumultuosos primeros años de la revolución bolivariana desde la óptica oficialista, ayudados por los médicos cubanos llegados al país. Después vino Caramelo e’ chocolate (2008), de la que ya nadie se acuerda.
Fueron éstos sendos fracasos que animaron a Chávez a pedir un esfuerzo a sus colaboradores.
El pedido se redobló tras la censura del culebrón colombiano Chepe Fortuna, considerado por el gobierno "un irrespeto a Venezuela". En la serie aparecía una mujer "altanera, gorda y de mala conducta", que además tenía como mascota un perro llamado "Huguito", se quejó el propio presidente.
Convencido de que ha iniciado un nuevo camino, Chávez aprobó en octubre el gasto de 17 millones de dólares para la producción de Amar a muerte y Techos de cartón.
El título de esta última recuerda la famosa canción de Alí Primera (el "Víctor Jara" de Venezuela): "Qué triste se oye la lluvia en los techos de cartón, qué triste vive mi gente en las casas de cartón".
Y a punto de rodarse espera otra millonaria telenovela, un culebrón de época que contará con personajes como Simón Bolívar, Manuelita Sáez y José Antonio Páez y discurrirá entre la Batalla de Carabobo y la Guerra Federal.
Se trata de la penúltima apuesta, de corte netamente histórico, financiada directamente por la presidencia venezolana para elevar los paupérrimos índices de audiencia cosechados hasta el momento por sus compañeras de género.
Al menos el título es sugerente: Guerreras y centauros.
Chávez, un fan del culebrón
El presidente se considera un adicto a las telenovelas
HUGO CHÁVEZ
Presidente de Venezuela
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