La sucesión de las FARC, foco de tensión regional
Iván Márquez y Timochenko podrían dirigir la guerrilla colombiana desde Venezuela
¿Puede la reciente muerte de Alfonso Cano -jefe máximo de las FARC- a manos del ejército colombiano agriar la política de distensión entre el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos , y su par venezolano, Hugo Chávez?
Es una posibilidad candente, sobre todo si se tiene en cuenta que los dos candidatos a suceder a Cano (Iván Márquez y Rodrigo Londoño Echeverri, más conocido como Timochenko) se encontrarían en Venezuela, según ha denunciado el ex presidente colombiano y antiguo mentor político de Santos Alvaro Uribe.
En agosto de 2009, durante la cumbre de la Unasur que se celebró en Bariloche, Uribe lo dijo con todas las letras cuando alertó sobre "la necesidad de ayudar a capturar a delincuentes como Iván Márquez y Timochenko, que se encuentran en Venezuela".
A mediados del año pasado, al final de su mandato, volvió sobre el punto, cuando su gobierno denunció la presencia de Márquez y Timochenko en Venezuela ante la OEA, lo que determinó que Chávez rompiera relaciones con Colombia y la región quedara al borde de un conflicto bélico.
La semana pasada, muchos en Colombia leían con suspicacia las recientes declaraciones de Santos respecto de que "ningún cabecilla de las FARC estará seguro en ningún rincón del territorio". Según la prensa colombiana, esta afirmación parece apuntar a Timochenko, que sí se encontraría actualmente en Colombia, aunque se mueve en el área fronteriza entre ambos países.
Es más: el diario El Colombiano citó la semana pasada a autoridades militares que afirmaron que Timochenko -y no Iván Márquez- se convirtió en una prioridad para el gobierno nacional. "Como dijo el presidente: «O se desmovilizan o los espera una cárcel o una tumba». Y ese parece ser el fin de este guerrillero que lleva 30 años en las FARC", dijo la fuente, según el diario.
¿Y por qué no vale lo mismo para Iván Márquez? Según un analista familiarizado con el conflicto que pidió a LA NACION mantener su nombre en reserva, es porque Márquez sencillamente no se encontraría en territorio colombiano, sino venezolano. Si esto es así, se trataría de la presencia incómoda de la que ningún funcionario se atreve a hablar en estos tiempos de distensión entre Chávez y Santos.
Ultimamente hubo otras denuncias de contactos entre Venezuela y las FARC. En septiembre, el diputado opositor venezolano Leomagno Flores declaró a El Universal que el Ministerio de Salud ordenó que Cano fuera atendido en el Hospital Central de San Cristóbal, en el fronterizo estado de Táchira: "Tenemos información de que se está preparando una sala del Hospital Central para que allí sea hospedado un alto dirigente de las FARC, que podría ser el propio Alfonso Cano".
Si bien la muerte de Cano todavía no ha provocado roces entre Bogotá y Caracas, sí acaba de producirse un cruce entre el presidente de Ecuador, Rafael Correa, y el ex presidente Uribe, muy enemistados desde que este último ordenó, en marzo de 2008, el operativo en territorio ecuatoriano que acabó con el entonces número dos de las FARC, Raúl Reyes.
Correa sostuvo la semana pasada que ésa fue una operación planificada y que Uribe le mintió en ese momento al asegurarle que el bombardeo se había dado dentro de "una persecución en caliente" a los rebeldes. El ex mandatario colombiano replicó en un comunicado que Correa tenía "una posición benigna" frente a las FARC y "generaba sospechas de favorecer" a esta organización guerrillera.
No conforme con eso, publicó en su cuenta de Twitter ( @alvarouribevel ) un artículo titulado "A rey muerto, rey puesto" que aborda lo que ocurrirá con la relación con Venezuela si Márquez o Timochenko son designados jefes. "Una cosa es aguantarse [...] que en Venezuela se refugien unos comandantes guerrilleros y otra bien distinta admitir que la jefatura de las FARC, el peor enemigo del gobierno, opere desde allí", afirma el artículo, firmado por Rafael Uribe Uribe.
"El gobierno ha fijado como su próximo objetivo militar a Timochenko. No será fácil bajarlo del bus sin una colaboración decidida del coronel paracaidista [por Chávez] con la diligencia positiva del ejército vecino en la frontera, lo cual tristemente no se dará", añade.
Datos comprometedores
En realidad, las acusaciones de connivencia de Venezuela con las FARC son anteriores a 2009: se remontan a 2005, cuando el llamado "canciller de las FARC", Rodrigo Granda, fue capturado en Caracas y llevado en secreto a Colombia. Muchas de ellas fueron motorizadas por Uribe luego de que su gobierno abatiera a Reyes en marzo de 2008 y obtuviera datos comprometedores para Caracas de supuestos mails hallados en la computadora portátil del líder guerrillero.
En ese momento, el gobierno colombiano dio a conocer supuestos mails enviados por Márquez a Reyes que hablan de que Chávez le aportó fondos y armamento. Sin embargo, un polémico fallo de la Corte Suprema de Colombia -adoptado en mayo pasado, cuando la política de distensión entre Santos y Chávez ya era una realidad- determinó que los mails no son prueba válida para procesos judiciales.
- 1
- 2
Uno de los opositores venezolanos asilados salió de la embajada argentina para entregarse a las autoridades chavistas
- 3
The Economist nombró al país del año: cuál fue el elegido y qué dijo sobre la Argentina
- 4
Crisis en Canadá: Trudeau reorganiza su gabinete en medio de crecientes presiones para que renuncie