Las ocho incógnitas de una semana de ebullición para la crisis venezolana
CARACAS.- Venezuela volvió a vivir una semana clave, y van muchas, en el desafío de la oposición, encabezada por Juan Guaidó , contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro . La fallida rebelión militar contra el chavismo del martes pasado y el carrusel de acontecimientos posteriores conforman un escenario con más claroscuros de los ya habituales, plagado de misterios y con más preguntas sin resolver que certezas. Una crisis de tal magnitud que, luego de la escalada de los últimos días, aumentó la pulseada internacional entre potencias del calibre de Estados Unidos y Rusia.
Ni siquiera está claro quién salió más fortalecido de lo que el politólogo Luis Salamanca bautizó como "El Carlotazo", en referencia a los sucesos del martes, centrados en la base aérea La Carlota.
En un lado, un presidente con el poder del Estado y de las armas desaparecido durante las 16 horas de máxima tensión de su gestión y reaparecido para exigir desde entonces lealtad de forma continuada. Y en el otro, un presidente encargado con un gran respaldo popular que permanece en libertad a pesar de las amenazas revolucionarias. Éxito de uno o fracaso del otro, se pregunta el politólogo Luis Vicente León, presidente de Datanálisis: "Si planteás cada batalla como final, tendrás una seguidilla de derrotas. Pero si ves cada batalla como un avance en tu camino por debilitar y fracturar al adversario, dejando la procesión por dentro, es un éxito".
LA NACION responde a ocho preguntas para ayudar a componer al puzzle venezolano, un laberinto hasta ahora sin salidas a pesar del mayor derrumbe socioeconómico de la región y a una diáspora que a fin de año sumará a más de cinco millones de ciudadanos desperdigados, en su mayoría, por el continente.
1- ¿Por qué Guaidó hizo una movida tan arriesgada el martes?
El plan inicial era de Leopoldo López, no de Guaidó, pese a las elucubraciones realizadas desde medios norteamericanos. Fuentes del Parlamento confirmaron a LA NACION que el líder de Voluntad Popular se comunicó en la noche del lunes con su antiguo discípulo para anunciarle que se venía una rebelión militar. El presidente encargado decretó la amnistía para los presos políticos, un documento ya preparado. Guaidó se sumó a un tren en marcha sin saber la verdadera velocidad y profundidad del movimiento, empujado también porque López es su padre político. Pero ya por la mañana, cuando sus colaboradores comprobaron que la base aérea de La Carlota no fue tomada, supieron que el plan había fallado. Tocaba entonces reducir costos y seguir apostando por el resquebrajamiento de la unidad militar. La masiva demostración de apoyo popular en las calles durante el 1° de mayo y el apoyo firme de los aliados internacionales logró mitigar el fracaso inicial de la intentona. No obstante, Guaidó, en una encrucijada constante, está obligado a jugar siempre al límite ante el muro pétreo levantado por la revolución.
2- ¿Se abrieron esta semana nuevas fisuras en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB)?
A un presidente venezolano se le escuchó decir hace tiempo que los militares están contigo hasta que dejan de estar. La "unidad monolítica" en la FANB, como la define Maduro, no es tal, como demostraron los acontecimientos de la semana. Y menos ahora. "El Carlotazo tenía conexiones militares, es evidente. ¿Hasta dónde llega la conspiración interna? Es la primera vez que un militar de alto rango, en ejercicio del gobierno y dentro del territorio, toma acciones", precisa Salamanca, exrector del Consejo Nacional Electoral (CNE). "Fue un intento de generar una reacción en cadena más profunda con el acuerdo de más militares, con el general Cristopher Figuera, director del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin). Como si el director de la CIA se entendiera con los rusos. Pero la reacción en cadena no se produjo y López se fue a la embajada. Nada sabemos de Figuera", concluye.
Con el paso de los días se conoció que otro pequeño grupo de militares intentó tomar un edificio en Maracay. Los guardias nacionales que se sublevaron en Altamira procedían del destacamento que vigila la Asamblea Nacional, toda una paradoja: durante años permitieron las agresiones a diputados y periodistas. La profundidad de las fisuras en el sector militar también dependerá de aquí en adelante de las "ofertas" que les haga el Parlamento. "Hay que ofrecerles cosas diferentes, profesionalización, rescate del prestigio y por supuesto la garantía de conservar ciertas privilegios, también a civiles claves y a aliados del gobierno como Cuba, Rusia y China. Hay que mostrarles cómo encajan ellos en un futuro de cambio. Estas ofertas deben ser creíbles y este es un punto en el que aún falta trabajo", dice Félix Seijas, analista y presidente de la encuestadora Delphos.
3-¿Qué hay de cierto de las negociaciones entre la oposición y el chavismo para sacar a Maduro del poder?
Desde Estados Unidos y desde dentro del equipo de Guaidó se asegura que el plan avanzado con líderes militares, que exigirían la renuncia a Maduro, estaba previsto para el 2 o el 3 de mayo. Plan negociado a través de intermediarios y, por supuesto, sin garantías de llevarse a cabo. Lo más pintoresco es que el general Vladimir Padrino López aseguró que estaban negociando con ellos. "El ministro de Defensa representa la tendencia light, vaporosa, versus el comandante Remigio Ceballos, el halcón que llama estúpido al presidente del Parlamento, algo insólito. La cara de Maduro al escucharlo [a Padrino] fue un poema", dice Salamanca. El nombre de Padrino está en todas las quinielas, incluso el diputado Winston Flores aseguró que estaría exigiendo asumir personalmente las riendas de la transición. Otros detalles, como el avión que esperaba a Maduro para trasladarlo a Cuba o la implicación de personajes como Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), y como el general Iván Hernández Dala, jefe de la Contrainteligencia Militar, "parecen más posibles en una serie de televisión que en la realidad política venezolana", ironiza Salamanca.
