La salud del Papa: nuevo parte médico tras la operación a la que fue sometido Francisco por problemas intestinales
A los 86 años, el pontífice fue intervenido ayer por una hernia intestinal y pasó “una jornada de reposo”
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ROMA.- Un clima más tranquilo reinaba hoy en el hospital Gemelli, donde el papa el papa Francisco, de 86 años evoluciona bien después de la operación por una hernia abdominal, de tres horas, a la que se sometió ayer y por la que deberá seguir internado varios días.
“El equipo médico que sigue el curso post-operatorio del Pontífice informa que se ha alimentado con una dieta líquida. Los parámetros hemodinámicos y respiratorios son estables. El curso post-operatorio resulta regular”, dijo el vocero papal, Matteo Bruni, pasadas las 19 locales (14 en la Argentina), al cabo de una jornada sin sobresaltos, sino con noticias alentadoras, según los dos partes médicos difundidos.
“Su Santidad pasó una jornada de reposo y por la tarde recibió la eucaristía”, precisó Bruni, que por la mañana ya había hecho saber que Francisco, de 86 años había pasado una noche tranquila, en la que había podido descansar bien y que se encontraba “en buenas condiciones generales, atento y con respiración espontánea”.
“Los exámenes de control de rutina son buenos”, había añadido el director de la Sala de Prensa, al subrayar que el Papa estaba siendo informado de los mensajes de cercanía y afecto llegados en las últimas horas y que expresaba su gratitud, pidiendo, al mismo tiempo, de continuar a rezar por él.
En el parte de la tarde Bruni reveló que, entre los muchísimos mensajes, el exarzobispo de Buenos Aires quedó especialmente impactado por el afecto de la familia de Miguel Ángel, un niño peruano que había bautizado el 31 de marzo pasado, al finalizar su anterior internación, durante su visita a los sectores de pediatría oncológica y neurocirugía infanti del hospital, que le mandó un póster con augurios de pronta recuperación. “El Santo Padre quiso personalmente agradecer a su mamá con un breve llamado telefónico”, contó el vocero.
Los dos partes médicos de la jornada estuvieron en línea con las palabras optimistas de la víspera, cuando el cirujano Sergio Alfieri, jefe del equipo de 12 médicos que operó al Papa, apareció ante la prensa y al margen de decir que la intervención, programada, no había tenido complicaciones y había salido bien, aseguró que Francisco no tiene ninguna otra enfermedad.
Tras generar alivio con sus palabras dado que si bien la cirugía era simple, siempre hay riesgos cuando el paciente es una persona mayor, Alfieri despejó cualquier intento de fabricar falsas versiones sobre la salud del Sumo Pontífice, como cuando tras la operación de colon a la que se sometió Francisco en julio de 2021 comenzaron a circular especulaciones sobre supuestos tumores malignos.
Alfieri, cirujano jefe del Gemelli y especialista en el aparato digestivo -quien ya operó a Francisco de colon- también contó un detalle que no pasó inadvertido y que dejó en claro que Jorge Bergoglio seguía siendo el mismo, pese a las tres horas de operación y a la anestesia general, que siempre dijo detestar. “Cuando me vio, enseguida me tomó el pelo y me preguntó: ‘¿cuando hacemos la tercera?’”, contó a la prensa el experto, causando risas y aflojando la tensión del momento.
Como explicó en forma bastante simple, en la cirugía –que duró tres horas–, removieron todas las hernias incisionales (las cicatrices internas) que se habían formado en el abdomen, resabio de antiguas operaciones, que en los últimos meses habían alterado el funcionamiento del intestino y causado dolores y molestias al Papa. Repararon luego la pared intestinal con una prótesis o red contenedora, intervención bastante común en varones mayores.
Alfieri destacó que, a diferencia de la última hospitalización de Francisco, del 29 de marzo pasado, que fue de urgencia y debida a una pulmonía grave, esta vez y como la anterior cirugía de colon de julio de 2021, todo fue programado. De hecho cuando el Papa fue el martes al Gemelli para controles médicos, en realidad los que hizo fue una tomografía computada que confirmó la necesidad de proceder con la intervención quirúrgica.
Fiel reflejo de que no fue de urgencia fue el hecho de que el Papa ayer por la mañana, como siempre, presidió la tradicional audiencia general de los miércoles, en la Plaza de San Pedro, en la que subió al papamóvil para saludar a los fieles, pronunció la catequesis y saludó a niños, mostrándose tranquilo y sereno.
Alfieri dio a entender que el Papa decidió operarse en este momento en base a su agenda, que prevé viajes a principios de agosto a Portugal para la Jornada Mundial de la Juventud y a fin de ese mismo mes, a Mongolia, visita histórica, ya que es un país jamás visitado por un Pontífice, vecino de Rusia y China. Haberse operado ahora debería darle el tiempo suficiente como para recuperarse, deslizó Alfieri, que también subrayó que se trató de una patología benigna que no implicará cambios de vida ni imposibilidad de viajar.
La aparición de Alfieri, ayer, después de la operación, ante la prensa, cuando incluso contestó preguntas, fue considerada crucial en el mundo de los vaticanistas, por supuesto alterado con la tercera internación del Pontífice en el Gemelli en dos años. En las otras dos hospitalizaciones del Papa –de marzo pasado y de julio de 2021-, nunca había pasado algo así. No había dado la cara ni un médico, ni nadie. Y esa reserva absoluta, esa falta de información, solo había creado especulaciones de que el Vaticano hubiera querido ocultar algo.
En un clima de alivio, quienes conocen a Francisco y su hiperactividad, pese a los achaques, esperan que pronto empiece a trabajar desde su departamento del décimo y último piso del Gemelli. Su propio brazo derecho, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, al margen de un evento ayer admitió ante periodistas que su jefe “aunque sea desde una cama de hospital, reanudará su actividad” y que “si hay cosas que deben decidirse y son urgentes, se le llevarán al Gemelli”.
En este marco, no se descarta que, como ocurrió en su primera internación allí, en julio de 2021, este domingo aparezca para el tradicional rezo del Angelus de un balconcito del nosocomio, también utilizado en su momento por su antecesor polaco, Juan Pablo II (1978-2005), que estuvo allí internado siete veces. En toco caso, aunque aun no se sabe cuántos días deberá quedarse en el también llamado “Vaticano III” -todo depende de la evolución, pero se cree que al menos una semana-, en forma precaucional fueron canceladas todas las audiencias generales y especiales hasta el 18 de junio.
Mientras tanto, seguían llegando mensajes de buenos augurios desde todo el mundo, e incluso de parte de los niños internados en el hospital pediátrico Bambin Gesú, del Vaticano, que le mandaron un dibujo y un mensaje muy especial: “no tengas miedo, estamos con vos”.
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