La UE le da una última oportunidad a Grecia
Después del referéndum, Merkel y Hollande dijeron que "la puerta sigue abierta"
ATENAS.- La sentencia que arrojó el referéndum después del dramático proceso que vivió Grecia en las últimas dos semanas reforzó el poder del primer ministro Alexis Tsipras, que hoy presentará en Bruselas un nuevo plan a sus acreedores (el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo).
Hasta ayer, sin embargo, nada indicaba que el rotundo voto de afirmación nacional de los griegos hubiera conmovido sobremanera a sus socios europeos, que seguían pasablemente divididos en cuanto a la necesidad de dar a Atenas una nueva oportunidad. Mientras Italia y Francia defienden la idea de ayudar a Tsipras, Alemania y la mayoría de los países nórdicos estudian con real interés la eventual salida de Grecia de la zona euro.
Para disipar esa impresión, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, François Hollande, se reunieron anoche en París. Ambos admitieron, en diálogo con la prensa, que "la puerta sigue abierta", pero instaron a Grecia a "dar muestras de responsabilidad".
"Ahora le toca al gobierno de Alexis Tsipras hacer propuestas serias y creíbles para que esta voluntad de seguir en la zona euro pueda traducirse en un programa duradero", dijo Hollande en la declaración conjunta con Merkel. Ese gesto de apertura contrastó, sin embargo, con las declaraciones del equipo de la canciller y de su partido desde Berlín, así como de responsables del Eurogrupo en Bruselas. Fieles a la estrategia de intransigencia adoptada desde que el primer ministro griego llamó al referéndum, todos subrayan la reticencia de muchos líderes a reiniciar negociaciones sobre un nuevo plan de ayuda este mismo martes.
A través de su vocero, Merkel hizo saber que "Berlín descarta por el momento" un nuevo plan de rescate: "La condiciones previas no existen", dijo Steffen Seibert. También aclaró que la canciller no está dispuesta a contemplar la posibilidad de una quita de la deuda griega, como lo solicita Tsipras inútilmente desde hace meses y como lo aconsejó el 2 de julio el FMI.
Por su parte, el BCE mantuvo el techo total de préstamos de emergencia en 89.000 millones de euros para los bancos griegos, pero endureció las condiciones de acceso a esos créditos. En todo caso, los bancos griegos deberían permanecer cerrados durante toda la semana.
Tsipras, en todo caso, hizo visibles esfuerzos de conciliación en vísperas de su viaje a Bruselas.
Después de pronunciar un mesurado discurso tras la victoria del domingo, el primer ministro ofreció a sus socios del Eurogrupo la cabeza de Yanis Varoufakis, su abrasivo ministro de Finanzas, que anunció su renuncia ayer por la mañana en su blog.
Tsipras lo reemplazó por Euclides Tsakalotos, un economista marxista educado en Oxford, considerado mucho más pragmático que su antecesor.
"No les escondo que estoy nervioso y ansioso. Es un momento difícil para Grecia", dijo Tsakalotos durante la asunción del cargo.
"No podemos aceptar acuerdos que no sean sostenibles para Grecia", agregó.
En una reunión de siete horas de duración, el primer ministro también obtuvo de todos los líderes políticos del arco democrático griego (excluyendo a los neonazis de Aurora Dorada) una declaración conjunta en la cual afirman que el no con el cual Grecia rechazó los términos propuestos por la "troika" de acreedores, no fue de ningún modo "un mandato de ruptura" con la Eurozona.
En tanto, el FMI informó que su jefa, Christine Lagarde, mantuvo ayer un diálogo telefónico con Tsipras, y que le ofreció asistencia técnica a Atenas. "Seguimos la situación de cerca y nos mantenemos dispuestos a ayudar a Grecia si nos lo piden", dijo Lagarde en un breve comunicado.
Suicidio
Protegiéndose con su elegante Panamá del aplastante sol ateniense de mediodía, Antonis Choudalakis termina su café sentado en uno de los bares más exclusivos de la capital. A los 71 años, el fundador de una de las principales industrias textiles del país y dueño de una fortuna considerable, explica por qué anteayer votó no en el referéndum, como el 61,5% de los griegos:
"Si votábamos sí, nos mataban. Preferimos suicidarnos", admitió.
Choudalakis, que votó a los conservadores toda su vida, advierte: "Las loas de todos los populismos del mundo no deberían confundir a la gente. El no del pueblo griego no fue la expresión ideológica de gente a favor de un gobierno de izquierda radical. Yo detesto a Tsipras, pero los pueblos no pueden ser humillados. No teníamos otra solución, fuéramos de derecha o de izquierda".
Las cifras parecen darle la razón. Todos los distritos del país, incluso los más opulentos, votaron mayoritariamente por el no en el referéndum de anteayer. Y los griegos parecen bastante satisfechos del resultado, aunque no tengan idea de lo que les sucederá en las próximas semanas.
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