La desesperanza del primer día, en cambio, no torció el gesto de Guaidó. Desde las fuerzas del Parlamento se asegura que la pelea no acabó, incluso Salamanca está convencido de que Guaidó resultó ganador: "No se logró el golpe, pero esto está en proceso, es un gerundio, todavía no hay ganadores y vencedores". Desde el inicio del desafío opositor en enero, Maduro deslizó a interlocutores europeos que no confía plenamente en el generalato y que además hay muchas dudas en torno de los cargos medios, que no se benefician directamente de la revolución, como ocurre con la cúpula militar. Estas dudas del jefe chavista lo obligaron a apostar por los colectivos paramilitares y los milicianos, que proceden de las bases revolucionarias. Otro detalle no pasó inadvertido: el llamado de Diosdado Cabello, hombre fuerte del chavismo, para que el pueblo acudiera a defender el Palacio de Miraflores fue nuevamente desoído. Solo unas pocas decenas acudieron en socorro de su líder, parapetado durante toda la jornada y que cuando por fin apareció fue a través de una emisión grabada.
4- ¿Por qué el chavismo no detiene a Guaidó?
A pesar de ser acusado de golpista y traidor a la patria, el presidente encargado sigue libre cinco días después de la intentona fallida. Pareciera intocable. "Es el gran dilema que Maduro no ha podido resolver. Es un indicador de que Guaidó tiene lo suyo y de que cuenta con el apoyo norteamericano, lo que disuade a Maduro", explica Salamanca. La relativa libertad de movimientos del líder opositor es otro indicador de las dudas y de cierta debilidad de Maduro. Vecinos del líder opositor lo fotografiaron cuando iba a dormir a su departamento el jueves pasado.
5- ¿Es realista la posibilidad de una guerra civil?
Una guerra civil tiene dos bandos armados y en el caso de Venezuela, las armas, y muchas, están en poder de militares, policías, milicias y paramilitares. La guerra civil es un escenario muchas veces citado, pero muy alejado de la realidad venezolana. Pese a las circunstancias sociales y económicas ni siquiera surgieron grupos armados en contra del gobierno, todo lo contrario: la revolución se robusteció con la ayuda de guerrilleros colombianos.
6- ¿Qué probabilidades hay de una invasión extranjera?
En Estados Unidos pocos creían que se fuese a usar la fuerza para derrocar a Maduro y en América Latina nadie quiere que eso suceda. Unos la usan para asustar y otros, para su propaganda. "Tras el fracaso, el gobierno norteamericano busca replantearse qué hacer, ya que considera que los afectos al régimen que habían estado negociando no cumplieron su palabra. Así que ahora se hace más patente la amenaza del uso de la fuerza", advierte desde Washington el internacionalista Mariano de Alba, que considera a John Bolton, consejero de seguridad nacional, como principal defensor de esta vía. "La amenaza de invasión es una manera de lograr lo que se busca sin hacer la intervención. Los norteamericanos minan la resistencia de los militares, pero el desenlace final no es nada fácil", añade Salamanca.
7- ¿Cómo jugaron Estados Unidos y Rusia esta semana?
El general disidente Hugo Carvajal, jefe de inteligencia del chavismo durante 12 años, desveló desde Madrid, donde se encuentra en proceso de extradición a Estados Unidos, que rusos y cubanos, además de varios infiltrados, fueron fundamentales para que la asonada no triunfase. "Rusia jugó un rol más activo durante las horas claves. Maduro cuenta con asesores rusos que le realizan recomendaciones y luego hay presencia rusa en Venezuela en ejecución de acuerdos de cooperación militar. Ahora, más allá de ese apoyo, no veo a los rusos asumiendo mayores riesgos para asegurar la permanencia de Maduro, así que de alguna forma la última palabra para que Maduro sobreviviera al alzamiento fue de la mayoría de las FANB y no de los rusos", detalla De Alba. En el otro lado, los "catires" (rubios), como llaman en el equipo de Guaidó a los colaboradores de Donald Trump, dijeron y desdijeron, apuntaron y acusaron, pero no arrojaron ninguna certeza para el futuro más próximo.
8- ¿Cómo vivió la gente en la calle esta semana?
El país supo desde temprano que algo pasaba, pero la censura y la desinformación planteada por el gobierno impedían conocer la realidad más allá de la propaganda chavista. Esperanza y estupor, miedo y parálisis en dosis muy parecidas, pero difíciles de medir en un país que ya funciona al 50% por el efecto de la crisis y los apagones. En Caracas solo unos miles se unieron el 30-A a la protesta, pero al día siguiente las marchas pacíficas se generalizaron por todo el país en apoyo a Guaidó. La represión salvaje provocó que, sobre todo en el este de Caracas, cientos de jóvenes se enfrentaran a las fuerzas gubernamentales. Una vez más, el plan de terror le funcionó al chavismo.
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