La violencia se expande y alarma a Río: hubo 20 tiroteos por día en enero
La cifra duplica los episodios armados del año anterior; crecen los enfrentamientos entre la policía y los narcotraficantes
RÍO DE JANEIRO.– Protegida por un hombre, una mujer embarazada en llanto corre para escapar de un tiroteo en la autopista Línea Amarilla, una de las vías más importantes de Río, con una extensión de 25 kilómetros. Los dos sentidos de circulación están cerrados: hay disparos de mortero contra los vehículos, mientras las llamas consumen neumáticos y pedazos de madera abandonados en el asfalto. El escenario de terror se creó en la mañana de anteayer, cuando durante un operativo policial murió uno de los jefes narcos de la favela Ciudad de Dios.
A los costados de la autopista, aterrados, los vecinos de la comunidad buscaban refugio en viviendas con poca protección, ya que están llenas de agujeros de balas, luego de tres meses de enfrentamientos casi cotidianos.
Durante el mes pasado, en la región metropolitana de Río situaciones como esa se repitieron 640 veces, entre tiroteos y disparos de armas de fuego, según un relevamiento de la aplicación Fuego Cruzado, una herramienta para celulares que recibe información oficial y denuncias de la población. De allí se desprende que cada día hubo un promedio de 20,6 episodios que incluyeron tiros. La cifra se duplicó en relación con el mismo mes del año pasado, cuando hubo 317.
Tan solo en Ciudad de Dios se reportaron 42 tiroteos en enero, más que el triple de los 13 del mismo mes de 2017. Según los investigadores, la situación de anteayer en la Línea Amarilla –que tuvo que ser cerrada durante una hora– fue una reacción violenta a la muerte de tres hombres durante un operativo policial, sobre todo porque entre los muertos estaba Rodolfo Pereira da Silva (alias Rodolfinho), señalado como uno de los mayores jefes narcos de Río. Desesperados en medio del enfrentamiento, varios conductores empezaron a circular a contramano, mientras que otros simplemente abandonaban sus autos.
El estado de Río, donde la mayor parte de la población se concentra en su capital y la región metropolitana, registró en 2017 el mayor número de muertes violentas desde 2009, con 6731 homicidios, un 7,5% más que el año anterior, de a cuerdo con un informe del Instituto de Seguridad Pública regional.
Según Cecilia Oliveira, gestora de la aplicación Fuego Cruzado, este año la situación de Ciudad de Dios es similar a la de la favela Rocinha: los tiroteos son casi cotidianos y ocurren a cualquier hora, lo que afecta la vida de miles de vecinos de esas comunidades. Más allá de eso, los enfrentamientos impactan sobre la rutina de todo Río.
Ese estado de situación está arrasando con la vida de los vecinos de Ciudad de Dios. Muchas veces no pueden salir de su casa para ir al trabajo, y si lo hacen, quedan atrapados en enfrentamientos en la vía pública. Pero toda la población de la ciudad se ve afectada, porque la Línea Amarilla es una vía de conexión de intenso tránsito. Las confrontaciones frecuentes están perturbando la rutina de gran parte de la población, afirma Oliveira, que para frenar lo que llama “la explosión de tiroteos en Río” propone más bien invertir en mejor inteligencia policial.
Un relevamiento hecho por la cadena Globo muestra que durante el año pasado la autopista Línea Amarilla tuvo 15 días de interrupciones de tránsito a causa de los enfrentamientos. Oficialmente, sin embargo, la empresa concesionaria (Lamsa) dice que en 2017 hubo tres paralizaciones “motivadas por cuestiones de seguridad pública”.
Francisco Erivaldo Nascimento, de 52 años, que vive en Engenho Novo, quedó atrapado en el fuego cruzado de una de las interrupciones de anteayer, dentro de un ómnibus. Contó que el viaje transcurría normalmente por la Línea Amarilla hasta que un grupo de policías militares pasó corriendo frente al vehículo disparando con fusiles en dirección a Ciudad de Dios.
“El ómnibus paró, los delincuentes respondieron y de repente me vi en medio de una guerra. Todos los pasajeros se tiraron al suelo y oímos muchos tiros. Fue un milagro que el ómnibus no haya sido baleado. Mucha gente pedía que el chofer abriera la puerta para salir corriendo, pero el conductor les respondía que eso era más peligroso. No dejó que nadie bajara y en cierto momento aceleró y puso fin a casi diez minutos de desesperación”, relató.
