Las cinco definiciones que dejaron las primarias en New Hampshire
Hillary sufrió una dura derrota en un estado que tenía una buena relación con los Clinton; Trump ganó impulso mientras que el establishment republicano sigue sin encontrar a su representante
CONCORD, New Hampshire.- No son los candidatos preferidos del establishment de cada uno de los partidos que pretenden representar en las elecciones presidenciales de noviembre. Y por eso ganaron. Ayer, en las primarias de New Hampshire, Donald Trump ganó con el 35% de los votos del Partido Republicano, 20 puntos por encima del segundo, John Kasich. Del bando demócrata, Bernie Sanders se impuso por el 60% de los votos y le sacó más de 20 puntos de diferencia a Hillary Clinton, su única contendiente en el espacio oficialista.
La victoria del magnate y del senador socialista son un recordatorio de los límites del poder partidario en un momento de enojo con Washington y de frustración con los políticos, en las primarias de New Hampshire que –de todas maneras- desde 1980 no elige al candidato que se termina convirtiendo en presidente.
A Hillary le fue peor de lo que todos pensaban
Todas las encuestas le daban a Bernie Sanders diez puntos de ventaja sobre Hillary Clinton en las primarias de New Hampshire. Pero la realidad fue aún peor para la ex secretaria de Estado. Finalmente, obtuvo el 38,3% de los votos (90.672 personas la apoyaron) frente al 60% del senador de 74 años (141.923 votos), con el 92% de los votos escrutados. Desde 1956, cuando Estes Kafavuer derrotó a Adlai Stevenson por 70 puntos, no había una diferencia tan grande entre los candidatos demócratas en la primaria de este estado.
Además de los números, el golpe para Hillary Clinton fue también desde lo simbólico. New Hampshire y los Clinton habían protagonizado, hasta ayer, una historia de amor. El estado consagró primera a la ex senadora en 2008, después de que ella saliera tercera en el caucus de Iowa, debajo de Barack Obama y a John Edwards. Antes, New Hampshire había mostrado y ratificado su apoyo a Bill Clinton. En 1992, el estado le dio un impulso cuando lo dejó segundo en las primarias y lo catapultaron a la nominación. Más tarde ese año, Clinton ganó ahí las presidenciales y lo mismo ocurrió cuatro años después.
Después de que New Hampshire le rompiera el corazón y que Iowa la sorprendiera con un "empate técnico", Clinton mantiene la esperanza. Las encuestas –si acaso les cree- le arrojan buenos números en en muchos de los estados que votarán el mes próximo.
Anoche, al aceptar su derrota, Hillary prometió dar batallar de cara a las próximas primarias este mes en Nevada y Carolina del Sur: "Vamos a luchar por cada voto en cada estado", dijo, reconociendo que la gente "tiene todas las razones en estar enojada".
Los jóvenes, la clave de la victoria de Sanders
"Lo que comenzó la semana pasada en Iowa, lo que confirmó Nuevo Hampshire hoy no es nada menos que el comienzo de una revolución política, que unirá a millones de personas", aseguró anoche Bernie Sanders al final de un largo discurso en la localidad de Concord.
Con un mensaje de cambio similar al de Obama en 2008, Sanders sigue captando la atención y el apoyo de los electores más jóvenes, los millenials, uno de los grupos demográficos que más colaboran con los sorprendentes resultados del senador socialista por Vermont en New Hampshire y Iowa.
Sanders consiguió el voto del 84% de los millenials en Iowa y el 85% en New Hampshire. Pero no sólo entre los más jóvenes el mensaje del senador cala hondo. En rigor, Clinton sólo ganó en la franja etaria de los mayores de 65 años. El veterano político independiente también logró competirle de cerca a su única rival demócrata los votos de las mujeres, un grupo que Hillary creía ganado, ya que busca convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos.
Sanders también cuenta con el apoyo de los votantes blancos, algo que le jugó muy a favor en New Hampshire, pero que le representará un desafío cuando compita en los estados con una amplia población afroamericana.
