Las potencias europeas intentan salvar el acuerdo nuclear con Irán
PARÍS.– Después de la insensata escalada de amenazas proferidas en las últimas horas entre Washington y Teherán, los líderes occidentales hicieron ayer desesperados esfuerzos para que ambas capitales "regresen a la calma", salvando –sobre todo– el acuerdo nuclear que Irán anunció dejar de respetar después del asesinato de su general Qasem Soleimani en Bagdad.
Francia, el Reino Unido y Alemania, tres de los signatarios de ese acuerdo, firmado en Viena en 2015, llamaron en un comunicado conjunto a "detener la escalada de tensiones y conminaron a Irán a evitar toda provocación y violencia". Lo mismo hizo Jens Stoltenberg, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), para quien "es imperativo que Irán no se dote del arma nuclear".
Al hablar ante un grupo de diplomático en Bruselas, Stoltenberg se resistió –sin embargo– a aprobar el asesinato de Soleimani, subrayando que la decisión fue tomada por Washington y de ninguna manera por la OTAN o la coalición anti-islamista que opera en Siria e Irak, liderada por Estados Unidos.
"Un nuevo conflicto no es bueno para nadie", insistió Stoltenberg. "En consecuencia, Irán debe evitar más violencia y provocaciones", concluyó.
Su intervención se produjo cuando la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, también lanzaba una velada advertencia a Teherán.
"Es imperativo que Irán retorne al acuerdo nuclear", dijo. Sus declaraciones dejaron presagiar una eventual decisión europea de abandonar el pacto, si la República Islámica no cambia de posición.
Un nuevo conflicto no es bueno para nadie
Tras el asesinato del general Soleimani, Irán anunció anteayer su intención de dejar de respetar las obligaciones impuestas por el pacto firmado en 2015 con China, Rusia, Francia, Alemania, Gran Bretaña y la Unión Europea, que lo obliga a limitar la totalidad de su programa nuclear. Sin embargo, también declaró que seguirá permitiendo que los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) visiten sus sitios nucleares como hasta ahora.
En su declaración conjunta, la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés, Emmanuel Macron y el primer ministro británico, Boris Johnson, se mostraron "profundamente preocupados" por las actividades iraníes en la región, incluyendo las del cuerpo de elite Quds de los Guardianes de la Revolución, dirigido por el general Soleimani.
También criticaron la decisión de Teherán de dejar de respetar los compromisos establecidos por el Acuerdo de Viena: "Pedimos especialmente a Irán que evite toda futura acción violenta o proliferación, y que revierta toda medida que viole el pacto nuclear", reza la declaración.
El tono de todas esas declaraciones fue considerado como "desequilibrado" y "muy blando" en favor de Estados Unidos por muchos analistas. Sobre todo después de que el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, acusara el domingo a las tres potencias de "no haber ayudado lo suficiente" en la actual crisis.
Merkel, Macron y Johnson se mostraron "profundamente preocupados" por las actividades iraníes en la región: "Pedimos especialmente a Irán que evite toda futura acción violenta"
"Esa declaración podría hacer más mal que bien en la actual situación. Teherán podría sentirse particularmente acosado", opinó Ellie Geranmayeh, especialista de Medio Oriente en el Council on Foreign Relations.
La declaración conjunta fue, en todo caso, parte de un esfuerzo más amplio de la diplomacia europea para obtener una desescalada y rescatar el acuerdo nuclear, que ha estado al borde del colapso desde que Donald Trump decidió retirarse en mayo de 2018 e imponer nuevas sanciones a Irán.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la UE deben mantener una reunión de emergencia el viernes próximo. Merkel viajará el día después a Moscú para ver al presidente Vladimir Putin. La cita, organizada en la urgencia, refleja la creciente preocupación tanto de Alemania como de Rusia, por la situación cada vez más delicada en Medio Oriente.
La canciller alemana también habló telefónicamente el domingo con Johnson y Macron, y ayer con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Gran Bretaña urgió a su vez al gobierno iraquí para que no expulse a las tropas de la coalición desplegadas en ese país: "La coalición está en Irak para proteger a los iraquíes de la amenaza de Estado Islámico, a pedido del gobierno de Bagdad", dijo un vocero de Johnson.
Tras el asesinato del general Soleimani en Bagdad, el Parlamento iraquí exigió la partida de las tropas norteamericanas estacionadas en Irak, que forman parte de la coalición occidental.
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