Las potencias pidieron en Alemania un "cese del fuego permanente" en Libia
BERLÍN.- Los líderes de los principales países involucrados en el conflicto que desangra a Libia iniciaron ayer una cumbre en Berlín para intentar encontrar un acuerdo de paz y evitar que la guerra civil transforme a ese país norafricano en una "segunda Siria". Por eso, llamaron a un "cese del fuego permanente" en ese país.
"Llamamos a todas las partes involucradas a redoblar esfuerzos para una suspensión durable de las hostilidades, la distensión y el cese del fuego permanente", informaron a través de un comunicado que se emitió después de la cumbre.
El objetivo principal del encuentro era finalizar con las interferencias extranjeras en el país y abrir una vía a la paz. Concurrieron 11 países, además de la ONU, la Unión Europea, la Unión Africana y la Liga Árabe, pero principalmente asistieron los dos protagonistas de la crisis en Libia: Fayez al-Sarraj -jefe del Gobierno de Unidad Nacional (GNA), reconocido por la ONU y apoyado por Turquía- y Khalifa Haftar -jefe militar del este del país, respaldado por Rusia-.
Tras el encuentro, la canciller alemana, Angela Merkel, explicó que el conflicto no se resolvió, pero que se encuentra en conversaciones: "No hemos resuelto todos los problemas, pero hemos creado el espíritu, la base para poder proceder". Además detalló que se acordó "un plan integral hacia el futuro. Puedo decir que todos los participantes trabajaron juntos de manera constructiva".
Entre los puntos que se trataron en la reunión, las naciones prometieron dejar de suministrar armas a las partes en guerra. "Acordamos en que tenemos que respetar el embargo de armas, que debe ser implementado más estrictamente que en el pasado'', expresó Merkel. En tanto, detalló que los asistentes continuarán reuniéndose para que "el pueblo libio pueda ejercer su derecho a vivir en paz''.
El embargo no es una medida nueva, sino que fue decretada en 2011 por las Naciones Unidas, aunque en la práctica funcionó como una letra muerta.
De hecho, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, reconoció su preocupación y confió: "Hemos sido testigos de una escalada en el conflicto. Ha alcanzado una dimensión peligrosa en los últimos días", tras la llegada al país africano de tropas turcas.
Otro de los puntos importantes que se trató en la cumbre fueron las intervenciones que tuvieron distintos países extranjeros dentro del enfrentamiento. En relación con este tema, Guterres destacó que "todos los participantes también se comprometieron a renunciar a la interferencia en el conflicto armado o en los asuntos internos de Libia".
El jefe de la ONU también consideró que "no hay solución militar, lo dijeron todos los participantes". Y agregó: "Todos queremos negociaciones bajo el auspicio de la ONU, que llevará a una solución pacífica de la crisis".
Además, explicó que en los próximos días se reunirá la comisión "5 + 5" en Ginebra, un grupo compuesto por diez oficiales en el que las dos partes libias del conflicto podrán designar a cinco miembros cada uno que deberán definir los mecanismos para implementar el cese al fuego.
La cumbre se celebró tras un aluvión de actividades diplomáticas destinada a intentar que los líderes de las facciones en conflicto, Al-Sarraj y Haftar, vuelvan a la mesa de negociaciones. Entre los invitados a la cumbre, organizada por las Naciones Unidas, se encontraban el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan; el presidente ruso, Vladimir Putin; el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo; el primer ministro británico, Boris Johnson; el presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Antes del encuentro, Al-Serraj había criticado la presencia de Haftar: "La larga experiencia nos hace dudar de las intenciones, la seriedad y el compromiso de la contraparte, que todo el mundo sabe que busca el poder a cualquier precio". Y añadió que "defenderá" a Trípoli en caso de que la conferencia de Berlín no arribe a conclusiones concretas y Haftar siga de campaña por la ciudad. "Si la agresión se reanuda, seguiremos defendiéndonos con firmeza hasta que esta sea derrotada. No hemos atacado a nadie", sostuvo.
Desde que se retomaron los enfrentamientos entre campamentos rivales en Libia en abril de 2019, más de 280 civiles y 2000 combatientes fueron asesinados y más de 170.000 habitantes fueron desplazados, según los registros de la ONU. El país se encuentra en una virtual guerra civil desde octubre de 2011.
Agencias AFP, ANSA y AP
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