Las duras frases que les dicen los soldados rusos a los médicos que les salvan la vida en un hospital ucraniano
“Vinimos acá porque son malvados y debemos eliminarlos a todos”, dijo uno de los combatientes del Kremlin atendido en Zaporiyia, adonde ninguno de ellos agradece el tratamiento
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En el hospital militar de la ciudad ucraniana Zaporiyia -a la que llegan a diario miles de desplazados forzados a abandonar sus casas por la ocupación rusa en el sur- se atiende a los soldados de Ucrania pero también a los de Rusia, sin distinción. Sin embargo, la actitud que muestran los combatientes del Kremlin con el personal de salud y las frases que se los escucha decir son atroces.
A pesar de ser curados, estos hombres no agradecen. “No sienten remordimientos, no saben lo que es la piedad. Solo un oficial de cuarenta años se arrepintió por haber sido enviado desde Moscú a invadir un país sin siquiera saber el motivo. Los demás, en cambio, fueron duros”, contó al corresponsal Fabio Tonacci, del diario La Repubblica de Italia, el director médico de ese centro y también traumatólogo y teniente coronel Viktor Pysanko.
Pero lo que le dijo uno de sus pacientes sobre los ucranianos fue aún más crudo: “Todos son nazis, sus hijos y sus mujeres merecen la muerte”.
El doctor contó que allí cuidan y estabilizan a los pacientes de Moscú y que después son entregados al Ministerio de Defensa o a los servicios secretos. Ellos tienen un cuarto especial, la “habitación rusa”, adonde las ventanas no tienen rejas y hay guardias armados que se encargan de controlar la situación.
La ucraniana Oksana Korchynska atendió a un soldado del Kremlin de 18 años y con problemas en una de sus piernas en ese hospital, por su rol de voluntaria, y lo acompañó después de haber sido operado. También decidió hacerle una pregunta luego de la matanza de mujeres y niños -22 de ellos reportados asesinados en Zaporiyia según la Fiscalía de Menores de Ucrania-: “¿Cuál es el problema?”.
A eso, el herido respondió: “Los niños también son nazis. Vinimos acá porque son malvados y debemos eliminarlos a todos”. No obstante, cuando fue consultado sobre el nazismo y sus características, no supo qué responder y se limitó a hacer silencio.
“Nuestro cirujano le había salvado la pierna y balbuceaba conceptos atroces como un zombi. Pensé que estaba bajo los efectos de las drogas, no podía creer lo que estaba sintiendo”, contó esta mujer voluntaria. Pero en realidad los análisis de sangre del joven combatiente no revelaron ningún parámetro anormal.
“Estoy acá para aniquilar a Estados Unidos”, dijo en ese mismo centro de salud otro joven ruso de 22 años que creyó que estaba en Ucrania para asesinar militares estadounidenses, según le habían dicho sus superiores.
El director del hospital, Pysanko, que lo tenía custodiado, contó que el soldado quedó sorprendido tras recibir tratamiento médico en el centro ucraniano y que le preguntó por qué se había salvado. “Nadie dudó nunca en curar a un soldado ruso”, aseguró el doctor.
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