La separación de Giorgia Meloni y Andrea Giambruno: un romance de diez años que nació y terminó en torno a un estudio de televisión
Durante mucho tiempo fue una relación vivida de forma discreta, lejos de paparazzi y entrevistas, y dividida entre Milán y Roma, centro de los compromisos políticos de la primera ministra
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ROMA.- La historia de amor entre Giorgia Meloni, primera ministra italiana, y Andrea Giambruno -que pusieron fin a su relación tras un escándalo por comentario sexistas- nació y se consumó a lo largo de 10 años en torno a un estudio de televisión. De Mediaset, en ambos casos.
Meloni luego escribió sobre el primer encuentro: “Siempre le daré las gracias a la televisión”.
Quién sabe si lo piensa ahora, después de las informaciones en off difundidas por Striscia la Notizia sobre los comentarios sexistas de su pareja convertida en ex, como ella misma reveló en las redes sociales.
Él, periodista, y ella, líder del partido Hermanos de Italia, chisporrotearon entre bastidores de la emisión de Paolo Del Debbio en Rete 4. Nada más llegar, Meloni se sintió atraída por ese hombre “tan hermoso como el sol”, quien, “desde el borde del estudio, equipado con auriculares, dio los tiempos”. Es la ahora premier quien lo describe así en el libro Yo soy Giorgia y es ella quien lo mira “sin mirar atrás”, admite.
Giambruno sólo le habla durante la pausa publicitaria: “Vamos, basta con que salgamos al aire con el plátano”, le dice “con aire de petulancia” (el comentario es de la futura primer ministra) quitando la cáscara de plátano que acaba de comerse y de la que Meloni intenta deshacerse ella misma, con torpeza.
En el libro revela que pensó: “Eres linda, pero maldita sea, qué hiena”. Se reencontraron meses después, por casualidad, en el estudio Mattino 5, y bromearon un poco. “Así que, con la concreción típica de las mujeres, anoté el número -dice- y le envié un mensaje inofensivo. Él no perdió la oportunidad”.
Así nació para Giorgia “la historia de amor más hermosa que jamás haya vivido” y que tuvo un punto cúlmine en 2016 con el nacimiento de su hija Ginevra.
No ocultaba los puntos fuertes y débiles de su pareja. “Andrea es inteligente, seguro de sí mismo y muy bueno en su trabajo”, enumera en el libro. Y al mismo tiempo “no tiene un carácter fácil, como el mío”. Pero añadió: “Hemos construido nuestro sólido equilibrio con amor y determinación”.
Durante mucho tiempo fue una relación vivida de forma discreta, lejos de paparazzi y entrevistas. Dividido entre Milán, por su trabajo, y Roma, centro de los compromisos políticos de Meloni.
Hasta que, hace un año, la llegada al Palacio Chigi de la primera mujer primera ministra de Italia despertó la curiosidad de los medios de comunicación, que empezaron a seguirla incluso fuera de los palacios de la política, invadiendo el barrio donde vive, en la periferia sur de Roma.
Es entonces cuando elevó el interés por la privacidad de su hija, por lo que Meloni pidió respeto advirtiendo a fotógrafos y camarógrafos que no se acercaran al colegio de la niña.
Ginevra y su padre estuvieron en el Quirinale el día de la toma de juramento de Meloni. Giambruno suele estar al margen en los actos del lado de su pareja, que bromea cuando se lo señalan.
Además, en el libro escribe: “Andrea es uno de los pocos hombres en el mundo capaces de no sufrir si tienen a su lado a una mujer establecida, nunca ha tenido miedo de mi papel de jefa”.
En los últimos meses, sin embargo, la visibilidad de Giambruno también cambió, ya que ahora presenta “Diario del giorno” en Rete4. Desde esa posición hizo comentarios que, en algunos casos, causaron polémica, sobre todo después de una violación grupal en Palermo.
“Si evitas emborracharte y perder el sentido (estando de fiesta) también evitarás los problemas, porque si no te encontrarás con la boca del lobo”, dijo Giambruno durante una emisión del programa, operado por Mediaset.
Tras la polémica, el periodista salió al paso y afirmó que utilizó “palabras muy precisas, como abominable”, llegando a tildar a los autores de la violación de “bestias”. “Todos aquellos que han tergiversado lo que dije, lo hacen de mala fe o porque tienen serios problemas de comprensión”, ha señalado.
En septiembre, Meloni lo defendió corrigiendo el significado de sus palabras (“se refería a las mujeres con los ojos abiertos y la cabeza sobre los hombros”) y comentando a los periodistas: “Lo atacan porque me ama”.
Hace unos días, en la entrevista con “Chi” no había señales de ruptura cuando Giambruno respondió a otra pregunta sobre por qué no se casaban: “Lo haremos cuando ella quiera. O ya nos hemos casado y no se lo hemos contado a nadie”, dijo. Y añadió que es cierto que lleva un anillo llamativo en el dedo anular, pero “a mí simplemente me gusta así, tengo corazón de gitano”.
Agencia ANSA
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