Agotadas, las ciudades de EE.UU. enfrentan otro desafío: el aumento de la violencia
NUEVA YORK.- En plena pandemia de coronavirus y con las protestas callejeras por el asesinato policial de George Floyd todavía al acecho, varias grandes ciudades en todo Estados Unidos se enfrentan a otro desafío: un aumento en los tiroteos que ya dejó a decenas de muertos, incluidos chicos pequeños.
Este incremento desafía una explicación fácil, dicen los expertos, señalando la mezcla tóxica de problemas que enfrentará Estados Unidos en 2020: una tasa de desempleo que no se vio en una generación, la pandemia que mató a más de 130.000 personas, las órdenes de confinamiento, un creciente repudio a la brutalidad policial, altos niveles de estrés, e incluso el clima tórrido de verano.
"Creo que es una tormenta perfecta de angustia en Estados Unidos", dijo la alcaldesa de Atlanta Keisha Lance Bottoms después de un fin de semana de gran derramamiento de sangre en su ciudad.
Jerry Ratcliffe, profesor de justicia penal de la Universidad de Temple y presentador del podcast "Reducing Crime", lo dice sin rodeos: "Cualquiera que piense que puede desenredar fácilmente todo esto, probablemente no sepa de qué está hablando".
El presidente Donald Trump aprovechó la ola de violencia para buscar obtener ganancias políticas, acusando a los demócratas de ser débiles y sugiriendo que el aumento de la delincuencia está siendo impulsado por las recientes protestas que piden justicia racial, reforma policial y drásticos recortes en la financiación de las fuerzas de seguridad.
"La ley y el orden son los componentes básicos del sueño americano, pero si la anarquía prevalece, este sueño se desmorona", dijo la semana pasada la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany.
Funcionarios policiales de la ciudad de Nueva York y en otros lugares dicen que los recientes derramamientos de sangre demuestran que hay algunos cambios que tienen consecuencias negativas, particularmente la reforma del sistema de fianzas, promulgada antes de las protestas, pero exacerbada por la situación.
Los delincuentes envalentonados sienten "que los policías ya no pueden hacer nada, que la gente rechaza a la policía, que un criminal puede salirse con la suya, y que es seguro llevar un arma a la calle", dijo el jefe del Departamento de Policía de Nueva York, Terence Monahan esta semana.
Los comentarios de Monahan se produjeron después de un fin de semana largo en el que hubo una serie de tiroteos que dejaron 10 muertos. En lo que va del año, los tiroteos aumentaron más del 53%, a 585, respecto del mismo período del año pasado.
El reciente estallido de violencia quedó reflejado en un titular del New York Post sobre una ciudad devastada por el crimen que pedía "Ayuda" al alcalde Bill de Blasio. Esa tapa es casi idéntica a una realizada hace 30 años, cuando hubo más de 2000 asesinatos al año. Pero el crimen ha estado disminuyendo durante más de una década: hubo alrededor de 300 el año pasado.
La ola delictiva también se disparó en otras ciudades importantes. En Dallas, los delitos violentos aumentaron más del 14% de abril a junio. En Filadelfia, los homicidios aumentaron un 20% durante la semana que terminó el 5 de julio respecto al año pasado. En Atlanta, 31 personas fueron baleadas durante el fin de semana, cinco fatalmente, en comparación con siete tiroteos y un asesinato durante la misma semana en 2019.
Algunos sindicatos policiales dicen que las fuerzas de seguridad simplemente no están haciendo su trabajo por temor a ser acusados.
Bottoms, una demócrata, estalló después de que una chica de 8 años fuera asesinada a tiros cerca del restaurante Wendy's de Atlanta, donde Rayshard Brooks murió tres semanas antes en un enfrentamiento con la policía que luego fue acusada penalmente.
"Es algo muy grave lo que está sucediendo", dijo en una conferencia de prensa. "Pero estos tiroteos aleatorios, salvajes y del Lejano Oeste tienen que terminar".
El equipo de campaña de Trump en Georgia afirmó que Atlanta era una "zona de guerra" después de que Bottoms "perdiera el control de la ciudad. Lo que comenzó como protestas pacíficas, rápidamente se volvió violento", señalaron.
La campaña de Trump también lanzó el domingo en Facebook y Twitter un bombardeo publicitario que costó 250.000 dólares, alegando que "el crimen violento ha ESTALLADO" mientras los manifestantes piden recortes en los departamentos de policía de todo el país. El anuncio presenta un video de una estación de policía vacía con un teléfono que primero suena y luego deriva la llamada a un contestador automático, que dice que el tiempo estimado de espera es de cinco días.
El video termina con la frase "No estarás a salvo en la América de Joe Biden".
La campaña de Biden dijo que el enfoque de Trump fue solo otra distracción de su "inacción y mala gestión" de la crisis delcoronavirus .
"Mientras Donald Trump busca alguna nueva cuestión cultural para dividir al pueblo y celebra el Día de la Independencia con una nueva retórica contra la raza, los estadounidenses se están contagiando el coronavirus a tasas alarmantes, y todavía no hay un plan nacional coherente para abordarlo", dijo T.J. Ducklo, vocero del precandidato demócrata.
Los mensajes de Trump fueron más allá de la campaña publicitaria. Donald Trump Jr. compartió en Facebook un meme en el que se ve a Davon McNeal, de 11 años, quien fue asesinado a tiros en Washington durante una comida al aire libre durante el fin de semana.
"Davon fue asesinado después de una serie de violencia BLM (Black Lives Matter) el cuatro de julio", dice el meme.
Sin embargo, el tiroteo no estuvo relacionado con Black Lives Matter, el movimiento detrás de muchas de las protestas contra la brutalidad policial. El chico había estado el sábado en un pic nic contra la violencia orientado a las familias, pero cuando fue a buscar un cargador de teléfono en la casa de su tía fue golpeado por hombres armados que bajaron de un auto.
Tracie Keesee, una oficial de policía de larga data en Denver y Nueva York que cofundó el Centro para la Equidad Policial, dijo que es importante saber qué es lo que está impulsando el aumento de la criminalidad, ya sea drogas, violencia doméstica o pobreza. Pero rechazó las generalizaciones.
"Hay que entrar en los números", dijo.
Los defensores de una reforma policial dicen que hay que buscar las causas profundas del aumento del crimen.
Los funcionarios del gobierno deben "ser reflexivos, matizados y contextuales acerca de estas cosas", dijo el presidente liberal del Consejo de la Ciudad de Nueva York, Corey Johnson, a la estación de radio WNYC esta semana.
Vincular los tiroteos con las reformas, agregó Johnson, es dar "una imagen inexacta de lo que se trata la reforma de la justicia penal y solo demoniza el momento en que estamos y no hablamos de lo que nos trajo hasta aquí".
Al igual que Nueva York, Chicago ya había visto un aumento en los homicidios y tiroteos en la primera parte del año. Pero aunque la violencia disminuyó en Nueva York por la orden de quedarse en casa, los tiroteos en Chicago continuaron, probablemente debido a la guerra de pandillas, dijo Wesley Skogan, quien estudia el crimen en el Instituto de Investigación de Políticas de la Universidad Northwestern.
Diecisiete personas fueron asesinadas en Chicago y 70 resultaron heridas, uno de los fines de semana feriados más sangrientos que se recuerde.
Las pandillas "no están particularmente preocupadas de los riesgos de estar ahí afuera", dijo Skogan. "De todas las cosas por las que probablemente estén preocupados, el coronavirus probablemente está muy abajo en la lista".
Agencia AP
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