La sombra de la grieta: los temores de los votantes argentinos en Florida
MIAMI.- La próxima elección no es una más. Para muchos argentinos, define el destino del país. Izquierda, socialismo, grieta, división son algunas de las palabras más repetidas entre aquellos compatriotas que votan en los Estados Unidos. Elijan republicanos o demócratas, cada elector encuentra preocupantes las reminiscencias con la Argentina. Todos coinciden en la misma afirmación: en esta elección hay más interés, pero también mucha crispación.
Oscar Posedente dirige el Semanario Argentino, que hace 18 años se distribuye en Miami. Siempre votó a los demócratas, pero en esta elección eligió a Trump. "Soy independiente. Emigré por el sistema de premios y castigos que tiene este país y porque la constitución se cumple a rajatabla. Lo que cambió mi voto es que veo por primera vez intención de los demócratas de interpretar la constitución a su manera. Esas cosas pasan en países como Argentina, donde se desvirtúa la ley madre. Además, los números positivos de la economía hablan por sí solos. Se lo está castigando a Trump por la pandemia, y me resulta raro que el partido opositor utilice un tema en el que nunca se lo vio gestionar. El mismo Bill Clinton dijo es la economía, estúpido", expresa. Posedente hizo una encuesta en el Instagram del Semanario Argentino. Los resultados le arrojaron un 60% para Trump, y 40% para Biden.
Los votantes de Trump, sin embargo, no suelen comulgar con su personalidad. "Me parece un maleducado, un grosero", dice Mercedes Argañaraz, abogada argentina que llegó en 2000 y siempre votó a los demócratas. Esta vez eligió al republicano. "Lo que detonó mi decisión, y veo con ojos de argentina, fue la evolución del Black Lives Matter (movimiento contra el accionar policial por la muerte de un negro en manos de un policía). Cuando se empezó a cuestionar a toda la fuerza policial ya no me gustó. No quiero estar en un país donde el policía tenga miedo de disparar, sea blanco o negro. Yo confío en la policía. Quitarles poder me recordó a la Argentina. Hasta ahora nunca había elegido a los republicanos, pero veo avanzar al socialismo en ese partido. Y la izquierda es izquierda en todos lados, empieza con onda, canchera y termina en un desastre, como vemos en Sudamérica", enfatiza.
Para los demócratas, la alarma suena por el lado de la crispación. El sufragio de Stephanie Norris fue anti Trump. "Ninguno de los dos candidatos me inspira, pero no voto a Trump. El país nunca estuvo tan dividido como ahora, él promueve esa división. Con la experiencia de la grieta de Argentina esto me preocupa muchísimo. En cada tema como el racismo, la religión, el seguro de salud, siempre tiene un mensaje de agresión hacia el otro", dice Norris.
Sarah vive hace 21 años en Estados Unidos, y no quiere dar su apellido. Las discusiones políticas le han causado distanciamiento con amigos de toda una vida, algo que no quiere seguir ahondando. "Siempre opté por los demócratas. Antes si ganaba uno u otro candidato no había gran diferencia. Al día siguiente todo el mundo iba a trabajar normalmente. Desde Argentina veíamos eso con admiración. La votación anterior fue sorprendente, sobre todo por las cosas que decía Trump. La gente se horrorizaba, pero lo eligió igual. En estos cuatro años se ocupó de generar distanciamiento entre ambos partidos. Para mí es 'invotable' una persona que justifica la supremacía blanca, o grupos de extrema derecha sin marcar que no es bueno para la sociedad. No es el espíritu de este país", explica.
Por primera vez Sarah dice sentir una diferencia moral con quienes votan al partido opuesto. "Yo les pregunto a los republicanos, si hay gente que no puede costear la salud, ¿cuántas horas más querés que venga el señor a cortarte el pasto para que acceda a llevar a su hijo al médico? ¿Qué hace una empleada doméstica si no puede pagarse el dentista? Creo que Trump avaló el destape de gente con sentimiento antisemita o racista que no tenían cabida. Yo soy judía y en los últimos 40 años no hubo la cantidad de hechos antisemitas que se registró en estos últimos cuatro años", opina.
