Las facciones de las FARC que rechazan el acuerdo hacen sentir su fuerza
El crimen de los tres periodistas puso en evidencia el desafío que aún representan para la seguridad de esa región
BOGOTÁ.- El grueso de los excombatientes de las FARC , la guerrilla colombiana ya desarmada y convertida en partido político tras el acuerdo de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos, transitan hacia la legalidad. Pero no todos.
Entre los desafíos de seguridad que enfrenta el Estado en medio de la implementación del pacto sobresalen las crecientes acciones de los disidentes del grupo. Por cuenta de la facción liderada por Walter Patricio Artizala, alias Guacho, incluso se han desbordado a Ecuador, conmocionado por el asesinato de tres ecuatorianos secuestrados en la frontera.
La Fundación Ideas para la Paz (FIP) publicó una radiografía sobre "las trayectorias y dinámicas territoriales de las disidencias de las FARC". El estudio les atribuye a estas estructuras armadas capacidad para "desestabilizar las condiciones de seguridad en ámbitos rurales y urbanos, dinamizar economías criminales e influir negativamente en la implementación de los acuerdos", así como sabotear los esfuerzos para la construcción de paz "o los anhelos de los que dejaron las armas".
El gobierno vincula las disidencias principalmente al narcotráfico y la minería ilegal. Pero la FIP advierte que, como ha ocurrido en otros países con conflictos armados, sus motivaciones no siempre son exclusivamente económicas, y pueden primar otras: "Los cambios de liderazgos, los temores e incertidumbres sobre los avances de la implementación, las medidas de reincorporación y las garantías de seguridad, también han influido en el surgimiento de las disidencias".
Los cálculos sobre la dimensión de este archipiélago de grupos varían. El ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, ha calculado unos 1100 hombres en armas, menos del 15% de lo que eran las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), mientras la FIP estima la cifra entre 1200 y 1400 hombres.
El fenómeno se inició cuando una parte del Frente 1, una de las estructuras más representativas de las FARC cuyos orígenes se remontan a 1965, publicó a mediados de 2016 un comunicado en el que se apartaba del proceso de paz, al que tildó como una "traición". El Frente 1 opera en los departamentos de Vaupés, Guaviare y Meta. El anuncio provocó que la dirigencia de las FARC expulsara a cinco mandos que desafiaron la tradicional verticalidad de la organización, entre ellos Gentil Duarte, al que habían enviado para intentar poner orden.
Desde entonces, otras facciones disidentes, que se suman a varios grupos armados que intentan ocupar el espacio abandonado por los rebeldes, han surgido en distintas regiones. Entre ellas la liderada en el departamento de Nariño por Guacho, responsable de los tres asesinatos en la frontera con Ecuador. El 5% de los ataques de las disidencias han ocurrido en territorio ecuatoriano.
En varias regiones los disidentes ponen en riesgo las garantías de seguridad para los exguerrilleros y sus familiares contempladas en los acuerdos. "De un solo grupo (Frente 1) hemos pasado entre 16 y 18 estructuras, las cuales agruparían 1200 integrantes con algún tipo de presencia en diferentes zonas de 13 departamentos", de los 32 que componen Colombia, advierte el informe.
En los últimos 21 meses se han atribuido a las disidencias 147 acciones como enfrentamientos, emboscadas y bombas. También son responsables de reclutamiento y desplazamiento forzados. Y la tendencia va en aumento. En lo que va de este año, se han registrado por lo menos 46 acciones, 38 más que las ocurridas en el mismo período de 2017, alerta la FIP.
El informe además destaca, entre otros, a tres mandos de la extinta guerrilla que ahora lideran las estructuras más activas en distintas regiones. "No es posible equiparar las disidencias comandadas por Iván Mordisco en Guaviare, Vaupés y Guainía, con las que encabeza Gentil Duarte en el Meta, ni menos con las que encabeza Guacho en Nariño".
Los liderazgos más políticos y con mando militar se proyectan de manera similar en disidencia, como ocurre con Duarte, mientras los mandos cuyas funciones en la insurgencia se limitaron a conseguir recursos y manejar las finanzas tienden a degradarse y criminalizarse.
Los líderes de la disidencia
- Gentil Duarte: Miguel Santanilla Botanche fue comandante de las FARC desde finales de los años 90, y sus excompañeros le reconocen capacidades políticas y militares. Encabeza la disidencia del Frente 7, con más de 400 hombres. Viajó a La Habana durante las negociaciones
- Iván Mordisco: Néstor Gregorio Vera Fernández perteneció durante más de 25 años a las FARC, y se destacó como uno de sus mandos más disciplinados. Al mando de la disidencia del Frente 1, con menos de 200 hombres, lo distingue una actitud abiertamente hostil a los acuerdos y hacia quienes los promueven
- Guacho: Walter Patricio Artizala tiene conocimientos en explosivos y conexiones con el narcotráfico. Con agresivas campañas de reclutamiento, lidera el autodenominado Frente Olivier Sinisterra
© El País, SL
Santiago Torrado
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