La UE logra un salto evolutivo al sellar el histórico pacto pospandemia
PARÍS.– Fruto de tres años de preparación entre Francia y Alemania y de la cumbre europea más larga en dos décadas, los 27 países de la Unión Europea (UE) lograron hoy un acuerdo de reactivación económica común de 750.000 millones de euros que representa la evolución más importante del bloque desde la creación del euro.
Eran las 5.32 cuando llegó el tuit del presidente del Consejo Europeo (CE), Charles Michel: "Deal!" (acuerdo). Pocos segundos después, un mensaje del presidente francés, Emmanuel Macron , afirmaba: "Día histórico para Europa".
Tras cuatro días y cuatro noches –más de 90 horas– de acaloradas discusiones, los jefes de Estado y de gobierno de la UE llegaron por fin a un acuerdo sobre un plan de reactivación que les permitirá afrontar en mejores condiciones la grave recesión provocada por el coronavirus.
Un acuerdo que por momentos pareció imposible entre dos grupos de países con posiciones casi irreconciliables. Por un lado, la gran mayoría de los 27 miembros del bloque, liderados por Francia y Alemania, que defendían la idea de ayudas masivas a los países más castigados por la pandemia, sobre todo aItalia y España . Por el otro, los autodenominados "frugales" ( Holanda , Austria , Suecia y Dinamarca ) y su aliado finlandés , que trataron de obtener ventajas hasta último momento para apoyar un proyecto al cual eran filosóficamente hostiles: el de una Unión más federal y más integrada.
Y para salvar lo esencial de ese proyecto hubo que hacer importantes concesiones. Así lo reconocieron Macron y Angela Merkel , que pusieron todo su peso en la balanza a fin de convencer a los recalcitrantes. En resumen, se logró mantener el principio de un endeudamiento común por 750.000 millones de euros, aun cuando, en marzo, la oposición de los países del norte –Alemania incluida– lo hacía casi irrealizable. Con los meses y la crisis sanitaria, ante el riesgo de explosión del mercado interno y del euro, la canciller alemana terminó por convertirse a esa forma de "mutualización" de las deudas destinadas a financiar nuevas transferencias hacia los países en dificultad.
Los analistas no se equivocan cuando califican este acuerdo de "histórico". Ayer, el eje franco-alemán logró además que ese plan de reactivación fuera ampliamente utilizado como una verdadera herramienta de solidaridad: 390.000 millones de euros serán destinados a los países que más lo necesitan en calidad de subvención, sin necesidad de reembolso. Italia recibirá unos 70.000 millones, España 60.000 y Francia cerca de 40.000 millones. El saldo del plan –360.000 millones– se otorgará como préstamos a aquellos que lo requieran y que podrán, de ese modo, reducir el costo de su financiación en los mercados.
El proyecto inicial estipulaba un total de 500.000 millones de euros en subvenciones. "Pero en toda negociación es necesario saber ceder", analiza una fuente francesa en Bruselas.
Ayer por la mañana, visiblemente cansada, Merkel se declaró "muy aliviada" por los resultados: "Europa demostró que puede actuar en conjunto", dijo. El jefe del gobierno español, Pedro Sánchez , saludó "un verdadero Plan Marshall". En medio de la algarabía general, el primer ministro holandés, Mark Rutte, líder de los "frugales", se mostró más circunspecto, negándose a hablar de un "acuerdo histórico": "Yo no emplearía ese término", dijo con desdén.
Pragmatismo
Defensores empecinados del rigor presupuestario, los países del norte consideraban inaceptable el principio de las subvenciones para Estados como Italia, calificados de "laxistas". Pero el pragmatismo terminó por imponerse, pues los "frugales" son los principales beneficiarios del mercado interior europeo.
"Los dirigentes de los países del norte lideran con frecuencia gobiernos de coalición. Si se los coloca en dificultad, se corre el riego de favorecer los populismos", justificó Macron. En vísperas de elecciones legislativas en 2021, el holandés Rutte jugaba en esta cumbre su futuro político, consciente de que 75% de sus conciudadanos está en contra de "regalar" dinero a los países del sur.
La canciller alemana tampoco lamentó las concesiones realizadas: "Son parte del espíritu de compromiso, aun cuando sea doloroso".
En todo caso, como el plan de reactivación se sumará al presupuesto comunitario 2021-2027, y que no podrán negociarse por separado, el club de los "tacaños" –el otro nombre de los "frugales"– aprovechó para avanzar sus peones. Entre los trofeos: obtuvieron una mayor rebaja de su contribución presupuestaria y una reducción del presupuesto comunitario, que incluye las generosas subvenciones agrícolas.
Por el contrario, Rutte y sus aliados no consiguieron imponer un control sobre los desembolsos de las ayudas. Ni París ni Berlín cedieron a esas exigencias asimilables a una tutela de los Estados en dificultad. Holanda tuvo que conformarse con un mecanismo en el cual los 27 disponen de un derecho de monitoreo de la forma en que los países utilizan las subvenciones. Pero de ningún modo un derecho de veto, como pretendían.
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