Las grandes ciudades prometen dar batalla por sus inmigrantes
Alcaldes y fiscales de Los Angeles y Nueva York advirtieron que combatirán en la Justicia los planes de Trump; el recorte de fondos federales, una de las amenazas
NUEVA YORK.- Las recientes órdenes ejecutivas del presidente Donald Trump revelaron la gravedad de sus propuestas sobre inmigración. Los alcaldes y fiscales de Nueva York y Los Angeles salieron inmediatamente a responder a Trump: la batalla legal para defender a los inmigrantes promete ser larga.
Poco después de hacer públicas las órdenes ejecutivas, los primeros manifestantes se congregaron en la plaza Washington, en Manhattan. Nueva York, precisamente la ciudad de Trump, es una de las que más mostraron los dientes ante las políticas del presidente. Junto con Los Angeles, fueron las que lideraron la ofensiva judicial de las ciudades para defender la reforma migratoria de Barack Obama cuando los republicanos la llevaron a los tribunales.
El alcalde neoyorquino, Bill de Blasio, advirtió que las autoridades municipales "no deportarán a los ciudadanos que cumplan las leyes, no separarán familias ni dejarán a chicos sin sus padres". Los decretos recién aprobados por la administración Trump, dijo De Blasio, "van en contra de nuevos valores, pero el trazo de una lapicera no cambia a los neoyorquinos".
En la manifestación estaba Kristine McGowin, de 45 años, que piensa protestar durante los próximos cuatro años de presidencia. "Me da mucho miedo, lo que dice y todo lo que puede llegar a hacer Trump. La gente le quitaba gravedad, pero estamos viendo que sí piensa y actúa como habla", dijo esta profesional del sector publicitario.
Ciudades como Los Angeles y estados como California, donde vive la mayoría de los inmigrantes indocumentados de Estados Unidos, están en una situación de alerta desde el día que Trump ganó las elecciones, ya que la administración pretende recortar los fondos federales a aquellas localidades que protejan a los extranjeros en situación irregular, es decir, que vivan bajo una suerte de pacto tácito de no agresión.
Entre esas llamadas "ciudades santuario", una denominación no oficial, ocupa un lugar destacado Nueva York, cuya alcaldía aprobó en 2014 la creación de un carnet de identidad con el que los "sin papeles" podían usar recursos municipales e, incluso, abrir cuentas bancarias. Los Angeles y San Francisco tienen instrumentos similares, y también Boston, Denver o Chicago son consideradas "santuarios".
"La seguridad de cualquiera que vive, trabaja o visita Los Angeles es nuestra prioridad", dijo en un comunicado el alcalde Eric Garcetti.
El funcionario hizo además una advertencia sobre las consecuencias económicas para una ciudad que, como Nueva York, se sentaría en el G-20 si fuera un país independiente. "Separar familias y cortar fondos a una ciudad -en especial Los Angeles, por cuyo puerto entra el 40% de los bienes a Estados Unidos- pone en riesgo la seguridad personal y la salud económica de toda nuestra nación", dijo.
Para las diez mayores ciudades de Estados Unidos, el recorte de fondos federales que Trump puso sobre la mesa podría sumar unos 2270 millones de dólares. De Blasio ya adelantó que pondría en sus presupuestos una partida adicional de 250 millones para los próximos cuatro años en reservas debido a la "enorme incertidumbre" que emana Washington. Si se cortan los fondos, recalcó, la ciudad irá a los tribunales a combatirlo.
Tom Cochran, presidente de la asociación que agrupa a los alcaldes de 1408 ciudades, y Thomas Manger, titular de los comandantes policiales de las principales ciudades del país, alegaron que la Corte Suprema calificó de inconstitucional negar fondos federales para obligar a las jurisdicciones a acatar políticas federales.
Ambos agregaron que, según cortes federales, las solicitudes de detención emitidas por la policía migratoria no ofrecen justificación legal suficiente para que las policías locales arresten a alguien.
Reclamo
Por su parte, el fiscal general del estado de Nueva York, Eric Schneiderman, advirtió que "Trump no tiene autoridad constitucional para cortar los fondos a las «ciudades santuario» porque protegen a los inmigrantes dentro de la legalidad".
"Exijo al presidente que revoque esa orden -reclamó Schneiderman-. Si no lo hace, haré lo que esté en mi poder para combatirla."
Al participar ayer en una reunión que los legisladores republicanos celebraron en Filadelfia, Trump dijo que finalmente combate las "ciudades santuario".
La batalla legal que viene muestra la actual fractura entre el poder de Washington, en manos conservadoras, y las grandes capitales de Estados Unidos, gobernadas por progresistas.
© El País, SL
Amanda Mars y Pablo Sandoval
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