Las insólitas calumnias del kirchnerismo
WASHINGTON.- La semana pasada, cuando uno de sus compatriotas fue elegido papa, los argentinos festejaron. Pero también sufrieron una especie de pérdida. El cardenal Jorge Mario Bergoglio, un incansable defensor de los pobres y un crítico sin tapujos de la corrupción, ya no estará en su país para oponer resistencia a los ilícitos del gobierno de la presidenta Cristina Kirchner.
Los argentinos no alineados con el Gobierno esperan que la llegada del papa Francisco al escenario mundial al menos atraerá la atención sobre esos asuntos.
Uno habría esperado un desborde de orgullo por parte de las autoridades argentinas cuando se conoció la noticia. En cambio, los cancerberos que tiene el gobierno de Kirchner en el periodismo comenzaron de inmediato una campaña para ensuciar el carácter y la reputación del nuevo pontífice.
La calumnia no es nueva. Ex miembros de agrupaciones terroristas y los seguidores actuales de esa corriente en el Gobierno usaron durante años la misma táctica para intentar destruir a sus enemigos. En este caso, alegan que cuando era provincial superior de los jesuitas en la Argentina, a fines de la década de 1970, el entonces padre Bergoglio tenía vínculos con el gobierno militar.
Se trata de propaganda. Kirchner y sus amigos todavía no viven en el equivalente de un Estado totalitario donde no existe una prensa libre que contrarreste sus mentiras. Ese día puede llegar pronto. Ahora el Gobierno persigue a los comerciantes, bajo amenaza de sanciones, para que no compren espacio de publicidad en los diarios. Los únicos medios que no van camino de la ruina financiera por esta intimidación son los controlados y financiados a través de la publicidad oficial.
Los observadores con conocimiento de primera mano de los sucedido en la Argentina durante el gobierno militar cuentan una historia muy distinta, como Adolfo Pérez Esquivel, ganador en 1980 del Premio Nobel de la Paz, que declaró que "hubo obispos en complicidad con la dictadura, pero Bergoglio no". También la ex jueza Alicia Oliveira, que fue despedida de su cargo por la dictadura, dijo que Bergoglio "ayudó a muchas personas a salir del país". Y Graciela Fernández Meijide, ex miembro de la Conadep, dijo que de todos los testimonios que recibió, "ninguno conectaba a Bergoglio con la dictadura."
Nada de todo esto les importa a quienes intentan convertir a la Argentina en la próxima Venezuela. Lo que los amarga es que el padre Bergoglio haya creído que la "teología de la liberación" era la antítesis con el cristianismo y se haya negado a abrazarla en la década de 1970. En las villas miseria, donde la populista presidenta Kirchner dice ser la campeona de los pobres, Francisco es amado realmente por vivir según el Evangelio. Desde el púlpito, con los Kirchner en bancos de la iglesia, Bergoglio hizo su famosa queja sobre el solipsismo de los políticos. No dio nombres, pero el zapato calzó. Néstor Kirchner respondió llamándolo "el jefe de la oposición".
lanacionarTemas
Otras noticias de Papa Francisco
Más leídas de El Mundo
Derrumbe. Es uno de los hombres más ricos del mundo y perdió 12.500 millones de dólares en un día por una trama de sobornos
Adelanto de sus memorias. Angela Merkel reveló el consejo que le dio el papa Francisco para lidiar con Trump
Reabre el 7 de diciembre. Un video muestra cómo quedó el interior de la catedral de Notre Dame tras la restauración
En la cumbre del G20. Petro dijo que se peleó con Milei pero que la delegación argentina “escondió” las imágenes