La reelección, no tan en peligro como parece
El informe de desempleo de abril es una confirmación más de que la grave recesión económica sobrevolará la elección presidencial de fines de este año, y las caídas de la economía suelen augurar malos resultados para los presidentes en funciones que buscan la reelección, como Donald Trump. ¿Será así también esta vez? Hay razones para pensar que no.
Comparar la actual situación con la Gran Depresión puede resultar tentador, debido al tamaño de los desafíos económicos que enfrenta. Tras el derrumbe de los mercados en 1929, Herbert Hoover fue aplastado por Franklin D. Roosevelt en las elecciones de 1932.
Pero actualmente hay dos cuestiones muy importantes y muy diferentes a entonces: ¿qué tan profunda y prolongada será la actual recesión? ¿Hasta qué punto la gente culpa al presidente y no a la situación, que creen está mayormente fuera de su control?
Si se tratara de una recesión tradicional, sería lógico echarles la culpa a las políticas aplicadas por los políticos en funciones, pero este es un caso aparte. Con la pandemia igualmente había que lidiar, y a partir de esa constatación, lo que importa saber es hasta qué punto la gente realmente le atribuye la pérdida de vidas y los perjuicios económicos a Trump y los demás políticos, y hasta qué punto cree que esos líderes exacerbaron una situación ya mala de por sí. Y en ese sentido, las cosas parecen menos sombrías para Trump de lo que las cifras de desempleo podrían sugerir, aunque todo eso obviamente puede cambiar en función de la evolución de esos números a futuro.
Si bien la crisis económica y del empleo ya es un hecho indiscutible, los norteamericanos en general parecen seguir considerando que la economía es uno de los puntos fuertes del actual mandatario. Una encuesta de esta semana de Economist/YouGov reveló que el 53% de los estadounidenses siguen aprobando el manejo de la situación del empleo y la economía que ha hecho Trump.
Hasta donde la gente registra la crisis económica, no parece estar culpándolo a Trump, al menos por ahora. Y tampoco parecen estar pensando que un cambio en este caso ayudaría. Eso podría cambiar con el avance del brote de coronavirus, pero la aprobación hacia la respuesta de Trump frente a la pandemia coincide bastante con sus índices de aprobación general, y las opiniones sobre su manejo de la economía (que son mejores que la aprobación general hacia su persona) no han cambiado demasiado. Más allá de esos números, es una situación que atañe directamente y preocupa mucho al presidente norteamericano. Desde el inicio del brote, Trump dejó en claro que no estaba dispuesto a que esta situación le arrebatara lo que espera que sea el leitmotiv emblemático de su campaña por la reelección: la economía.
Mientras presiona para abrir la economía, sin embargo, Trump tal vez debería prestar atención a cuánta gente lo culpa realmente de los problemas económicos frente a quienes culpan de eso al virus. Sería demasiado simplista considerar esta situación como un juego de suma cero en el que un derrumbe económico implicaría que Trump perdiera la elección. Es cierto que Trump en este momento parece correr con desventaja, pero así viene siendo desde hace rato, y los fundamentos de la carrera siguen siendo los mismos: es totalmente posible que no lo responsabilicen de ninguna penuria económica que pueda ocurrir.
¿Y una prolongación del brote de coronavirus como resultado de no haber evaluado acertadamente la magnitud de la crisis y de haber reabierto la economía demasiado pronto? Eso sí podría ser peligroso, o algo peor. Además, esa es una pregunta mucho más fácil de responder para los votantes, si la situación de la pandemia en Estados Unidos sigue siendo de las peores del mundo y continúa deteriorándose.
Traducción de Jaime Arrambide
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