Elizabeth Costa vota en Estados Unidos hace 18 años. "Jamás pensé que sentiría una división tan grande en la sociedad con respecto a las elecciones como la de hoy", afirma. Su voto fue a Biden porque considera que la compra de armas debería estar más regulada, está a favor del aborto, y de no hacer de la salud un comercio. "Considero que Biden es el único que puede unificar al país. Trump siendo machista, racista y mentiroso no está a la altura de ser el líder de uno de los países más poderosos del mundo", dispara.
Milva Di Lorenzo vive en Florida hace 21 años. El martes irá a votar personalmente por Trump, al igual que hizo en 2016. "Mi primera razón es por el derecho a la vida, es una cuestión personal. Más allá de eso, lo voto por la manera en cómo lleva la economía y la política exterior. Black Lives Matter fue aprovechado políticamente por los demócratas. Todas las vidas son importantes, la de los policías también, eso fue una manipulación", relata.
Claudio Vilas eligió a Trump en 2016 y ahora lo vota "más que antes", porque asegura ver en el Partido Demócrata rasgos de los socialismos latinoamericanos. "Yo vine a Estados Unidos escapando del socialismo. Cursé el secundario en Estados Unidos y volví a la Argentina. Nunca logré adaptarme a la política de nuestro país. Creo en el capitalismo, en un estado eficiente, en la libertad económica. Trump llevó al menor desempleo de los latinos, de los afroamericanos, ha hecho muchas cosas buenas que no se notan porque las opaca su forma de ser. Veo con preocupación que el Partido Demócrata se ha ido muy a la izquierda. Me gustaba más cuando estaba en el centro. Kamala Harris, la vicepresidente de Joe Biden, está aún más a la izquierda, y Bernie Sanders directamente es comunista", sostiene.
"Los polos se alejaron –concuerda Di Lorenzo–. Antes, en un punto se juntaban las dos campañas, porque a la gente le interesaba lo mismo. Ahora hablamos de un partido político que tiene una alta tendencia socialista en un país que es totalmente capitalista", aporta.
La grieta sin embargo no caló hondo para la familia Gardelín. Mariela sufragó por Biden, y su marido Marcelo, por Trump. "No soy capaz de votar una personalidad como la del actual presidente. Si bien hizo cosas que ayudan a la economía, no me gusta su impronta, su personalidad", dice. Marcelo, en cambio, votó a Trump aunque con "dificultad". Le disgusta su manera de ser y de conducirse en público. "Es agresivo y pedante. Pero no estoy en desacuerdo con su gestión económica y empresarial, y pienso que en este momento de pandemia un cambio de rumbo en la presidencia agravaría la situación económica del país. Si bien me gustan los demócratas, y he votado a Obama, no me gusta Biden. Quisiera que hubieran encontrado un candidato mejor", observa.
En el aire se respira mayor interés en esta elección. "La gente está más convencida de que su voto puede hacer una diferencia", enfatiza Norris, lo cual se percibe por el fuerte impacto del sufragio anticipado. La semana pasada Florida ya había superado el total de electores registrado en 2016. El día que se abrió la elección presencial anticipada, la cifra de asistentes fue récord.
Pamela Martínez eligió a Biden. Argumenta que el presidente maneja la inmigración con tintes de racismo y generalizaciones desproporcionadas. "Todos son violadores, asesinos y otras acusaciones. La gente trabajadora y luchadora no tiene nada que ver con unos pocos que lamentablemente infringen la ley", asegura, y si bien reconoce que puede ser un buen negociante, rechaza "la constante retórica de sembrar disgusto y separación".
Los argentinos republicanos reconocen que la crispación surge de la personalidad del presidente. "Es acción y reacción. Cuanto más accionas para un lado, más reaccionas para el otro. Me gusta como manejó el país, no me gustan sus formas. Es una lástima porque podía haber sido un ícono republicano como fue Reagan si no fuera por su personalidad", considera Vilas.
Muchos de los votantes republicanos afirman que, de haber sido candidata Michelle Obama, le hubieran dado su apoyo. Sin embargo, votan a Trump pese a encontrarle defectos. Y otros eligen a Biden solo como voto castigo. Parece que el candidato perfecto esta vez no se postuló.
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