La “subasta del siglo” quedó desierta: la princesa texana podrá seguir en la única casa del mundo con un mural de Caravaggio
No apareció ningún comprador en el remate del Casino dell’Aurora, el magnífico edificio valuado 471 millones de euros y puesto a la venta por una disputa entre los herederos del príncipe Nicoló Boncompagni Ludovisi; habrá otro remate el 7 de abril, con el precio rebajado
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ROMA.- Algunos habían especulado con el interés de multimillonarios como Bill Gates, el sultán de Brunei u otros emires árabes llenos de petrodólares. Pero al final, en medio de inmensa expectativa mediática, la denominada “subasta del siglo” concluyó hoy “desierta”.
Pese a que debería haber durado 24 horas, el remate virtual del Casino dell’Aurora, magnífica villa del corazón de Roma que alberga el único mural pintado por Caravaggio y otros capolavori del siglo XVI, comenzó y concluyó sin compradores. Y en tiempo relámpago, ya que comenzó a las 15 locales y media hora después, ya se había cerrado, como podía verse en el sitio del Ministerio de Justicia italiano que se ocupa de rematar inmuebles caídos en desgracia judicial.
Como muchos expertos habían preconizado, el monstruoso precio base de 471 millones de euros –y una oferta mínima de 350 millones- para adjudicarse un edificio histórico y seguramente único, terminó espantando a cualquier multimillonario o mecenas. Pero también el hecho de que, debido a vínculos jurídicos con el Ministerio de Bienes Culturales, ningún comprador privado, por más dinero que tuviera, iba a poder transformar en un hotel de lujo o algo parecido este lugar fascinante, que siempre fue propiedad privada e inaccesible al público. El nuevo remate, a la baja, será el 7 de abril.
Batalla legal
El Casino dell’Aurora, propiedad de la histórica y noble familia Boncompagni Ludovisi y el único edificio que quedó en pie de la villa homónima, llegó a remate unos meses atrás, al no resolverse la disputa legal por la herencia que se creó entre la princesa texana Rita Jenrette, tercera esposa y viuda del príncipe Nicoló Boncompagni Ludovisi y los tres hijos de su primer matrimonio, Bante Maria, Ignazio Maria y Francesco Maria.
Las peleas legales comenzaron en 2018, cuando murió el príncipe, que en su testamento dejó claro que su última esposa, Rita, que hoy tiene 72 años, iba a poder seguir viviendo allí –de hecho, sigue viviendo en el espléndido lugar-, pero que la propiedad también pertenecía a sus hijos. Como los herederos nunca llegaron a un arreglo, un tribunal de Roma dispuso el remate de la villa, cuyos jardines fueron diseñados por el mismo jardinero de Luis XIV que proyectó los de Versalles, que toma su nombre de un maravilloso fresco que puede verse allí realizado por el pintor barroco Giovanni Francesco Barbieri, llamado el “Guercino”. Este representa el Carro de la Aurora arrastrado por dos caballos tobianos realizado a principios del siglo XVII en el cielorraso de unos de los salones de un lugar. No es el único fresco del Guercino que hay allí, donde también dejaron su huella otros pintores paisajistas de la misma época de lo más preciados, como Domenichino.
El Caravaggio
Aunque el gran tesoro del Casino dell’Aurora y el motivo del precio estratosférico de la subasta desierta, es el mural (no fresco) que Michelangelo Merisi da Caravaggio pintó en el techo de una pequeña habitación del segundo piso en 1597. Por encargo del cardenal Francesco Maria del Monte, un apasionado del arte que hospedaba y protegía al artista barroco, que tenía su casa de campo justamente allí, en el Casino dell’Aurora, Caravaggio decoró el cielorraso de lo que era su laboratorio de alquimia (su hobby) con las figuras de Júpiter, Neptuno y Plutón vistos desde abajo y alrededor de una esfera celeste con signos zodiacales.
Los tres dioses ostentan insólitas proporciones y perspectivas que hicieron discutir a historiadores y críticos durante siglos y que se creen que son autorretratos de Caravaggio. Se trata del único mural pintado por él, que por supuesto no es comercializable no sólo porque no es un cuadro (está en un muro) y por las antes mencionadas cuestiones jurídicas. Sólo este “capolavoro”, en efecto, fue cotizado en 350 millones de euros, algo que hizo levitar el precio base del edificio, que despojado valdría unos 35 o 40 millones de euros, según entendidos.
El futuro de la casa
¿Qué pasará en la segunda ronda de subasta que tendrá lugar el 7 de abril con un precio rebajado en un 20 por ciento? La hipótesis de que el Estado italiano, que siempre tuvo un derecho de prioridad, pase a comprarlo a un precio menor y se vuelva un museo o una fundación cultural, resulta más probable. En las últimas semanas, una petición en ese sentido había sido lanzada por Change.org, que había llamado a las autoridades italianas a usar para ello el fondo extraordinario de ayuda que le otorgó la Unión Europea para resurgir del desastre económico ocasionado de la pandemia.
El crítico de arte italiano y exministro de Cultura, Vittorio Sgarbi, que había preconizado que la subasta iba a quedar desierta, calculó que cuando el precio bajara a entre 100 y 150 millones de euros, el Estado podrá intervenir. “Pero si también un privado llega a adjudicarse el Casino a esa cifra, el Estado de todos modos tiene un derecho de prioridad por el cual en dos meses puede evaluar si a ese precio vale la pena comprar el inmueble”, explicó, en declaraciones al sitio Fanpage. “Si, en cambio, pese a ello, queda en manos de privados, habrá una serie de vínculos jurídicos por los que los propietarios no podrán hacer otra cosa que restaurar el edificio, habitarlo y abrirlo al público”, agregó.
“Esperemos que los nuevos propietarios tengan más dinero y capacidad de gestión que los herederos del príncipe, que fueron obligados a vender debido a las crecientes deudas que no lograban saldar”, siguió, al auspiciar, finalmente, que sea el Estado quien finalmente se quede con esa joya, algo que garantizaría que el fabuloso edificio se vuelva público y accesible. “A ese punto, después de una restauración, podría abrir al público con una entrada única combinada con la Galleria Borghese”, concluyó Sgarbi, que le sugirió esa opción al actual ministro de Cultura, Dario Franceschini.
Pero habrá que esperar para conocer el final de esta historia. Mientras tanto, la princesa Rita, que desde hace 18 años vive en ese fabuloso lugar, considerado “la casa más cara del mundo”, podrá seguir haciéndolo y disfrutando del único mural jamás realizado por el “artista maldito”, Caravaggio.
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