Trump no era sólo una ilusión de las encuestas
Las encuestas pronosticaban un triunfo en Iowa, pero no lo logró. También lo anticipaban ganador en New Hampshire, y ahí sí le acertaron. Y la diferencia fue abrumadora. Obtuvo el 35% de los votos, y quedó 20 puntos por encima del segundo, el gobernador moderado John Kasich.
"Vamos a hacer algo tan bueno, tan rápido y tan fuerte que el mundo nos volverá a respetar. Créanme", dijo Trump anoche ante sus seguidores y acompañado de su esposa, Melania Trump, tras agradecer a los votantes su apoyo y recuperar su ilusión de llegar a la Casa Blanca.
El magnate volvió a demostrar la división entre los republicanos y logró su "momentum" con su gran elección de anoche, mientras que también lleva la delantera para las primarias de South Carolina, donde las encuestas le dan en promedio 36%, según RealClearPolitics.
Marco Rubio y el dilema del establishment
El senador por Florida Marco Rubio, hijo de inmigrantes cubanos y el más joven de los aspirantes, con 44 años, quedó en el quinto lugar, con 10,5%, afectado por su pobre desempeño en el último debate del sábado pasado, lejos de la revelación de Iowa donde ocupó el tercer puesto cerca de Trump (23,1%).
"Nuestra decepción de esta noche no es por ustedes. Es por mí. No estuve bien el sábado por la noche", dijo a sus partidarios, reconociendo el peso de los debates sobre el electorado. "Escúchenme: esto no va a volver a suceder. No va a volver a suceder", agregó.
Para South Carolina por ahora le espera el tercer lugar nuevamente, debajo de Cruz, quien ayer salió tercero después de ganar en Iowa.
Ayer, Rubio quedó quinto, incluso debajo del deslucido Jeb Bush, por menos de un punto. Así, la pelea entre los cuatro candidatos del establishment, que incluye al gobernador de Ohio John Kasich -quien quedó segundo- y Jeb Bush -cuarto- se recrudecerá de aquí a las primarias de fin de mes, mientras que el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, anunció que se tomará una pausa para replantearse su carrera a la Presidencia.
Bush, hijo y hermano de ex presidentes y hasta el año pasado señalado como el favorito de la interna, dijo anoche que los votantes de New Hampshire han "reiniciado" la carrera por la candidatura republicana a la presidencia y agregó que su campaña "no está muerta".
"Los expertos tenían todo planeado el pasado lunes por la noche, cuando las asambleas de Iowa se acabaron", dijo. "Aseguraron que ahora la carrera [presidencial] era cosa de tres personas, dos senadores de primer año y una estrella de televisión. Y mientras que la estrella de televisión todavía lo está haciendo bien, parece que todos ustedes han comenzado una nueva carrera", agregó en referencia a la caída de Cruz y Marco Rubio en los resultados de esta noche.
Kasich, la sorpresa
El gobernador moderado John Kasich fue la sorpresa de la noche, al lograr el segundo puesto en New Hampshire, un triunfo que presentó como una victoria de la "luz sobre la oscuridad" de la política.
Con el 90% de los votos escrutados, Kasich logró el 15,9 % de los votos en la carrera por ser el candidato de su partido para las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
"Va a ocurrir algo. Si no tienen cinturón de seguridad, compren uno", afirmó el gobernador, al prometer que su campaña cobrará fuerza a partir de ahora.
Kasich –el candidato republicano elegido por The New York Times- concentró desde hace meses prácticamente todos sus esfuerzos en hacer campaña en new Hampshire y confía en que este triunfo impulse sus perspectivas a nivel nacional, donde ocupa el sexto lugar entre los republicanos.
Combativo y reformista para unos, y arrogante y díscolo para otros, Kasich está muy bien considerado por el aparato del partido -los más moderados- pero ha irritado en más de una ocasión a las bases, muy conservadoras y decisivas en las primarias.
Agencias AP, EFE y AFP
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