La temible brigada rusa que fue diezmada en Ucrania y refleja la destrucción en las filas del Kremlin
El fatal destino de la 200° Brigada Independiente de Fusileros Motorizados es una muestra del descarrilamiento de los planes de invasión de Vladimir Putin; según un documento filtrado, de 1400 soldados, quedan 900 en pie
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HELSINKI.- Los submarinos equipados con armas nucleares entran y salen de las gélidas aguas frente a las costas de la península rusa de Kola, en el extremo norte de Europa. En las colinas circundantes, hay decenas de búnkeres cavados en la tierra donde se almacenan misiles capaces de destruir ciudades enteras.
Desde la Guerra Fría, este arsenal del Ártico ha sido protegido por una unidad de combate considerada una de las fuerzas más temibles de Rusia, la 200° Brigada Independiente de Fusileros Motorizados, hasta que este año tuvo que enviar a sus mejores hombres y armas a Ucrania, donde fue básicamente diezmada.
La 200° Brigada fue una de las primeras unidades que se zambulló en Ucrania el 24 de febrero, como parte de un feroz asalto sobre la ciudad de Kharkiv. Pero ya en mayo la unidad retrocedía desesperadamente hasta detrás de la frontera rusa para reagruparse, según documentos internos de la brigada a los que tuvo acceso el diario The Washington Post y detalles hasta ahora no revelados que fueron provistos por los militares y agentes de inteligencia de Ucrania y Occidente.
Según un documento que detalla el estado de sus filas, de los 1400 soldados de dos batallones tácticos que habían partido de la guarnición de la 200° Brigada en Rusia, a fines de mayo quedaban menos de 900 hombres. El comandante de la brigada había resultado gravemente herido, y algunos de los que aún se contaban como parte de la unidad figuraban como hospitalizados, desaparecidos o eran “objetores” (“refúseniks”) que se negaban a luchar, según los archivos internos de los militares rusos obtenidos por los servicios de seguridad de Ucrania y compartidos con The Washington Post.
En parte, el colapso de la brigada refleja la dificultad de su misión, así como el valiente desempeño de las fuerzas armadas de Ucrania. Pero un examen más detenido muestra que el destino de la 200° Brigada también quedó signado por las mismas fuerzas que descarrilaron los planes de invasión del presidente ruso Vladimir Putin: la corrupción endémica, errores de cálculo estratégicos y la incapacidad del Kremlin para comprender las verdaderas capacidades de sus propias fuerzas armadas o las de su adversario.
Después de meses de ceder territorio y perder miles de soldados, ahora Putin está tratando de rescatar su ambiciosa aventura bélica con una fuerza que en su conjunto se parece bastante al actual estado de la 200° Brigada: está muy diezmada, significativamente desmoralizada y llena de reclutas novatos.
Según funcionarios y expertos occidentales que examinaron los documentos, las cifras y testimonios recogidos revelan una brigada al borde del colapso.
“Están a apenas el 60% de su fuerza y se ven obligados a depender de refuerzos que no están alejados”, dice Pekka Toveri, exdirector del servicio de inteligencia de defensa de Finlandia. “Hay muchachos que se niegan a pelear y soldados que no aparecen. Todo indica que a Rusia le ha ido espantosamente mal.”
Según los documentos internos de la brigada, durante un ataque el comandante de la unidad sufrió heridas tan graves en la cabeza que quedó vomitando, desorientado e incapaz de recordar los eventos del campo de batalla, y poco después debió ser hospitalizado. Muchas de las armas más potentes de la unidad, incluidos los tanques y los lanzacohetes móviles, fueron destruidas o capturadas.
En los meses transcurridos desde el inventario de mayo, la brigada ha sufrido más pérdidas en diversos enfrentamientos, incluido un tiroteo en julio en la aldea nororiental de Hrakove, y también fue una de las fuerzas rusas derrotadas en la contraofensiva de Ucrania para recuperar gran parte de la región de Kharkiv durante el mes de septiembre.
Además, la brigada se fue degradando desde dentro. Las tropas calificadas y los oficiales profesionales enviados a la batalla al comienzo de la guerra con tanques T-80BVM de última generación dejaron lugar a una masa de reclutas mal entrenados con equipamiento pobre u obsoleto.
Penurias
De hecho, los propios soldados de la brigada describen las penurias de su condición.
