Las desoladoras imágenes de una pequeña ciudad ucraniana recuperada tras la furia rusa
Las fuerzas ucranianas retomaron el control de Trostyanets, cerca de la frontera rusa, aunque el presidente Zelensky subrayó que la situación sigue siendo tensa en el noreste del país
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TROSTYANETS, Ucrania.– Los cuerpos de dos soldados rusos yacen abandonados en el bosque. Las fuerzas ucranianas, apiñadas sobre un tanque, muestran señales de victoria. Personas aturdidas se alinean en medio de edificios carbonizados para buscar ayuda. Estas son las imágenes de una ciudad ucraniana que ha recuperado el control, al menos por ahora.
Al llegar a Trostyanets, poco después de que las fuerzas ucranianas anunciaran que la ciudad del noreste, cerca de la frontera rusa, había sido retomada tras semanas de ocupación rusa, The Associated Press observó ayer un paisaje civil que ha visto lo peor de la guerra.
El hospital estaba dañado, con las ventanas llenas de cristales rotos. La estación de tren había sido tiroteada. Los residentes pisaban con cuidado, recelosos de las minas. Pasaban con sus bicicletas por los cráteres de la rutas y las ruinas de las casas. Todavía no está claro cuántos civiles han muerto.
La imagen se asemeja a la que los periodistas de AFP se encontraron ayer al llegar a Mala Rogan, un pequeño pueblo a pocos kilómetros de Kharkiv, que también fue recuperado por las fuerzas ucranianas y en donde había “cadáveres rusos en todos lados”, según describió un suboficial.
Los tanques rusos en Trostyanets yacen quemados, retorcidos, abandonados como los soldados en el bosque. Uno de los soldados tenía una banda roja alrededor de la pierna. El otro tenía un brazo extendido sobre su cabeza como si estuviera durmiendo la siesta sobre las hojas a la luz de la tarde. Un soldado ucraniano le dio un empujón con el dedo del pie.
Una “Z” roja marcaba un camión ruso, con el parabrisas fracturado, cerca de cajas apiladas de munición. Cientos de cajas, incluyendo algunas con proyectiles de artillería, habían sido apiladas alrededor de la ciudad. Los residentes, curiosos, se asomaron a una caja de proyectiles abierta.
No está claro a dónde fueron las fuerzas rusas, en qué circunstancias huyeron o si la ciudad seguirá libre de ellas en los próximos días. El presidente Volodymyr Zelensky, en su discurso nocturno, subrayó que la situación sigue siendo tensa en el noreste de Ucrania, en torno a Kharkiv, la gran ciudad más cercana, y en otras zonas.
Pero el regreso de las fuerzas ucranianas a Trostyanets es un alivio para un país que espera que algunas fuerzas rusas, bajo una feroz resistencia, se retiren.
Un alto funcionario de defensa estadounidense dijo que Washington cree que los ucranianos han retomado Trostyanets. El funcionario, que habló bajo condición de anonimato para discutir las evaluaciones de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, dijo que las fuerzas rusas permanecían en gran medida en posiciones defensivas cerca de la capital, Kiev, y que estaban haciendo pocos progresos en otras partes del país.
A finales de la semana pasada, con sus fuerzas estancadas en algunas partes del país, Rusia pareció reducir sus objetivos de guerra, diciendo que su principal objetivo era ganar el control del Donbass en el este.
En Trostyanets, tras semanas de ocupación e intensos combates, algunos residentes parecían haber perdido todo el sentido de la normalidad.
“Personalmente, no he visto mucho”, dijo un residente, Vitali Butski. Sin embargo, tres misiles impactaron en su casa. Muchos edificios más allá de la estación de tren están dañados, dijo.
Abrigado contra el viento helado, él y otros se aventuraron a ver lo que había quedado atrás.
La plaza frente a la estación de tren estaba llena de artefactos sin explotar. Trincheras y bermas se alineaban en la plaza en señal de que las fuerzas rusas intentaban defender su posición. En un búnker situado bajo la estación, con gruesos muros, había habitaciones llenas de uniformes y botas del ejército.
En las paredes había mensajes patrióticos, incluidos dibujos firmados por niños en ruso que decían “Gracias por la paz, soldado”. Otra habitación había sido utilizada como clínica, con goteros sin usar y escritorios convertidos en camas, aunque no había señales de sangre.
Se vieron paquetes de raciones de comida rusa entre los escombros. Pero los residentes indicaron que los soldados seguían teniendo hambre.
“Por las noches venían a nosotros, a nuestras casas y a nuestros sótanos, y nos robaban los pepinillos, las papas y la manteca de cerdo”, dijo una residente que no dio su nombre.
Llamó a los rusos “orcos”, o criaturas parecidas a los duendes. También había milicias de las regiones de Donetsk y Luhansk, dijo. Toda la ciudad había sido ocupada.
Ahora, para los residentes, hay algo de espacio para respirar. En la cola para recibir ayuda, saludaban a los tanques ucranianos que pasaban.
“Como pueden ver, aquí hubo batallas durante el mes pasado. Los proyectiles volaban por encima, y la gente decía que estaba asustada”, dijo Evgeni Kosin, de los servicios de emergencia. “Se quedaron sin comida y sin agua. La situación humanitaria era horrible. Ahora que no hay sobrevuelos ni bombardeos en los últimos tres días, quizás esté mejorando”.
Agencia AP
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