Las claves de la protesta que agita a Europa: qué reclaman los agricultores y por qué se oponen al pacto UE-Mercosur
El sector se manifiesta contra las políticas del Pacto Verde, que juzgan contradictorias, injustas e inquietantes para el futuro; cuáles son los reparos al impacto del acuerdo entre los bloques
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PARÍS.– La agitación que mantiene en vilo hace dos semanas al mundo rural europeo responde a un universo cada vez más complejo de políticas diferentes y reducciones de financiación impuestas a un sector que históricamente fue central en el mapa político continental. Francia no es el único país concernido. También protestan los agricultores belgas, alemanes y holandeses, entre otros. Ya confrontados a pérdidas económicas provocadas por la crisis climática, a pesar de los subsidios que reciben desde hace 60 años a través de la Política Agrícola Común (PAC) -una de los principales gastos del presupuesto del bloque-, los agricultores europeos protestan contra las políticas verdes, que juzgan contradictorias, injustas y que los inquieta para el futuro, y también tienen fuertes reparos al impacto del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE).
¿Cuáles son las reivindicaciones de los agricultores europeos?
Son múltiples y complejas. Reducción obligatoria de pesticidas, supresión de ventaja fiscal para el gasoil agrícola, negociación difícil con los industriales, competencia desleal con países extranjeros (como los sudamericanos del Mercosur)… En resumen, estiman que ya no pueden vivir de su profesión.
En el caso de Francia, denuncian la obligación del 4% de barbecho en las superficies agrícolas. “Zonas sin tratamiento” (ZNT), es decir distancias de seguridad que no pueden ser fumigadas en función de la presencia de espacios habitables y sitios que acogen a personas vulnerables, como las escuelas y cursos de agua.
“Surtransposiciones francesas”, o sea medidas nacionales de transposición de una reglamentación -en este caso europea-, que instauran normas más restrictivas que las originales. Futuro encarecimiento del llamado “diesel agrícola” después de la programada supresión de las subvenciones europeas. Obligación de pagar unos 47 millones de euros suplementarios por año por el consumo de agua. Sin contar con la complejidad de las reglamentaciones, que no les permitiría saber lo que pueden o no pueden hacer, son algunas de las reivindicaciones del sector.
El primer ministro francés, Gabriel Attal, anunció el jueves que Francia incluirá en su legislación el principio de “soberanía alimentaria” y reiteró el rechazo a un acuerdo de la UE con el Mercosur, entre varias medidas para aplacar el malestar de los agricultores locales.
Al detallar su programa para impulsar el sector agrícola francés -el mayor de Europa-, Attal dijo que estaba “descartado” que Francia acepte el acuerdo comercial con el bloque sudamericano. Entre otros anuncios, dijo que el gobierno dejará de imponer a sus agricultores una reglamentación más estricta que la exigida por la UE.
Las medidas son el más reciente intento de calmar a los enfurecidos agricultores, que llevan más de dos semanas con protestas y cortes de rutas. ”Queremos ser soberanos. Autosuficientes para cultivar alimentos, autosuficientes para cosecharlos, autosuficientes para alimentarnos. Llevaremos a la ley este objetivo de soberanía”, dijo Attal.
El presidente francés, Emmanuel Macron, celebró este jueves que el acuerdo entre la UE y el Mercosur “no se haya cerrado a toda prisa” y aseguró que Francia se opone en su forma actual a este pacto. ”En el estado actual de los textos del Mercosur, Francia se opone y se opondrá a este tratado de libre comercio con la región del Mercosur”, expresó el mandatario francés al cierre de la cumbre de la UE en Bruselas. ”Simplemente estamos pidiendo que las reglas ambientales y sanitarias que imponemos a nuestros agricultores y otras profesiones sean las mismas”, añadió.
Por su parte, el jefe del gobierno de España, Pedro Sánchez, dijo que el caso “está en manos de la Comisión Europea”, el brazo ejecutivo de la UE. ”La política comercial es una política común. La Comisión es quien negocia en nombre de los Estados miembros”, agregó.
El problema del “Green Deal” de la UE
A nivel europeo, un punto fundamental de la protesta es la prohibición del uso de pesticidas y herbicidas impuestos por el “Green Deal” de la UE. Lanzado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en 2019, el Pacto Verde europeo debe permitir al bloque alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, según lo estipulado en el Acuerdo de París.
Si bien todas las ramas de la economía europea son concernidas, la declinación agrícola del plan, bautizada “De la granja a la mesa”, lista una serie de objetivos que exasperan al mundo agrícola. Para 2030, el capítulo agrícola prevé la reducción de la mitad de los pesticidas, del 20% de los fertilizantes químicos y del 50% de la venta de antibióticos para los animales de criadero. Asimismo, para esa fecha, la parte de superficies cultivadas en bio deberá alcanzar el 25% y el 10% de las superficies productivas actuales tendrán que ser puestas en barbecho.
