Las minorías, cada vez más demócratas
Obama concentró el voto hispano y negro; también lo respaldaron mujeres y jóvenes
CHICAGO.- Dentro de las profundas divisiones que dejó al descubierto la elección presidencial de Estados Unidos, sobresalió una que fue determinante para definir el color final del mapa electoral: los demócratas se afianzaron como el partido de las minorías, mientras que los republicanos confirmaron su estrecho vínculo con los votantes blancos.
Gracias al decisivo y abrumador apoyo que tuvo entre los latinos, el presidente Barack Obama logró ayer conseguir otros cuatro años en la Casa Blanca. Los hispanos, las mujeres y los votantes jóvenes conformaron, como en 2008, una coalición sólida que le permitió a Obama compensar su bajo (y declinante) apoyo entre los hombres y los blancos.
Geoffrey Skelley, analista del Centro para la Política de la Universidad de Virginia, dijo que el crecimiento del voto latino, cuya participación subió del 9% al 10%, y del llamado "voto no blanco", que pasó del 26% al 28%, fue clave en el resultado de los comicios. "Ese aumento fue inmensamente importante para la reelección de Obama", dijo Skelley.
Obama se quedó con el 71% del voto latino, 44 puntos por encima de Romney, una brecha abrumadora, superior a la que obtuvo hace cuatro años, sólo superada por Bill Clinton cuando obtuvo su reelección, en 1996. Semejante diferencia llevó a varias figuras y estrategos republicanos a reiterar la necesidad de una introspección profunda dentro de la fuerza política que tuvo posturas más hostiles hacia los más de 11 millones de indocumentados.
Los latinos, además, hicieron la diferencia donde más importó, al conformar una creciente porción del electorado en tres estados en disputa, claves en esta elección, como Florida, Nevada y Colorado, según destacó el Centro Hispano Pew. Dos bastiones republicanos, Carolina del Norte y Virginia, que Obama ganó en 2008, confirmaron en esta elección que son estados en disputa, un fenómeno que se debe en gran medida al aumento allí de la población hispana. Obama se quedó con Virginia, y perdió por poco Carolina del Norte.
"El Partido Republicano tiene que prestarle atención al voto latino", dijo Karl Rove, estratego de George W. Bush, el último republicano que logró buenos números entre los hispanos y el último mandatario que casi firma una reforma migratoria.
"Estamos siguiendo el camino de los dinosaurios, y rápido", reconoció David Johnson, otro analista republicano de Florida, al sitio Politico, en un artículo que preguntaba si los republicanos se habían vuelto "demasiado viejos, demasiado blancos, demasiado masculinos".
El 52% de los hombres votó por Romney, que amplió la brecha que había obtenido John McCain en este grupo en 2008 respecto de Obama a siete puntos. Romney sacó el 51% de los votos de las personas entre 45 y 64 años, y el 59% del voto blanco, 20 puntos por encima de Obama, que vio caer su apoyo de esa variable cuatro puntos desde 2008.
Pero a la mejora en el voto latino Obama le sumó su abrumador apoyo entre los negros (93%), un respaldo sólido y estable por parte del electorado femenino (55%, un punto menos que en 2008) y el voto mayoritario de los asiáticos (73%).
"Nuestro partido tiene que encontrar la manera de ponerse al día con la demografía del país antes de que sea demasiado tarde", dijo Al Cardenas, cubano; presidente de la Unión Conservadora Americana, y otro republicano de peso de Florida. Allí, ni siquiera la presencia de Marco Rubio, el latino más popular que tienen los republicanos, los salvó del cachetazo.
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