Las cartas del padre de Adolf Hitler que revelan cómo fue la crianza del dictador
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Una serie de cartas desconocidas hasta el momento que escribió el padre de Adolf Hitler, Alois, permiten analizar en profundidad los orígenes familiares del dictador nazi. La correspondencia sirvió como base para la publicación del libro El padre de Hitler, cómo su hijo se convirtió en dictador, que se presentó este lunes en Austria.
El libro -cuyo título en alemán es Hitlers Vater. Wie der Sohn zum Diktator wurde- fue escrito por el historiador austríaco Roman Sandgruber quien sostiene, en base a las misivas, que el padre del Führer tuvo un papel clave en la formación psicológica de su hijo.
Alois Hitler era un agente de aduanas austríaco y por su trabajo requería cambios constantes de residencia. Así, la familia de Hitler tuvo 18 direcciones diferentes en los primeros años de la vida de Adolf. Alois falleció en 1903.
El libro de Sandgruber se basa en 31 cartas que el padre del dictador le escribió al constructor de rutas Josef Radlegger después de comprar su granja en Hafeld, en el norte de Austria, según consigna el medio alemán DW.
El libro indica que, aunque Alois no tenía experiencia en la agricultura, él “siempre quiso ser agricultor profesional y culto, y ser mejor que otros”.
Según el autor de El padre de Hitler, Alois era un hombre autodidacta, presuntuoso, y una persona que se sobreestimaba enormemente.
La letra de Alois y la de Adolf era similar
La correspondencia inédita hasta ahora que permitió la realización del libro fue entregada hace cinco años por la nieta de Radlegger al autor. Las cartas estuvieron abandonadas durante décadas en un ático, hasta que ella las rescató.
Entre otras cosas, las misivas revelan que Alois utilizaba en su escritura la misma letra que su hijo, el llamado Kurrentschrift, una forma manuscrita antigua del alemán, con ángulos agudos y cambios de dirección.
El padre de Hitler revela también que el genocida Adolf Hitler, que nació en Brauan am Inn, Austria, en 1889, probablemente buscó ocultar de su biografía el hecho de que la familia había vivido una vez en una granja judía en Uefahr, cerca de la ciudad de Linz, en las márgenes del río Danubio.
También en las cartas se revela que la mamá de Hitler, Klara, fue atendida poco antes de su muerte, en 1907, por un médico judío que luego huyó a los Estados Unidos.
Hitler: antisemita desde muy joven
Sandgruber concluye en su libro que Adolf Hitler era antisemita desde su juventud. Esto contradice la mayoría de las corrientes históricas sobre el dictador que señalan que su odio hacia los judíos surgió después de que se mudara a Viena. Esta última teoría es la que sostiene el mismo Hitler en su libro Mi lucha.
Esta mudanza ocurrió alrededor de 1908, y el joven Hitler acudió a la capital austríaca para convertirse en artista, luego de haber sido rechazado en la escuela a la que pretendía asistir.
Los últimos descubrimientos en relación al origen del antisemitismo de Hitler están en línea con los relatos de August Kubizek, un amigo de Hitler en su adolescencia, que a menudo es citado por otros historiadores. Este compadre de juventud de Adolf Hitler escribió un libro de 60 páginas en 1943 en el que sugiere que su amigo tenía actitudes antijudías ya en su adolescencia en la ciudad de Linz.
Como líder del partido nazi, Hitler emergió como canciller alemán en 1933, desató la Segunda Guerra Mundial en 1939 y promovió el asesinato masivo de judíos y otras minorías en campos de exterminio ubicados en Alemania y otros países invadidos por los nazis.
Desprecio por la autoridad
La única rebelión significativa que tuvo Adolf Hitler contra su padre, según lo que indica el libro, fue rechazar el deseo de Alois de que también su hijo siguiera una carrera como funcionario público. “Él quería ser un artista libre y no seguir los pasos de su padre”, escribe Sandgruber.
Sin embargo, según el autor, tanto el padre como el hijo compartían el desprecio por la autoridad y eran anticlericales, a pesar de que Hitler no abandonó la Iglesia Católica. Según el libro, Alois solo iba a la misa para lucir su uniforme oficial.
Alexandra Föderl-Schmid, en una reseña para el periódico alemán Süddeutsche Zeitung, señala que el libro es importante porque hasta ahora “casi no había fuentes” sobre Alois.
Según el citado medio, “hay una gran cantidad de libros y películas sobre el chofer, el médico personal, el oficial de prensa, el fotógrafo y la secretaria de Hitler, pero nada de su padre”. Eso parece haber cambiado ahora con el libro de Sandgruber.
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