La última entrevista de Henry Kissinger en la que advirtió sobre el mayor peligro en el mundo
El exsecretario de Estado analizó en mayo de este año los grandes temas de la actualidad mundial y el rol de la política exterior de Estados Unidos
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WASHINGTON.- Tras conocerse la noticia de la muerte de Henry Kissinger a los 100 años, uno de los secretarios de Estado norteamericanos más recordados de la historia (1973-1977), toman relevancia sus últimas declaraciones en una larga entrevista, de más de ocho horas a la revista británica The Economist. En aquella oportunidad, se explayó sobre la guerra entre Rusia y Ucrania y en la que también había expresado preocupación sobre las relaciones de su país con China y el futuro de la Inteligencia Artificial (IA).
Kissinger recibió en mayo en su oficina del piso 33 de un edificio Art Deco en el centro de Manhattan a The Economist. El exsecretario de Estado de las administraciones del republicano Richard Nixon y su sucesor, Gerald Ford, se encontraba en ese momento trabajando en dos libros, uno sobre IA y el otro sobre las grandes alianzas internacionales. En aquella oportunidad comparó la actual rivalidad de las alianzas con la situación previa a la Primera Guerra Mundial, “donde ninguna de las partes tiene mucho margen de concesión política y en la que cualquier perturbación del equilibrio puede tener consecuencias catastróficas”.
En aquella oportunidad, el exsecretario de Estado, quizás el hombre que más sabía sobre las relaciones entre Estados Unidos y China y que propició el acercamiento entre ambas potencias en los años 70, se había mostrado alarmado por la competencia cada vez más intensa entre Washington y Pekín por la preeminencia tecnológica y económica. “Los dos mayores peligros para la paz en este momento somos nosotros dos [Estados Unidos y China]. En el sentido de que tenemos la capacidad de destruir a la humanidad”, había dicho.
En su opinión, el destino de la humanidad depende de si los dos gigantes pueden llevarse bien. Y creía que el rápido progreso de la inteligencia artificial (IA) en particular, les deja a Washington y Pekín “solo de cinco a diez años para encontrar una manera de llegar a un acuerdo”.
Desde el punto de vista norteamericano consideró que hay una mala interpretación de las aspiraciones chinas: “Dicen que China quiere dominar al mundo… Pero la respuesta es lo que ellos [China] quieren es ser poderosos”, había analizado Kissinger. “No avanzan hacia la dominación mundial en un sentido hitleriano”.
En cuanto a los riesgos de la IA, Kissinger había manifestado su preocupación especialmente por las consecuencias que podría tener la IA en la rivalidad entre Pekín y Washington.
“Son dos tipos de potencias entre las que, históricamente, hubiera sido inevitable una confrontación militar. Pero esta no es una circunstancia normal, debido a la destrucción mutua asegurada y la inteligencia artificial. Estamos en el comienzo de una capacidad en la que las máquinas podrían imponer una peste global u otras pandemias, no solo nucleares, sino cualquier campo de destrucción humana”. Por eso, había advertido: “Las circunstancias exigen líderes responsables, que al menos intenten evitar el conflicto”.
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