"Lady Al-Qaeda", la prisionera más codiciada por los extremistas
La imagen del prisionero más codiciado por los grupos jihadistas lejos está del estereotipo occidental del terrorista. Es una neurocirujana paquistaní, de familia de clase media, madre de tres hijos y educada en Boston, que cumple una condena de 86 años en una cárcel de Texas. Se llama Aafia Siddiqui, pero en Occidente la bautizaron como "Lady Al-Qaeda" por sus vínculos con la red fundada por Osama ben Laden.
Capturada en 2008, el nombre de Siddiqui volvió al centro de la escena luego de que los extremistas de Estado Islámico (EI), que luchan en Irak y Siria, ofrecieron intercambiarla por el periodista norteamericano James Foley y así desistir de su decapitación. Luego hicieron otra oferta por una norteamericana de 26 años secuestrada el año pasado. En ambos casos Estados Unidos lo rechazó.
Pero los jihadistas de EI no son los únicos que quieren a Siddiqui. Hace dos años, los talibanes afganos intentaron canjearla por el soldado estadounidense Bowe Bergdahl, que finalmente fue liberado en junio pasado a cambio de cinco presos afganos confinados en Guantánamo.
"Todos los grupos jihadistas quieren que Estados Unidos libere a Siddiqui porque es vista como una luchadora de calibre extremo. Aunque los dos grupos estén enfrentados, tanto para EI como para Al-Qaeda representa una figura simbólica del jihadismo global", explicó a LA NACION Theodore Karasik, director de investigación del Instituto de Análisis Militar del Golfo y Medio Oriente.
Por ahora, el gobierno de Barack Obama rechazó siempre la oferta de los jihadistas. Liberar a Siddiqui, sentenciada en 2010 por intentar asesinar a funcionarios estadounidenses en Afganistán, significa violar la política de no hacer concesiones a los grupos terroristas.
Implicaría, además, el regreso a las calles de una peligrosa luchadora. Siddiqui se transformó en la mujer más buscada del mundo en 2003, luego de ser mencionada en un interrogatorio por Khalid Sheikh Mohammed, cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas.
Pero recién fue capturada en 2008 en la ciudad afgana de Ghazini. Tenía documentos que explicaban cómo fabricar armas químicas y una "bomba de Ébola". Cuando el FBI y oficiales norteamericanos quisieron interrogarla, Siddiqui tomó un arma apoyada en el piso y abrió fuego contra los oficiales.
La historia de "Lady Al-Qaeda", de 42 años, es enigmática y está llena de cabos sueltos. Nació en Karachi, en el seno de una familia de clase media y de educación islamista. Hija de un famoso neurocirujano y una maestra, emigró de Paquistán en 1990, con sólo 18 años, para estudiar en Estados Unidos. Se graduó en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT) y obtuvo un doctorado en la Universidad de Brandeis, en Boston.
En 1995 se casó con el anestesista paquistaní Amjad Mohammed Khan, en un matrimonio arreglado por sus padres por teléfono. Un año después nació Ahmed, el primero de sus tres hijos.
Aafia siempre fue una activista musulmana activa: en Boston participó en campañas por Afganistán, Bosnia y Chechenia, y en 1999 fundó la ONG Instituto de Investigación Islámica.
El quiebre en su vida se produjo después de los ataques del 11 de Septiembre. En mayo de 2002, el FBI cuestionó a Siddiqui y a su marido por la extraña compra en Internet por 10.000 dólares en visores nocturnos, chalecos antibalas y 45 libros militares. Dijeron que los iban a usar para cazar.
El matrimonio empezó a hundirse. Según relató luego Khan a la prensa, en agosto de ese año se dio cuenta de que su mujer estaba involucrada con grupos jihadistas e intentó pedir el divorcio. La pareja regresó a Paquistán, donde finalmente se separó, dos semanas después del nacimiento de su tercer hijo.
Seis meses después del divorcio, según fuentes de inteligencia norteamericanas "Lady Al-Qaeda" se casó con Ammar al-Baluchi, sobrino de Mohammed, el ideólogo del ataque a las Torres Gemelas, detenido en Guantánamo. La familia de Aafia, sin embargo, siempre negó el vínculo.
En 2003, luego de que el FBI emitiera una alerta global con su captura, Aafia desapareció durante cinco años. Hay versiones contrapuestas sobre ese período misterioso. Según Estados Unidos, vivió en la clandestinidad entre Afganistán y Paquistán, e incluso planeó ataques de parte de Ben Laden. Pero, según la familia Siddiqui, Aafia fue retenida y torturada como una "prisionera fantasma" durante cinco años en el centro de detención de Bagram, en el norte de Kabul. Tanto el ejército norteamericano como el FBI y la CIA negaron esa acusación.
La detención de Aafia y su condena en una corte de Estados Unidos a 86 años de prisión provocaron la ira de miles de paquistaníes, que la veían como una víctima perseguida por su fe.
Entre los jihadistas, la leyenda de Siddiqui siempre se mantuvo viva. "Diez años atrás, durante la era de oro de Al-Qaeda, ella representó la nueva vanguardia de mujeres que pasaron al frente y se convirtieron en luchadoras", señaló Karasik. Y ahora, pese a que EI desplazó a Al-Qaeda del podio del terrorismo, Siddiqui es aún un símbolo para todos los grupos islamistas.
Neurocirujana y terrorista
Aafia Siddiqui
Terrorista paquistaní
Conocida en Occidente como "Lady Al-Qaeda", esta neurocirujana paquistaní educada en EE.UU. fue condenada a 86 años de prisión por intento de asesinato; los grupos jihadistas piden su liberación.
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