La turbulencia en los mercados obliga a Jair Bolsonaro a suspender el lanzamiento de Auxilio Brasil, un plan social clave
El presidente brasileño debió postergar el anuncio del ambicioso programa con el que busca levantar sus niveles de aprobación de cara a las elecciones de 2022
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RÍO DE JANEIRO.– El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, tenía preparada este martes una de sus mayores ofensivas para apalancar sus posibilidades electorales en 2022. Pero el lanzamiento del programa Auxilio Brasil, una versión que absorbía y robustecía el exitoso Bolsa Familia, quedó postergado por turbulencias en el mercado financiero.
Bolsonaro se disponía a presentar en el Palacio del Planalto el pago de 400 reales mensuales –unos 72 dólares– a cerca de 17 millones de brasileños hasta el final del año que viene, cuando a media hora del inicio se canceló la ceremonia.
En la práctica, el Auxilio Brasil absorberá el Bolsa Familia –borrando la marca del Partido de los Trabajadores (PT)– y doblará el valor que paga actualmente ese programa, algo que puede convertirse en un insumo vital para el presidente brasileño, quien ve caer su popularidad a menos de un año de la elección presidencial.
“Estamos cerrando el texto. Pensábamos anunciarlo, pero no está definido”, dijo João Roma, ministro de Ciudadanía, al dejar rápidamente el Congreso luego de una reunión con miembros de las dos cámaras. Roma dejó claro que la repentina postergación se debió a que quedó bajo la lupa la ingeniería para proporcionar los recursos adicionales, de casi 5500 millones de dólares.
La ampliación del antiguo Bolsa Familia repercutió negativamente en el mercado, con el temor de que las cuentas públicas caminen hacia un deterioro mayor. Según admitió el propio Roma, la fórmula del gobierno intenta burlar la ley de “techo de gastos”, creada en 2016 para impedir el aumento de gastos dentro del presupuesto que no estén compensados por impuestos o el corte de otras erogaciones.
Mientras que el dólar cayó en relación con otras monedas emergentes, en Brasil se apreció y cerró el día a 5,59 reales, una suba de 1,35% pese a la intervención del Banco Central. Terminó con el valor más alto desde el 15 de abril. La Bolsa de San Pablo, en tanto, se derrumbó y registró una caída de 3,29% en su principal índice de valores, el Ibovespa, y cerró con el menor valor desde marzo.
La reformulación del principal programa asistencial de Brasil empalmaría con el fin del Auxilio de Emergencia, que en octubre cumple su último mes, y aparece como una necesidad política para Bolsonaro.
Popularidad en caída
La popularidad del presidente está en caída y la economía no crece como preveía el gobierno, dos factores que explican la urgencia por colocar más dinero en el bolsillo de los brasileños relajando el control de las cuentas públicas, evaluó Mauricio Santoro, politólogo y profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) en diálogo con la nacion.
El Auxilio Brasil significará una derrota para el ministro de Economía, Paulo Guedes, quien desde hace meses traba dentro del gobierno una pulseada para limitar la expansión de gastos. “El equipo económico decidió aceptar el impacto negativo para las cuentas públicas en nombre del éxito en las elecciones”, dijo Santoro.
La preocupación entre economistas y agentes del mercado se debe a que, pese a la confirmación del contenido, el gobierno todavía no explicó claramente la fuente de donde provendrán los recursos, generando temores de que pueda ser burlado el techo de gastos, y deteriorando las cuentas públicas.
El conductor en el Congreso de la propuesta del gobierno que crea el Auxilio Brasil, el diputado Marcelo Aro, dijo que hubo “un cambio abrupto” en la propuesta que escapó del control del Congreso. Aro señaló que el gobierno no mostró espacio para financiar el nuevo programa, lo que malogró el anuncio.
La fórmula para saltar de los 190 reales actuales a 400 y, además, ampliar los beneficiarios de 14 a 17 millones es compleja y deberá pasar por el Congreso. El presupuesto apenas tiene contemplados recursos para afrontar la mitad del programa pretendido por Bolsonaro. El gobierno pretende usar los recursos contemplados hasta ahora para el Bolsa Familia y, además, conseguir recursos nuevos a través de un crédito extraordinario y de la postergación de los llamados precatórios, deudas del Estado contraídas en sentencias judiciales.
“Me parece una maniobra electoral, no una política de Estado. Necesitamos una política estructural, no creo que los beneficios temporales sean la solución” para los más necesitados, criticó Aro, y confirmó que el gobierno buscaba una fórmula de presupuesto permanente con ingresos temporales, debido a la postergación del pago de deudas y la emisión de deuda .
La evaluación de Bolsonaro empeoró y la reprobación del gobierno alcanzó un nivel récord de 53% en septiembre, de acuerdo con la última encuesta de la consultora Datafolha. Si las elecciones fuesen hoy, el mandatario brasileño sería derrotado por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en una eventual segunda vuelta.
La economía del país enfrenta severas dificultades. El desempleo es del 13,7%, según datos de julio del Instituto Brasileño de Estadística, y la disparada inflacionaria pone en jaque a millones de personas. Brasil acumuló en septiembre 10,25% de inflación en un año, por primera vez en dos dígitos desde 2016.
“Hay graves problemas sociales en el Brasil pandémico y Bolsonaro perdió mucha popularidad por ese motivo. El nuevo Auxilio Brasil es un esfuerzo por enfrentar eso y mantener al presidente competitivo para 2022″, concluyó Santoro.
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