La rehabilitación de David Cameron como canciller tras su fracaso en el Brexit
Se convirtió en un funcionario clave para el gobierno de Sunak y recuperó su reputación en la opinión pública británica
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LONDRES.- Cuando parecía que su vida política había terminado con el humillante fracaso de su apuesta por mantener al Gran Bretaña en la UE, el que fuera primer ministro David Cameron parece haber renacido como canciller británico.
Desde que el primer ministro conservador, Rishi Sunak, lo llamó el pasado mes de noviembre para ocupar el puesto de ministro de Relaciones Exteriores, Cameron parece haber recuperado su buena reputación entre la opinión pública británica.
Nadie vio venir la reaparición, a los 57 años, de quien fue el jefe del Gobierno conservador entre 2010 y 2016, que había abandonado la vida política tras convocar el referéndum del Brexit y hacer campaña por la permanencia en la Unión Europea. Un fracaso, finalmente, al imponerse en las urnas la opción de salir del bloque.
Pero Sunak, envuelto en ese momento en una crisis de gobierno, pensó que Cameron sería un buen elemento para recuperar credibilidad entre los votantes británicos, en un momento difícil para la política exterior, con los conflictos en Gaza y Ucrania. David Cameron volvió a ponerse entonces el traje de estadista y ya ha visitado 33 países. También se convirtió en el primer canciller británico en pisar las Malvinas en 30 años poco después de reunirse con el presidente Javier Milei en el Foro de Davos.
La imagen de este hombre popular entre los británicos es importante para Sunak, cuando se perfilan elecciones legislativas a finales de año y su partido, al que Cameron llevó al poder hace 14 años, sigue desplomándose en las encuestas frente a los laboristas.
“Para él, el objetivo es en parte rehabilitar su imagen”, explica Simon Fraser, que fue alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores cuando David Cameron era primer ministro.
“Es un hombre impulsado por esa misión personal”, añade Fraser.
Cameron realizó una serie de visitas a Israel, Ucrania y Estados Unidos, donde incluso se reunió con el expresidente norteamericano y de nuevo candidato a la Casa Blanca, Donald Trump.
“La gente está dispuesta a reunirse con él porque es David Cameron. No hay duda de que se comunica bien, lo que marca la diferencia en el mundo de la diplomacia”, comenta Anand Menon, director del grupo de reflexión e investigación política UK in a Changing Europe.
Los politólogos piensan que Cameron puede incluso eclipsar a su jefe de gobierno, Rishi Sunak.
Pero los voceros de Sunak han querido borrar cualquier posibilidad de enfrentamiento entre ambos, afirmando que los dos hombres están “completamente en la misma onda”
De hecho, la imagen del enérgico antiguo primer ministro Cameron contrasta con la de su impopular sucesor, que acumula reveses políticos.
Anand Menon atribuye el “sorprendente grado de libertad” del ministro a “su competencia y tranquilidad”, pero también al hecho de que David Cameron no es considerado una amenaza para Rishi Sunak.
Con el conflicto en Gaza, David Cameron intentó reavivar la influencia de la diplomacia británica en Medio Oriente, donde Gran Bretaña, tradicionalmente importante, se ha desenganchado desde el Brexit.
Cameron se mostró más crítico con Israel que el resto del gobierno, e incluso sugirió en febrero que Gran Bretaña podría reconocer un Estado palestino antes de firmarse un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.
Una posición, de momento retórica, que de materializarse supondría “un cambio importante con respecto a la política actual de Londres”, subraya el grupo de expertos Chatham House.
Este estado de gracia de Cameron casi podría hacer olvidar el criticado historial en política exterior del que fuera primer ministro.
Además del Brexit, a Cameron se le criticó por la intervención de Londres en 2011 en Libia, bajo amparo de la ONU, para derrocar a Muammar Khadafy, una campaña militar que dejó en herencia un completo caos en el país norteafricano. También se le criticó por la inoperancia de los países occidentales tras un ataque químico del régimen sirio contra su población civil en 2013.
Igualmente, David Cameron ha sido criticado por sus vínculos comerciales con dignatarios chinos, en un momento de alta tensión entre Londres y Pekín.
“Su reputación ha quedado gravemente empañada”, subraya Anand Menon. “Creo que tenía una sensación de tener asuntos pendientes cuando decidió asumir este puesto”, añade.
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