La violencia recrudece en el este ucraniano y la OTAN alerta por un “ataque total”
En las regiones separatistas se multiplicaron las violaciones del cese de fuego y continuaron las evacuaciones hacia Rusia; Putin dirigió personalmente maniobras militares con misiles
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PARÍS.– Las violaciones del cese del fuego aumentaron en forma “espectacular” en el este de Ucrania entre el Ejército regular y los separatistas prorrusos, que multiplicaron evacuaciones y movilizaron reservistas. El presidente ruso, Vladimir Putin, incrementó, por su parte, la presión psicológica y militar sobre Occidente dirigiendo personalmente maniobras “estratégicas” de inédita amplitud, con utilización de misiles y sistemas de armas de última generación.
Estados Unidos persiste en acusar a Moscú, que desplegó decenas de miles de soldados en las fronteras orientales de Ucrania, de prepararse a atacar a ese país. Más del 40% de los 150.000 soldados apostados en esas fronteras se hallan ya en posición de ataque, declaró ayer un responsable del Pentágono.
“Una guerra amenaza nuevamente a Europa. Y el riesgo está lejos de atenuarse”, declaró a su vez el canciller alemán, Olaf Scholz.
“Todas las señales indican que Rusia planea un ataque total contra Ucrania”, alertó, por su parte, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg. “Estamos todos de acuerdo en que el riesgo de un ataque es muy elevado”.
En ese contexto de extrema tensión, Francia y Alemania recomendaron a sus ciudadanos salir de Ucrania y pidieron a aquellos que estén en las zonas más expuestas al riesgo de guerra, en el este del país, alejarse “lo antes posible”.
En el frente del este ucraniano, las fuerzas armadas regulares y los separatistas prorrusos se acusaron mutuamente de múltiples y graves violaciones de la tregua. Kiev anunció que dos de sus soldados murieron durante esos ataques. Fueron las primeras bajas militares ucranianas desde hace un mes, en esa guerra que comenzó en 2014 y ya provocó cerca de 14.000 muertos.
Los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) afirmaron ayer haber constatado un “aumento espectacular” de las violaciones de la tregua: 870 solo anteayer. A su juicio, el número de incidentes armados en la línea de demarcación es actualmente idéntico al de antes de julio de 2020, cuando se llegó al acuerdo para reforzar el cese del fuego establecido en 2015 por los acuerdos de Minsk.
Los separatistas de la autoproclamada y prorrusa “república popular de Donetsk”, que acusan a Kiev de querer recuperar ese territorio, calificaron la situación de “crítica” y anunciaron una “movilización general”. Lo mismo hicieron sus vecinos de la segunda autoproclamada “república popular de Lugansk”. Anteayer habían ordenado la evacuación de civiles hacia Rusia. Unas 200.000 personas dejaron ayer sus casas, según responsables locales.
En ese marco de febrilidad, varios obuses estallaron ayer a menos de 50 metros de Denys Monastyrsky, el ministro del Interior ucraniano, que visitaba el este del país. El incidente, que no provocó heridos, se produjo cerca del pueblo de Novoluhanske, en territorio de Donetsk, situado en la línea de frente con los separatistas apoyados por Rusia.
Gran adepto de la denominada maskirovka –una técnica de desinformación militar utilizada por el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial– Putin logró redoblar la tensión supervisando ayer personalmente las maniobras “estratégicas” de sus fuerzas armadas, que incluyeron disparos de misiles hipersónicos. El jefe del Kremlin había calificado recientemente esas armas de “invencibles”, subrayando que pueden transportar cargas nucleares.
“El objetivo principal de esos ejercicios es entrenar las fuerzas ofensivas estratégicas para que inflijan una derrota segura al enemigo”, declaró el jefe de Estado mayor ruso, Valeri Gerasimov, durante una reunión por videoconferencia, donde Putin apareció junto a su par bielorruso, Alexander Lukashenko. “Los misiles alcanzaron los blancos establecidos”, indicó el Kremlin, y precisó que las maniobras incluyeron aviones bombarderos Tu-95 y submarinos.
Como en días anteriores, Estados Unidos reiteró sus alertas. La vicepresidenta Kamala Harris agitó la amenaza de un refuerzo de la OTAN en el este de Europa en caso de ataque ruso y advirtió a Moscú que las sanciones económicas en su contra serían “severas y rápidas”.
Alemania y Ucrania, por su parte, volvieron a tomar distancia con las declaraciones alarmistas de los responsables estadounidenses.
“En situaciones de crisis, lo peor es presumir o tratar de adivinar” lo que va a suceder, dijo ante la Conferencia sobre Seguridad de Múnich la ministra de Relaciones Exteriores alemana, Annalena Baerbock.
“No creemos que sea necesario entrar en pánico”, dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ante una sala de diplomáticos y expertos. “Desde hace ocho años, Ucrania ha sido un escudo. Contiene a uno de los mayores ejércitos del planeta, que se ha desplegado frente a sus fronteras, y no en torno a las de la Unión Europea”, dijo el mandatario, que propuso una reunión con Putin. Zelenski reprochó a Occidente no ser suficientemente firme con Moscú, y llamó a cesar toda política de “distensión” con el Kremlin. Cuando la adhesión de Ucrania a la OTAN representa una línea roja para Moscú, también exigió un calendario “claro” para el ingreso de su país a la Alianza.
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