Según un jubilado que hace 44 años vive en Ciudad de Dios, la comunidad vive uno de los períodos más críticos de su historia. “El primer tiroteo [de anteayer] empezó a las 7. Gracias a Dios, todavía estamos en el período de vacaciones escolares, porque de lo contrario habría habido muchos chicos saliendo de su casa a esa hora. Uno de los delincuentes a los que mató la policía era el segundo en importancia de los jerarcas de la droga”, dijo.
Vera Lucia Fabris vive a algunos kilómetros de Ciudad de Dios, en Recreio, pero también sufre la violencia desenfrenada de la comunidad. “Siempre paso por la Línea Amarilla y noto que la situación se está saliendo de control. Vi que los dos sentidos estaban parados: los policías en el asfalto, la gente llorando. Hoy, cualquier carioca tiene miedo de salir de su casa”, afirmó.
El gobernador, Luiz Fernando Pezão, también se refirió a la violencia en la zona oeste. “Hoy la gente está pagando el precio de la desidia del gobierno anterior. Desde 2014, cuando asumí, la primera cosa que pedí a Brasilia fue apoyo para la seguridad pública. El narco tiene arsenales en varias comunidades y Ciudad de Dios no es la excepción”.
El secretario de seguridad de Río, Roberto Sá, dijo que las escenas que se vieron en la Línea Amarilla son de un organismo que lucha con los recursos que tiene. “El cierre fue una respuesta del narco a una acción de la policía contra el crimen”.
La crisis de seguridad obligó al gobierno de Michel Temer a enviar el año pasado 10.000 efectivos del ejército con la previsión de que permanezcan hasta fin de este año.
Señal negativa para Lula
Aunque no hizo una mención explícita del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, la presidenta del Supremo Tribunal Federal brasileño dijo ayer que considera “inadmisible e inaceptable” el desacato de fallos judiciales. Las declaraciones fueron formuladas en la inauguración del ciclo anual del Poder Judicial, en el contexto del caso de Lula, que puede ser detenido y quedar inhabilitado para competir en las elecciones presidenciales si se confirma la condena que recibió la semana pasada. La jefa de la Corte, la más alta instancia de apelación, ha dado ya varias señales contrarias al reclamo de Lula.
Las muertes por asesinatos, un lastre en toda la región
130
Homicidios cada 100.000 habitantes
Es el registro de 2017 en la capital venezolana, Caracas, que el año pasado se convirtió en la ciudad más violenta del mundo
40
En Río de Janeiro
Fue la tasa de criminalidad de la ciudad brasileña el año pasado, superada por otras ciudades del país, como Natal, con un índice de 70 asesinatos cada 100.000 habitantes
14
En Rosario
La ciudad mejoró sus índices en los últimos años; en 2016, la superó Santa Fe, que con un índice de 22,2/100.000 es la ciudad más violenta de la Argentina
3,28
En Buenos Aires
En 2016, las cifras porteñas de violencia cayeron un 42% respecto del año anterior y colocan a la capital argentina entre las menos violentas de la región, mejor incluso que Montevideo (tasa de 5,7/1000.000) y Bogotá (15,8)
Fuerte crítica al sistema de seguridad en Brasil
Un sistema “fallido”
Brasil tiene un sistema de seguridad “fallido” y la actuación de las fuerzas armadas contra el crimen funciona solo como un parche, dijo ayer el ministro de Defensa, Raul Jungmann. “El sistema falló en parte porque el gobierno federal no tiene mandato sobre la situación de los estados, solo en situaciones extraordinarias, lo que no debería ocurrir”, señaló Jungmann durante un evento titulado “El futuro empieza hoy”, organizado en Río de Janeiro
Redes criminales
El ministro también apuntó como otra de las causas la nacionalización y transnacionalización del crimen organizado, y puso el ejemplo del narcotraficante Antônio Bonfim Lopes, “Nem”, que a pesar de estar preso en una cárcel al norte del país desde hace años, consiguió provocar una ola de violencia en Río de Janeiro (sudeste). “Nem se encuentra a 5000 kilómetros de Río de Janeiro, pero aun así declara una guerra en la Rocinha (favela de esa ciudad) y hace que se convoquen las fuerzas armadas”, lamentó
Intervención militar
La convocatoria de militares para resolver situaciones de violencia en las ciudades brasileñas es una queja recurrente del ministro, que en año y medio se amparó en 11 ocasiones en la ley que autoriza esa intervención
Traducción de Jaime Arrambide
Carina Bacelar, F. Teixeira, R. Nascimento y R. Soares
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