Las batallas comerciales de Trump marcan un punto de inflexión para EE.UU.
Las disputas con China y México amenazan con aumentar la inestabilidad económica, advierten los expertos
WASHINGTON.- El plan del presidente Donald Trump para asestar nuevos aranceles a las importaciones provenientes de México, apenas semanas después de haber redoblado su guerra comercial con China, deja a Estados Unidos luchando en varios frentes y amenaza con generar mayor inestabilidad para los productores, los consumidores y la economía global en su conjunto.
El anuncio cayó como una bomba: dijo que gravaría las importaciones mexicanas con un arancel del 5%, con la posibilidad de aumentarlo hasta el 25% si México no impide que los migrantes crucen a Estados Unidos. Ahora, algunos economistas temen que el apetito de Trump por los conflictos comerciales podría no tener límites.
"En nuestra opinión, si Estados Unidos quiere imponer aranceles y barreras no arancelarias a China y México, después puede llegar a considerar que los aranceles que pagan otros socios comerciales de Estados Unidos, como la Unión Europea, están demasiado bajos", advirtieron economistas de Barclays.
Adam Posen, presidente del Instituto Peterson de Economía Internacional, calificó la movida contra México como un punto de inflexión para los mercados financieros y la economía de Estados Unidos.
De hecho, la jugada de Trump sacudió a los líderes empresarios, que ya se devanaban la cabeza para reestructurar su cadena de suministros para evitar los daños colaterales del enfrentamiento entre Estados Unidos y China. Ahora, la incertidumbre adicional podría llevarlos a la parálisis, al no saber a ciencia cierta si la locación de su nueva cadena de suministros se verá afectada por nuevas medidas.
"Muchas empresas que se sienten presionadas para salir de China estaban considerando trasladar sus operaciones a México, para abastecer al mercado norteamericano, y a Vietnam, en el caso de que su foco esté puesto en Asia", dice William Reinsch, exfuncionario del Departamento de Comercio de Estados Unidos. "El anuncio de Trump les trastocó todos sus planes".
Mientras las empresas norteamericanas se apuran a encontrar nuevos lugares libres de aranceles para producir allí, hasta el momento son muy pocas las que anunciaron su intención de volver a producir en Estados Unidos, a pesar del objetivo manifiesto de Trump de utilizar la política exterior para hacer volver los puestos de trabajo a territorio estadounidense. Muchas empresas siguen buscando alternativas donde la mano de obra es más barata.
A modo de represalia, México seguramente imponga aranceles a los productos norteamericanos, y sus blancos más probables serán las importaciones de carne vacuna y porcina, trigo y productos lácteos.
Algunos dirigentes republicanos alertaron sobre que los nuevos aranceles pueden amenazar el acuerdo comercial que el gobierno de Trump abrochó hace apenas unos meses con México y Canadá en reemplazo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta) de 1994.
Otros dicen que ese cambio drástico de postura frente a México podría restarle credibilidad a cualquier acuerdo que Trump quiera cerrar con otros socios, incluidos China y Europa. "No se puede negociar un acuerdo comercial con alguien y borrar con el codo lo que se escribe con la mano", dice Douglas Holtz-Eakin, economista republicano y exdirector de la Comisión de Presupuesto del Congreso.
Por más que el nuevo arancel no suba del 5% inicial, su costo sería mayor, ya que muchos componentes cruzan la frontera varias veces durante el proceso de ensamblado, y el arancel debe pagarse cada vez que ingresan a Estados Unidos.
Entre los más perjudicados estarán las automotrices norteamericanas. El año pasado, Estados Unidos importó alrededor de 350.000 millones en mercaderías mexicanas, de los cuales 85.000 millones fueron por vehículos y autopartes, según la Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos. Los minoristas, las empresas de tecnología y la industria textil también recibirán el golpe.
La disputa con México recién arranca y la guerra comercial con China no para de profundizarse. China anunció anteayer que establecería una lista negra de empresas y organizaciones extranjeras "poco confiables", forzando en los hechos a las empresas de todo el mundo a tomar partido por Washington o por Pekín.
China también redobló su amenaza de dejar de vender a Estados Unidos las así llamadas "tierras raras", siete elementos con nombres exóticos como cerio, itrio y lantano, utilizados en imanes, aleaciones y pilas de combustible, y para la fabricación de misiles avanzados, teléfonos celulares y motores de avión.
Traducción de Jaime Arrambide
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