La UE tiembla otra vez, ahora por Italia
Como en el Brexit, las fuerzas antisistema lograron un triunfo en un referéndum que forzó la renuncia del premier Renzi
ROMA.– Primero fue el Brexit. Después, la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales norteamericanas. Ayer fue el turno de Italia. Los vientos antisistema que soplan en el mundo le propinaron una aplastante derrota al premier Matteo Renzi en el referéndum constitucional que se celebró en el país, que él mismo había convertido en un virtual plebiscito de su liderazgo.
Según resultados aún no definitivos, los italianos rechazaron de modo contundente los cambios en la carta magna propuestos por el joven premier, que, tal como había prometido, hoy presentará su renuncia. Los sondeos en boca de urna indicaban que el no arrasaba con el 59,5% de los votos, mientras que el sí obtenía el 40,5%. Una diferencia aplastante, de casi 20 puntos.
Fue una victoria por goleada de sus opositores y de los de los grupos antisistema, en especial del Movimiento Cinco Estrellas (M5E), del cómico genovés Beppe Grillo, que desde 2013 es el primer partido de Italia. Se teme que la paliza sufrida por Renzi, que contaba con el apoyo de las instituciones europeas, tenga repercusiones hoy en los mercados.
Renzi, que cometió el error de personalizar la consulta electoral, hizo honor a su promesa de que iba a irse si perdía el referéndum. Pasada la medianoche local, al reconocer la victoria "extraordinariamente neta" del no, con "un nudo en la garganta" sentenció que la experiencia de su gobierno había terminado. Y anunció que hoy le presentará su renuncia al presidente de ltalia, Sergio Mattarella.
"Si pierdes, no puedes hacer como si nada hubiera pasado...la experiencia de mi Gobierno termina aquí", añadió Renzi
Mattarella se convertirá ahora en la figura clave de una enésima crisis de gobierno y deberá decidir si existen las condiciones para que se forme un nuevo gobierno encabezado por alguna personalidad del Partido Democrático -quizás el propio Renzi, aunque es difícil-, o deberá llamar a elecciones anticipadas.
Apenas se conocieron los primeros datos de la gran paliza, la oposición, exultante, salió a pedir la cabeza del ex alcalde de Florencia, de 41 años, que se jugó su futuro político al vincular el éxito del referéndum a su permanencia en el poder.
"Si se confirmaran, los datos sería una gran victoria, Renzi debería renunciar en los próximos minutos y los italianos ir a votar enseguida", dijo Matteo Salvini, líder de la Liga Norte e impulsor del no. "Queremos también entender cuánto costó esta campaña electoral faraónica", agregó Salvini.
Coincidió Renato Brunetta, jefe del bloque de Forza Italia: "Renzi debe dimitir. Su derrota es también la derrota de los poderes fuertes, de las sociedades financieras especulativas".
En un referéndum que polarizó al país como pocas veces, 46,7 millones de italianos estaban llamados a decirle sí o no a una reforma de la Constitución que apuntaba a darle más estabilidad al país al eliminar el bicameralismo perfecto italiano y convertir al Senado en un elemento más bien decorativo. Los italianos debían contestar esta pregunta: "¿Aprueba usted el proyecto de ley constitucional con disposiciones para superar el bicameralismo paritario, la reducción del número de parlamentarios, la contención en los costos de funcionamiento de las instituciones, la supresión del Consejo Nacional de Economía y del Trabajo y la revisión del título V de la parte II de la Constitución?".
Participación
Las urnas se abrieron a las 7 de la mañana y se cerraron a las 23. Y en un fiel reflejo de que lo de ayer fue mucho más que un referéndum, la participación fue récord, del 68%, muchísimo mayor que la esperada y similar a la de elecciones generales.
A las 19 ya habían votado nada menos que el 57,24% de los italianos, según el Ministerio del Interior. El dato superaba con creces el del último referéndum, que se celebró en abril pasado, sobre la extracción del petróleo y el gas natural: entonces, a la misma hora había votado sólo el 23,5% del electorado. Los datos de la participación también reflejaban una neta división del país: los italianos habían votado mucho más en el centro-norte de la península que en el Sur.
"Voté por el sí para que Italia deje de ser un país embalsamado, donde nada cambia y donde es evidente que el sistema político no funciona, si no el país estaría mucho mejor y no en la decadencia absoluta en la que se encuentra", dijo a LA NACION Marco De Angelis, fisioterapista de 50 años, al salir de votar de la escuela Emanuele Gianturco, del centro histórico de esta capital.
"Yo voté por el no porque no quiero darle todo el poder al gobierno. Y, además, porque estoy disgustado con Renzi y su gobierno, que dicen que todo anda bien y es evidente que todo va mal en este país", dijo Gianni Tassetti, jubilado obligado a salir a trabajar porque no llega a fin de mes.
Según analistas, de hecho, para la mayoría de los italianos fue el factor bolsillo, más que el cambio de 47 artículos de la carta magna italiana, el que los llevó a castigar a Renzi, en un referéndum para muchos inexplicable, que terminó por hundirlo. El ex alcalde de Florencia, que quiso pasar a la historia como el gran reformador, después de 34 meses en el poder, ahora está al borde de despedirse de la política.
Una diferencia que sorprendió
El no
57-61%
Obtuvo el no. Según los boca de urna de la RAI, el no a los cambios en la Constitución italiana habría aplastado al sí por unos 20 puntos
El sí
39-43%
Obtuvo el sí. De acuerdo con tres sondeos en boca de urna, el sí obtuvo menos votos de los esperados
69%
De participación.
La participación de los italianos fue superior a la de otros referéndums constitucionales
Del editor: ¿cómo sigue? Como si fueran fichas de dominó, el malestar se extiende por los grandes países de Occidente; ahora espera Francia.