Las heridas del asalto al Capitolio emergen en otra semana de tensión en Estados Unidos
Un sondeo dice que el 34% de la población considera que la violencia contra un gobierno es justificable; un comité del Congreso avanza en la investigación sobre las acciones de Trump, que hablará el jueves
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WASHINGTON.– A casi un año de que un grupo de partidarios de Donald Trump tomara por asalto el Capitolio, los estadounidenses siguen esperando que los responsables de ese ataque sin precedente a las instituciones rindan cuentas ante la Justicia, un desafío para la salud democrática del país.
La comisión de la Cámara de Representantes que investigó minuciosamente el caso se apresta, por su parte, a informar sus resultados, mientras que una encuesta acaba de revelar que, a pesar del tiempo transcurrido, la polarización continúa: el 34% de los estadounidenses considera según ese estudio que la violencia contra un gobierno está justificada.
"¿Fue una manifestación que degeneró en disturbios? ¿O un intento de golpe de Estado planeado por el propio Trump?"
Los videos del 6 de enero de 2021 muestran cómo fueron los ataques ejercidos en nombre del expresidente: golpes a policías con barras de hierro, asaltantes vestidos con ropa de combate coreando “cuelguen a Mike Pence” mientras el vicepresidente escapaba del recinto, una mujer muerta por un disparo en los pasillos del Congreso...
Los estadounidenses quedaron atónitos. Un año después, el intento de evitar que el demócrata Joe Biden asumiera el cargo tras su victoria en las elecciones de noviembre de 2020 sigue suscitando interrogantes.
¿Fue una manifestación que degeneró en disturbios? ¿O un intento de golpe de Estado planeado por el propio Trump? “Ni siquiera durante la guerra civil los insurgentes violaron nuestro Capitolio, la ciudadela de nuestra democracia”, afirmó Biden en julio último.
La encuesta realizada por The Washington Post/Universidad de Maryland prueba que el peligroso respaldo a la violencia varía según el color político: entre los republicanos e independientes, el 40% la justifica, mientras que entre los demócratas el número solo llega al 23%.
Un esfuerzo concertado
Más de 700 personas fueron acusadas por haber agredido a policías, ingresado por la fuerza en el Congreso y saqueado sus pasillos.
Las investigaciones demostraron que Trump y sus aliados hicieron un esfuerzo concertado para evitar que la sesión del Congreso que presidía Pence certificara ese día a Biden como ganador de las elecciones.
La pregunta es: ¿existe un vínculo entre ese hecho y el ataque al Capitolio? Después de seis meses de intenso trabajo, el comité especial de la Cámara de Representantes que investiga la insurrección se prepara para dar a conocer sus resultados. Entrevistaron a más de 300 testigos, recolectaron 35.000 páginas de documentos y viajaron por todo el país para hablar con funcionarios electorales. Si bien los hechos fundamentales del 6 de enero son conocidos, la comisión asegura que la extraordinaria cantidad de material recogido –que incluye además mensajes de texto, correos electrónicos y registros telefónicos– arroja resultados concluyentes sobre el ataque.
"Trump anunció una conferencia de prensa en Florida para el primer aniversario del asalto, durante la que probablemente repetirá que le robaron las elecciones"
El objetivo de los nueve legisladores –siete demócratas y dos republicanos– no es mostrar solo la severidad de la revuelta, sino también establecer una clara conexión entre el ataque y la descarada presión de Trump sobre los estados y el Congreso para revertir la elección legítima de Biden como presidente.
“El panorama completo saldrá a la luz, a pesar de los intentos de Trump de ocultarlo’', dijo Liz Cheney, vicepresidenta de la comisión y una de los dos integrantes republicanos.
Trump anunció una conferencia de prensa en Florida para el primer aniversario del asalto, durante la que probablemente repetirá que le robaron las elecciones. Pese a que no presenta ninguna prueba, las encuestas muestran que los votantes republicanos le creen. Y casi todos los congresistas republicanos, muy conscientes del poder político que todavía detenta, parecen secundarlo.
Se sabe cómo transcurrieron los acontecimientos previos al 6 de enero. Meses antes de los comicios, Trump ya sostenía que las elecciones serían fraudulentas y que no aceptaría una derrota.
Cuando la victoria de Biden era un hecho, Trump se negó a reconocerla. Durante seis semanas, él y sus seguidores intentaron revertir el resultado del recuento de votos en estados claves a golpe de demandas y presiones sobre los políticos locales.
Cuando todos esos intentos fracasaron, se focalizaron en el 6 de enero. Ese día el vicepresidente Mike Pence debía convocar a las dos cámaras del Congreso para certificar la victoria de Biden. “Gran protesta en DC el 6 de enero”, tuiteó Trump. “¡Estén presentes, será salvaje!”.
Al mismo tiempo, aumentaba la presión sobre Pence para que detuviera la certificación de resultados, sobre la base de justificaciones legales cuestionables que hicieron circular los aliados de Trump y su jefe de Gabinete, Mark Meadows.
Todos estos elementos terminaron por confluir el 6 de enero.
Mientras el Congreso se preparaba para reunirse, Trump les decía a sus partidarios en un mitin frente a la Casa Blanca que las elecciones fueron “fraudulentas” y prometió que no cedería. Pence era la clave, dijo. “Si Mike Pence hace lo correcto, ganamos las elecciones”.
Trump les pidió a sus seguidores que fueran al Congreso y “lucharan como demonios”. Miles de personas se dirigieron al Capitolio. Entre ellas, miembros de grupos de extrema derecha como los Proud Boys y los Oath Keepers. En un hotel cercano, algunos aliados de Trump tenían una “célula de crisis” que supuestamente debía servir de vínculo entre los manifestantes y el Salón Oval y congresistas republicanos.
La toma por asalto paralizó el Capitolio. La policía y los refuerzos federales tardaron más de seis horas en recuperar el control del lugar.
Finalmente en las primeras horas del 7 de enero Mike Pence certificó los resultados, formalizando así la victoria de Joe Biden.
Agencias AFP, AP y ANSA
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