Las penurias de los sirios, cada vez más desesperantes
La guerra civil amenaza con hacer retroceder en décadas el desarrollo del país
DAMASCO.- Alrededor de cinco millones de sirios son actualmente refugiados dentro de su propio país, y muchos subsisten con lo mínimo en edificios abandonados, escuelas, mezquitas, plazas o hacinados en las casas de sus parientes. Otros están atrapados en barrios aislados por los bloqueos de los militares, fuera del alcance de los grupos de ayuda humanitaria.
El invierno se acerca y necesitan desesperadamente alimentos y remedios, y podrían llegar a sucumbir en un gran número a causa de la hambruna o el frío, advirtieron los trabajadores humanitarios.
La guerra civil ya empujó fuera de las fronteras del país a dos millones de sirios, pero más del doble de esa cifra enfrentan privaciones en sus hogares, y las víctimas siguen en aumento.
La profundización de la crisis humanitaria amenaza con hacer retroceder en décadas el desarrollo del país, y sobrepasa cualquier esfuerzo que pueda hacerse sin que se detenga el conflicto, según concuerdan voluntarios y analistas.
Sólo el costo de reemplazar los hogares y la infraestructura dañada está estimado en más de 30.000 millones de dólares. Más de la mitad de los hospitales del país fueron destruidos o están cerrados, y según la organización Save the Children, una quinta parte de las familias sirias se quedan sin comida durante una semana al mes.
Incluso en zonas relativamente seguras, una mirada atenta al bullicio de las calles revela a los desalojados ocupando cada rincón. En la ciudad costera de Latakia, miles de personas viven en los gimnasios y corredores de un polideportivo convertido en refugio estatal.
En la capital, Damasco, los recién llegados se apiñan en hoteles destartalados y edificios a medio construir. Frente a las puertas de las pocas panaderías que todavía funcionan se forman filas interminables. En algunos de los suburbios hay gente que confesó haber comido perros y gatos, y los imanes hasta emitieron un decreto en el que se dice que es lícito desde el punto de vista religioso.
Incluso quienes todavía viven en sus hogares sufren, mientras la inflación crece y la escasez de alimentos se profundiza, especialmente en zonas bloqueadas por el gobierno o los rebeldes. A muchos los enoja y desconcierta que no les haya llegado más ayuda del mundo exterior.
Un paquete de ayuda internacional de 1500 millones de dólares, llevado adelante en condiciones peligrosas y políticamente tensas por la ONU, la Media Luna Roja Árabe Siria y otras organizaciones sociales más chicas, suministra alimentos, escolaridad y medicamentos paliativos para millones de personas. Pero el programa está subfinanciado, cubre apenas una fracción de las necesidades, no llega a las personas de las zonas sitiadas y ni siquiera empezó a ocuparse del colapso de la infraestructura de salud, industria y educación.
"Si seguimos tratando esta crisis como si fuera un desastre de corto plazo y no como un arduo trabajo a largo plazo, la región enfrentará consecuencias aún peores", escribió Neal Keny-Guyer, director ejecutivo de la agencia humanitaria Mercy Corps, que pidió más financiamiento de Estados Unidos y un mayor énfasis en los proyectos de desarrollo a largo plazo, como la reparación del tendido y suministro de agua.
Algunos van más allá y dicen que la única acción humanitaria que tiene sentido ahora es terminar con la guerra. Omar Abdelaziz al-Hallaj, un asesor sirio independiente en temas de ayuda humanitaria, desarrollo y resolución de conflictos en la región, dijo a la Asociación Económica Libanesa que ahora hay que "pasar de salvar algunas vidas a salvar más vidas poniendo fin a la violencia".
Desintegración
La guerra, dijeron Al-Hallaj y otros funcionarios de la ONU en Siria, está desintegrando las estructuras administrativas y sociales a un ritmo que hace imposible suministrar ayuda humanitaria por más que estuviese el financiamiento, que de momento no está.
"Nadie donó jamás la magnitud de dinero que haría falta para ayudar a Siria", señaló Al-Hallaj.
Si la guerra continuara un año más, el asesor dijo que Siria "volverá al primer escalón del desarrollo, junto a países como Somalia y Yemen".
Barbara Atherly, jefa del programa de educación de Unicef para Siria, dijo que la agencia provee escolaridad a un millón de chicos, bajo la forma cada vez más frecuente del reparto de materiales educativos a las familias y comunidades para que organicen sus propias clases, ya que muchas escuelas fueron destruidas y los profesores se dispersaron.
Pero ya hace un año que dos millones de chicos no tienen acceso a una escolaridad formal, destacó Atherly, y agregó que, mientras la guerra continúe, "existe un riesgo real de que se pierda una generación completa de ciudadanos sirios".
Ataque aéreo de Israel
La fuerza aérea israelí atacó una base militar en la ciudad siria de Latakia, en la costa del Mediterráneo, para evitar un posible envío de armas al grupo terrorista libanesa Hezbollah, informó ayer la cadena CNN, que citó fuentes del gobierno de Estados Unidos.
Según el informe, las autoridades israelíes –que no confirmaron el ataque– consideraron que se preparaba un envío de armas que contenía un "equipo sofisticado" de misiles tierra-aire.
Por su parte, la cadena Al-Arabiya, de Emiratos Árabes Unidos, informó que la aviación israelí lanzó dos bombardeos en las cercanías de Damasco y Latakia contra cargamentos de misiles.
Traducción de Jaime Arrambide
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