“La unidad está en un estado de profundo deterioro”, dijo un soldado que sirve en la 200° tras ser reclutado durante la leva masiva ordenada por Putin en septiembre. Entrevistados por The Washington Post a principios de este mes, el soldado y varios de sus compañeros contaron que al llegar recibieron “cascos pintados del año 1941 y chalecos sin protección”. “Ni siquiera nos entrenan. Simplemente te dicen: ‘Ahora sos fusilero, acá tenés una ametralladora’.”
El desmembramiento de la 200° se destaca incluso en una guerra que ha sido desastrosa para gran parte del ejército ruso. La brigada entró al conflicto con mejor entrenamiento, equipos más modernos y más experiencia de combate, incluidas misiones anteriores en Ucrania, que la mayoría de las otras unidades rusas. Ahora, dada la magnitud de sus pérdidas “ni siquiera se la puede considerar una fuerza de combate”, dice un oficial militar europeo.
Parte de la devastación de la 200° se debió a que le encomendaron una de las tareas más difíciles de la invasión. “El frente que le asignaron demostró estar muy bien defendido por ucranianos altamente motivados”, dice un alto funcionario de inteligencia europeo.
El plan de guerra ucraniano giró sobre todo en torno a la defensa de Kiev, la capital del país, pero también requería que múltiples unidades blindadas, incluida la 92° Brigada Mecanizada, centraran su potencia de fuego en la defensa de Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania.
El castigo que le infligieron a la 200° en esas primeras batallas y las decenas más que siguieron siguen siendo un motivo de orgullo bélico para los altos oficiales ucranianos. “¿Qué puede decirse de ellos?”, dijo recientemente el general ucraniano Oleksandr Syrsky, quien luego comandó la contraofensiva en Kharkiv, cuando se le preguntó sobre la 200° brigada rusa. “Lo que puede decir es que escapan muy bien.”
La brigada también sufrió las mismas complicaciones que afectaron a otras unidades rusas: falta de comida y combustible, después de consumir, vender o intercambiar sus reservas críticas en las semanas previas a la invasión.
La decisión de Putin de mantener la invasión en secreto hasta último momento, incluso de sus principales asesores, dejó a los comandantes con poco tiempo para preparar las tropas, y menos aún para coordinar planes de ataque con otras unidades.
Carnicería
Aturdido por la inesperada resistencia de Ucrania, la 200° pasó las siguientes semanas defendiéndose de nuevos ataques, mientras se atrincheraba en posiciones defensivas al norte de Kharkiv, señalan las autoridades ucranianas. Fue durante este tramo de la guerra que el comandante de la brigada, el coronel Denis Kurilo, de 44 años, resultó gravemente herido en un ataque que destruyó el vehículo que lo trasladaba, según funcionarios occidentales. Inicialmente, los funcionarios ucranianos informaron que el ataque ocurrió a fines de marzo y que Kurilo había sido asesinado. Pero los registros internos de la brigada hablan de una “lesión de combate fechada el 22 de abril” que finalmente requirió la hospitalización del coronel ruso.
El cuartel general de la brigada solo hizo públicos algunos indicios de la carnicería. A mediados de marzo, el gobernador de la región rusa de Murmansk, donde se encuentra la guarnición base de la 200°, anunció que en Ucrania habían muerto tres soldados y un oficial, a quienes calificó como “verdaderos héroes”.
Pero era apenas una ínfima fracción de las verdaderas bajas.
Los registros internos de la brigada incluyen un recuento detallado del personal sobreviviente en mayo, después de su retirada a través de la frontera rusa hacia la región de Belgorod. La autenticidad de los documentos a los que accedió The Post fue confirmada por funcionarios de seguridad occidentales.
Una página incluye una tabla que enumera a 892 soldados y oficiales todavía “presentes” y adjuntos a los dos grupos tácticos de batallón que se habían desplegado desde Pechenga en los días previos a la guerra. Funcionarios de los servicios de seguridad europeos que monitorean de cerca a la 200° Brigada dijeron que esos dos grupos tácticos habían comenzado con un total de entre 1400 a 1600 soldados.
Un funcionario occidental describió como “catastrófico” el perjuicio de tales pérdidas sobre la efectividad y la moral de la unidad de élite rusa.
Entre los restantes, la tabla enumera 21 hospitalizados, seis desaparecidos y nueve “refuseniks”, soldados que se niegan a combatir. También muestra que la 200° Brigada esperaba 138 refuerzos, aunque no indica su formación ni su experiencia previa.
Por Greg Miller, Mary Ilyushina, Catherine Belton, Isabelle Khurshudyan y Paul Sonne
The Washington Post
Traducción de Jaime Arrambide
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