Las paradisíacas islas amenazadas por una epidemia de heroína
El paradisíaco archipiélago de las islas Seychelles sufre una epidemia de enormes proporciones.
Conocido por sus arrecifes de coral, manglares y playas de arena blanca, 360.000 turistas viajan al archipiélago en el océano índico cada año para unas vacaciones inolvidables.
Pero más allá de las islas privadas, los resorts de lujo y los restaurantes caros, la pequeña nación está luchando contra una epidemia de heroína.
Entre 5.000 y 6.000 personas de una población total de 94.000 -el equivalente de casi el 10% de la población activa- son adictas a la heroína. Según la Agencia para la Prevención del Abuso de Drogas y la Rehabilitación (APDAR) en las Seychelles.
Per cápita, las Seychelles sufren la tasa más alta de adicción a la heroína en el mundo.
Jed Lesperance tenía 20 años cuando comenzó a consumir drogas. Ahora tiene 34.
"Comencé a fumar cannabis con mis amigos de vez en cuando. Al principio era divertido", dijo.
"Pero con el tiempo me pasé a la heroína y esta comenzó a apoderarse de mi vida. Fumaba heroína dos o tres veces al día, incluso le robaba a mi abuela para pagar mi adicción. En unas pocas semanas, me volví adicto", dijo.
La heroína hace el largo viaje desde Asia Central, especialmente desde Afganistán, antes de ser contrabandeada a las islas a través de África Oriental.
Compuesto por 115 islas, el archipiélago de las Seychelles tiene muchas fronteras porosas, lo que hace que sea difícil de monitorear y que las drogas entren al país.
Clínicas matinales de metadona
Pero en lugar de intentar una "guerra contra las drogas", que criminalizaría a la gran proporción de consumidores de heroína en las Seychelles, el jefe de la agencia antidrogas ha introducido una política de drogas al estilo portugués, considerando la adicción una enfermedad crónica que debe ser tratada.
"La Agencia para la Prevención del Abuso de Drogas y la Rehabilitación se estableció en agosto de 2017 e introdujimos el Programa de mantenimiento con metadona (MMP, por sus siglas en inglés) en mayo de 2018", dijo Patrick Herminie, quien pertenece al organismo, a la BBC.
Los consumidores de heroína tienen dos opciones:
- Unirse a un MMP de alto umbral, que incluye un período de tratamiento hospitalario en el que deben comprometerse a la desintoxicación
- O el programa de bajo umbral, que se centra en la reducción de daños
Las personas tienen acceso a asistencia médica y psicosocial en ambos programas.
"En la actualidad, tenemos a más de 2.000 personas registradas en uno de nuestros programas y el 68% ahora tiene un empleo remunerado", dijo Herminie.
Lesperance es una de esas personas que se ha beneficiado de un programa de rehabilitación de la agencia.
Cada mañana, visita una de las clínicas itinerantes de metadona del país: camionetas blancas que cuentan con terapeutas y enfermeros calificados para administrar la dosis correcta de metadona a los adictos en recuperación.
Decenas de personas se alinean afuera de las ventanas abiertas de la camioneta blanca, listos para mostrar su identificación. Su nombre, la fecha y la hora se registran en una hoja de cálculo y al recibir la información, se les distribuye la dosis correcta de metadona.
Lesperance, que lleva tres meses limpio, ahora trabaja como pastelero en un hotel de cinco estrellas en Mahe, la isla más grande de las Seychelles.
"Desde que encontré trabajo, tengo mucha más estabilidad y me ha animado a seguir en el programa".
"También he podido devolverle a mi abuela parte del dinero que le debo, lo que ha mejorado nuestra relación", dijo.
Michelle Sabury, quien ayuda a los adictos a acceder a los programas de rehabilitación, está de acuerdo en que Lesperance "es una persona completamente diferente".
"Cuando llegó por primera vez a nosotros, tenía bajo peso y muy pocas esperanzas. Ahora se ve mucho más saludable y puede ir a trabajar todos los días. Estamos orgullosos de lo que ha logrado", le dijo a la BBC.
Después de recibir metadona, muchos de los inscritos en el programa se quedan para hablar con sus compañeros o un terapeuta antes de irse a trabajar o regresar a casa.
"Mi novio era traficante"
Una de las terapeutas, Levina Mosses, es una exadicta a la heroína que ahora viene a ofrecer apoyo a otros.
"Comencé a hablar de heroína cuando tenía 17 años. Mi novio era traficante en ese momento, así que nunca tuve que pagar por las drogas".
"Pero después de años de consumo de heroína, tuve suficiente. Mi única opción era limpiarme".
Mosses dejó a su novio, también padre de sus hijos, hace 11 años, y lleva limpia desde entonces.
"Creo que es importante obtener el apoyo de personas que han estado en situaciones similares para que puedan ver cómo es salir del otro lado".
"La epidemia de heroína ha afectado a tantas personas en mi país, que es correcto ser abierto y honesto sobre los problemas que enfrentamos", dijo.
Tras el lanzamiento de los programas de rehabilitación, el precio de la heroína en las Seychelles se ha desplomado.
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