Ya sacudida por la crisis energética y la apertura del mercado interior a los productos ucranianos, el mundo agrícola sostiene que ese Pacto Verde de la agricultura lo fragilizará aun más. Dos estudios son regularmente invocados por sus detractores. El primero, realizado por una universidad de Países Bajos, afirma que la aplicación de esos objetivos provocaría importantes reducciones de rendimiento y una pérdida de valor de la producción europea evaluada en 12.000 millones de euros por año.
El segundo estudio, realizado por el Departamento de la Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) estima que las estrategias “De la granja a la mesa” y “Biodiversidad” provocarían una reducción del 12% de la producción agrícola europea.
¿Qué subsidios reciben los agricultores europeos por parte de Europa?
La Política Agrícola Común (PAC) es una de las más antiguas políticas europeas. Creada en 1962 para garantizar la seguridad alimentaria del continente, la misma evolucionó en forma considerable con los años, conservando sin embargo su importancia. Hoy está en el primer puesto de los gastos de la UE: 386.600 millones de euros por el periodo 2021-2027. O sea, un tercio del presupuesto del bloque.
En detalle, 291.100 millones provienen del Fondo Europeo Agrícola de Garantía (Feaga) y 87.500 millones de euros del Fondo Europe Agrícola para el Desarrollo Rural (Feader), a los cuales se agregan 8000 millones suplementarios del reciente plan de reactivación europeo.
Para simplificar, las ayudas son distribuidas en función de la extensión de la explotación. Así, el monto del pago redistributivo era de 26 euros/hectárea en 2015 y alrededor de 50 euros/hectárea desde 2016.
Los agricultores franceses son los principales beneficiarios, con más de 9500 millones de euros anuales. Esos subsidios representan el 22% de sus ingresos, según la Comisión Europea (CE). Les siguen los españoles, con 6900 millones de euros, y los alemanes, con 6400 millones.
¿Cuáles son las críticas al acuerdo entre la UE y el Mercosur?
En toda esta protesta de agricultores europeos, con escenas de caos este jueves en Bruselas, la oposición al acuerdo entre la UE y el Mercosur no es nueva. Pero esta vez se lee dentro del marco de las exigencias del Pacto Verde. Si bien antes denunciaban una “competencia desleal”, los agricultores europeos consideran ahora estar ante una agravamiento de ese peligro, ya que -afirman- los productores agrícolas sudamericanos de los países que integran el bloque (la Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) no están sometidos a las mismas exigencias.
Anfitrión de la COP21 y principal promotor de sus conclusiones, Macron ya había expresado su oposición durante su primer mandato, después de la violenta disputa que lo opuso al entonces presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a raíz de los incendios salvajes y la deforestación en la Amazonia. Desde entonces nunca cambió de opinión a pesar de las presiones que recibió de parte de Alemania y de la Comisión Europea, ambos favorables a ese acuerdo, así como otros países del bloque. No obstante, en 2020, Austria y Países Bajos adhirieron a la posición de Francia. Esa oposición nunca cambió.
“Tal como está sobre la mesa, el acuerdo UE-Mercosur es imposible de firmar”, dijo este miércoles el ministro de Agricultura francés, Marc Fesneau.
También lo señaló el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire. “Francia tiene la suficiente fuerza en Europa” para imponer su posición sobre el Mercosur, dijo. “Ese acuerdo no puede firmarse tal y como está. Y no se firmará”, señaló el funcionario.
“No están dadas las condiciones”
Ante la resistencia de los agricultores, la repetida negativa de Francia a aceptar el pacto UE-Mercosur, en víspera de las elecciones europeas en junio próximo y el avance de la extrema derecha, la Comisión Europea hizo saber el miércoles que actualmente “no están dadas las condiciones para seguir adelante” con el proceso de ratificación. El tema fue objeto de una reunión especial en la cumbre europea de este jueves en Bruselas, en la que se registraron fuertes protestas de agricultores ante el Parlamento Europeo.
La posición del gobierno de Javier Milei
En todo caso, el nuevo gobierno argentino hizo conocer desde el principio su intención de renegociar ese acuerdo, así como la necesidad de obtener un “nuevo” Mercosur.
“Trabajamos muy duro para llegar a un nuevo Mercosur y a otro acuerdo con la UE. El mundo cambió. No es lo mismo que era antes”, dijo la canciller argentina, Diana Mondino, a la prensa internacional en el Foro Económico de Davos a comienzos de enero.
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