La Unión Europea alcanzó un acuerdo clave para reformar el pacto migratorio del bloque
Después de tres años de parálisis en las negociaciones, el nuevo reglamento se propone ampliar la duración de la detención de inmigrantes en las fronteras del bloque, pero los países menos afectados también deberán contribuir
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PARÍS.- Tras años de negociación y cuando la entrada de migrantes aumentó considerablemente en los últimos meses, los 27 Estados miembros de la Unión Europea (UE) alcanzaron en Bruselas un acuerdo sobre el último capítulo del Pacto sobre la Migración y el Asilo. El pacto tiene, sin embargo, varias etapas que sortear antes de entrar en vigor.
“Hoy hemos dado un gran paso adelante en una cuestión crítica para el futuro de la UE. Con la decisión de hoy estamos en una mejor posición para alcanzar un acuerdo sobre todo el Pacto de Asilo y Migración con el Parlamento Europeo antes de finales de este semestre”, dijo en un comunicado el ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska. Su país ejerce la presidencia rotativa de la UE.
El psicodrama que agitaba al bloque desde hacía semanas concluyó con resultado positivo hoy por la mañana en el Consejo de Embajadores (Coreper). La Italia de la premier Giorgia Meloni no había apreciado las concesiones hechas a Alemania para la solución de crisis (en caso de flujos masivos de migrantes) y, durante la última reunión del Consejo Europeo, el 28 de septiembre, su ministro del Interior, Matteo Piantedosi, se había negado a apoyar el texto, impidiendo así alcanzar la mayoría calificada para aprobarlo.
Sin embargo, ante las dudas de algunos de poder llegar a una solución, fuentes del consejo aseguraban que Italia necesitaba mostrar su desagrado y que “en algunos días todo irá mejor”. Y eso fue lo que se produjo. Italia y Alemania se sumaron a la mayoría calificada para ese último texto del pacto migratorio. Aunque no todos estuvieron de acuerdo.
Polonia y Hungría mantuvieron sus posiciones negativas, mientras Austria, República Checa y Eslovaquia se abstuvieron. Pero las negociaciones con el Parlamento Europeo podrán comenzar. Y todos reconocen la necesidad de obtener un acuerdo sobre ese delicado tema –terreno favorito de la extrema derecha– antes de las elecciones europeas de junio próximo.
El fin de semana pasado, Meloni protestaba contra las subvenciones alemanas a los barcos de las ONG que socorren a los migrantes en el mar Mediterráneo y los envían hacia los puertos italianos.
“No se puede jugar a la solidaridad con las fronteras de los otros”, decía indignada en Malta. “Proponemos otra enmienda en virtud de la cual el país responsable de acoger a los migrantes transportados en un barco de una ONG sea el del propio pabellón del navío”, agregaba. Todo eso quedó después en la nada gracias a la supresión de una minúscula parte del texto, como suele suceder siempre en las negociaciones multilaterales.
Nueva normativa
La normativa que tanto se discutió regula el mecanismo de crisis que se activará para asistir a los Estados miembros afectados por llegadas repentinas y masivas de nacionales de terceros países.
Sin embargo, aun en esta situación de presión extrema, la UE renuncia a establecer cuotas obligatorias de reparto de refugiados entre los Estados miembros, una medida que reclamaban los países de primera línea, como Italia, España y Grecia.
En su lugar, el reglamento acordado contempla un menú de opciones de solidaridad a la carta para que cada país elija. Además de las reubicaciones de refugiados, los Estados miembros pueden optar por ofrecer contribuciones financieras, apoyo para las devoluciones de migrantes irregulares, el procesamiento a distancia de demandas de asilo u otras medidas alternativas que contribuyan a resolver la crisis.
En paralelo a las medidas de solidaridad, el acuerdo permite al país afectado por una crisis migratoria flexibilizar o suspender temporalmente las obligaciones que le imponen las reglas de la UE sobre asilo.
Este es uno de los puntos que preocupaban particularmente a Alemania, por considerar que reduciría la protección a los refugiados. Por eso, Berlín reclamaba excepciones para las familias con niños, que finalmente no logró.
El acuerdo alcanzado restringe aún más la aceptación de las solicitudes de asilo y amplía los plazos de estudio del expediente de los pedidos de estatus de refugiado en los países que declaran hallarse en una situación de crisis. También permite extender la duración de la detención de los solicitantes de asilo a ocho semanas, además de los 18 meses autorizados en condiciones normales.
El texto incluye asimismo el concepto de “instrumentalización” de la migración cuando un país (o toda la UE) es víctima de un intento de desestabilización por medio de la llegada masiva de migrantes, como fue por ejemplo el caso en 2021 en la frontera entre Polonia y Bielorrusia.
Bruselas tendrá ahora que elaborar un plan de solidaridad acorde con el texto votado. Ese plan deberá ser después ratificado por los Estados miembros. Pero ese no será el final del camino. La Comisión Europea deberá todavía negociar y acordar con el Parlamento Europeo, que es colegislador en esta cuestión.
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