Las dosis de refuerzo, el último símbolo de las desigualdades globales por las vacunas
Mientras gran parte del mundo no consigue las dosis que necesita, unas pocas naciones buscan reforzar la inmunidad de los ya completamente vacunados
- 5 minutos de lectura'
WASHINGTON.- La aplicación de dosis de refuerzo de las vacunas contra el coronavirus se ha convertido en el símbolo definitivo de la desigualdad pandémica. Mientras gran parte del mundo no consigue las dosis que necesita y tiene que dejar expuestos a sus trabajadores de la salud y grupos de riesgo, unas pocas naciones ricas están evaluando reforzar la inmunidad de los ya completamente vacunados con la aplicación de dosis suplementarias.
Pero enfrentarán resistencias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reclamó el miércoles una suspensión global de las dosis de refuerzo por lo menos hasta septiembre, señalando la imperiosa necesidad de vacunas de los países pobres. “No podemos ni debemos aceptar que países que ya han usado la mayor parte de la producción global usen todavía más, mientras las personas más vulnerables del mundo siguen desprotegidas”, dijo en un breve comunicado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Ya anteriormente la OMS había presionado para que se fijara la meta de tener vacunado al 10% de la población de todos los países del mundo para fines de septiembre. En algunos países, esa meta ha sido superada ampliamente y hace mucho tiempo. El 23 de julio, tanto América del Norte como Europa habían administrado al menos una dosis a casi la mitad de todos los residentes. Pero hay otros que muy por detrás: para esa misma fecha, poco más del 2% de la población del continente africano había sido vacunada.
Algunos expertos temen que el apuro por aplicar dosis de refuerzo en los países ricos profundice la injusticia del reparto. A pesar de sus recientes donaciones a países con menos acceso a las vacunas, el mensaje que reciben los trabajadores de la salud extranjeros es deprimente.
Pero el surgimiento de nuevas variantes en los países que administraron muchas vacunas genera ansiedad y redobla las presiones para que se administren dosis de refuerzo. En Israel y en Rusia la campaña de dosis de refuerzo ya está en marcha, y es probable que pronto comiencen en algunas partes de Europa: Alemania, Francia y Gran Bretaña, además de Chile y Uruguay en América del Sur, han anunciado planes para administrar refuerzos a ciertos segmentos de la población.
Estados Unidos está trabajando para ofrecer lo más rápido posible inyecciones de refuerzo a las personas con sistemas inmunológicos comprometidos, a medida que los casos de coronavirus siguen aumentando, dijo el jueves el principal experto en enfermedades infecciosas del país, Anthony Fauci.
Debate
El debate sobre las dosis de refuerzo está flotando desde los primeros días de la pandemia, pero el temor a que las variantes supercontagiosas, como la delta, produzcan “infecciones posvacunación” ha llevado el tema a un punto de inflexión. Aunque los casos de infección posvacunación son muy infrecuentes, coincidieron con un aumento de casos entre los no vacunados y dieron lugar a nuevas medidas sobre uso de barbijo y otras restricciones.
La mayoría de los líderes occidentales reconocen la disparidad en el reparto internacional de vacunas, pero siguen enfocados en sus propios ciudadanos. Es lógico: son quienes los votaron y quienes tal vez en poco tiempo más puedan volver a votarlos. Además, como no se sabe hasta qué punto los vacunados son portadores y propagadores del virus, querer una tercera dosis para proteger a los miembros vulnerables de la familia no es necesariamente una visión egoísta.
Pero para las compañías farmacéuticas que desarrollaron las vacunas, el dinero suele ser un motor poderosísimo. En julio, se produjo una inusual disputa pública entre Pfizer (junto con su socio alemán BioNTech) y el Departamento de Salud y Servicios Humanos, cuando esa agencia del gobierno norteamericano objetó al argumento del laboratorio de que posiblemente sean necesarias dosis de refuerzo. En ese momento, los expertos del gobierno advirtieron que la participación de los fabricantes en el debate sobre la necesidad de dosis de refuerzo puede ser sesgada.
Un informe de mayo de Bloomberg Intelligence reveló que las inyecciones de refuerzo podrían representar un mercado de entre 11.000 y 37.000 millones de dólares anuales a nivel mundial. Es probable que las dosis de refuerzo para las naciones ricas sean más rentables que las dosis iniciales en las naciones más pobres: para sus primeros 1300 millones de dosis, la iniciativa mundial Covax informa haber pagado un promedio de 5,20 dólares por dosis. El precio inicial que Pfizer le cobró a Estados Unidos fue de 19,50 dólares por dosis, y se espera que ese precio aumente.
Los expertos mundiales están unidos para reclamar una distribución más equitativa. Advierten que los mandatarios nacionales corren el riesgo de pensar el problema a corto plazo, en vez de pensar en el desastre a futuro. Los científicos han repetido hasta el cansancio que permitir que el virus circule a sus anchas en las naciones más pobres fogonea la aparición de variantes nuevas y más vrulentas, que no solo representan una amenaza para esos países, sino para gran parte del mundo ya vacunado.
El impacto sobre los trabajadores de la salud y otras personas vulnerables de los países en desarrollo podría ser grave. Pero también puede prevenirse. De hecho, en Estados Unidos se desperdician miles de dosis que podrían usarse. Hace poco, el sitio de datos Stat News estimó que algunos estados norteamericanos ya tenían un exceso de varios millones de dosis, muchas de las cuales probablemente se vencerían antes de ser aplicadas. Robert Ator, el jefe de la campaña de distribución de vacunas de Arkansas, dijo que su estado tenía tantas dosis que ya era “casi ridículo” y agregó que a esta altura Arkansas “está rebalsando de vacunas”.
The Washington Post
Traducción de Jaime Arrambide
Otras noticias de Vacuna contra el coronavirus
- 1
El chavismo afirma que el opositor que dejó la embajada argentina colabora activamente con la Justicia
- 2
The Economist nombró al país del año: cuál fue el elegido y qué dijo sobre la Argentina
- 3
Un ómnibus chocó con un camión y se prendió fuego: 32 muertos
- 4
Cómo el caso Pelicot relanzó debates jurídicos y sociales y qué podría cambiar tras la sentencia en Francia