La puja por la independencia en Cataluña agita las aguas en Escocia
Distintas voces del gobierno y el Parlamento se manifestaron en favor del principio de autodeterminación de los pueblos; la primera ministra escocesa pospuso el segundo referéndum en Escocia
LONDRES.- La lucha por la independencia en Cataluña consiguió respaldo en Escocia, donde a inicios de este año el gobierno local consiguió el apoyo del Parlamento para llevar a cabo una nueva consulta popular, tres años después de que el pueblo decidiera continuar siendo parte del Reino Unido.
Aunque la propia independencia se encuentra postergada hasta después del Brexit, según dijo la primera ministra escocesa Nicola Sturgeon, distintas voces reclamaron que se escuche la voluntad del pueblo para decidir el porvenir de Cataluña, como ocurrió en Escocia el 18 de septiembre de 2014.
En los últimos días, los hechos en España agitaron las aguas en Escocia. El 1º de octubre último, día en el que se realizó el accidentado referéndum en Cataluña, una marcha en apoyo a la independencia del pueblo catalán vistió las calles de Edimburgo con los colores de la bandera de la región española. Hermanado con la causa, el movimiento independentista escocés volvió a las calles para defender el principio de autodeterminación de los pueblos.
La ministra de Asuntos Exteriores local, Fiona Hyslop, respaldó la misma consigna en un comunicado oficial. “Todos los pueblos tienen derecho a la autodeterminación y a elegir la forma de gobierno que mejor se adecúe a sus necesidades, un principio que está consagrado en la Carta de la ONU”, dijo la funcionaria. Sin embargo, la misiva apuntaba a destacar como un ejemplo el proceso institucional del referéndum celebrado en el país británico años atrás, sin tomar partido en forma directa por la independencia de Cataluña.
Días antes, casi una veintena de legisladores locales de diferentes partidos publicaron una carta en la que pedían al gobierno español de Mariano Rajoy permitir el referéndum. Sin tomar posición sobre la independencia, pujaron porque la gente “pueda expresar su voluntad democráticamente”, escribieron. El mensaje contenido en la carta fue coincidente con lo que la primera ministra escocesa y líder del Partido Nacional Escocés (SNP por sus siglas en inglés), Nicola Sturgeon, había manifestado poco tiempo antes, al decir que los intentos del gobierno español por impedir el referéndum habían sido “preocupantes”, según publicó la BBC.
Un apoyo concreto a la independencia provino de los jóvenes militantes del grupo Young Scotsfor Independence (Jóvenes Escoceses por la Independencia, conocidos como los jóvenes del gobernante SNP). Algunos miembros viajaron a Barcelona y estuvieron presentes en marchas independentistas, en solidaridad con su grupo equivalente catalán, la Joventuts d’Esquerra Republicana de Catalunya.
El día en que el conflicto escaló a su máximo nivel en Cataluña-cuando la Policía Nacional y la Guardia Civil reprimió a los secesionistas para impedir el referéndum- el hashtag #ScotsforCatalonia(#EscocesesporCataluña) se impuso en la nación del norte de Gran Bretaña. Sturgeon usó su cuenta de Twitter para expresar su preocupación sobre el uso de la fuerza: “Más allá de la visión sobre la independencia, todos deberíamos condenar las escenas que atestiguamos”, escribió, y criticó a la Oficina de Asuntos Exteriores (Foreign Office) por la liviandad de un comunicado oficial que simplemente deseaba la fuerza y unión de España, un país “aliado y buen amigo”.
Statement from @foreignoffice on #Catalonia is shamefully weak. A true friend of Spain would tell them today’s actions wrong and damaging. pic.twitter.com/bBnCmn5BWw&— Nicola Sturgeon (@NicolaSturgeon) 1 de octubre de 2017
Para Mike Danson, profesor de la universidad de Heriot-Watt en Edimburgo y director del Scottish Centre for Island Studies, “los movimientos independentistas en Escocia y Cataluña son ahora inseparables, en tanto se fortalecen mutuamente por sus avances, así como sufren sus retrocesos”.
Sin embargo, fuera de la identidad, los factores que actualmente foguean los movimientos en uno y en otro caso son diferentes, dice Danson. “Los catalanes, como los irlandeses un siglo atrás, pueden ser motivados por la opresión política y militar del estado central”. Los escoceses, contrasta, “ahora esperan el resultado de las negociaciones del Brexit, y como nada bueno puede surgir de eso, puede ser lo suficientemente negativo para movilizar a la nación a votar por la secesión”en un futuro referéndum.
Independencia congelada
¿Qué significado tienen todas estas repercusiones en relación a la propia independencia del Reino Unido? La situación en Escocia respecto de su independencia está, por el momento, congelada. Robert Liñeira, Investigador de la Universidad de Edimburgo señaló que, si bien la violencia por parte de la policía provocó la protesta y la solidaridad del gobierno de Escocia,“las consecuencias de la situación en España son demasiado inciertas para que produzcan un cambio significativo en la opinión de los escoceses sobre la vialidad y las ventajas o inconvenientes de la independencia”.
“Aunque no tenemos datos a nivel de Escocia tan recientes para cuantificar el impacto de los hechos en Cataluña- dice Liñeira- la movilización de sectores que ya eran partidarios de la independencia no tiene por qué ir asociado con un cambio generalizado en la opinión”.
A nivel político, el tenor del reclamo se fue atenuando con el correr del año. Antes de la conferencia anual del SNP que se celebró ayer en Glasgow, Sturgeon dijo a la BBC: “No voy a dar mayor importancia a los plazos hasta que el Brexit y sus términos estén más claros. Hasta que tengamos un horizonte claro a la vista de lo que significa todo esto para Escocia”.
En la previa, un grupo de miembros del partido había urgido a Sturgeon a postergar un segundo referéndum hasta después de 2020. En cambio, solicitaron a la primera ministra enfocarse en el Brexit y en la política doméstica. El momento es clave: la devolución de facultades al Reino Unido podría significar nuevos poderes para el gobierno autónomo.
En los últimos días, en una entrevista con el diario escocés New Statesman, Sturgeon había respondido “honestamente, no lo sé”, al ser consultada sobre cuándo efectuaría una nueva consulta para terminar con más de 300 años de pertenencia a la unión.
En marzo, cuando aumentó la presión sobre el Westminster pidiendo un referéndum en 2019 antes de que se concretara la salida de la Unión Europea, Sturgeon parecía tener una hoja de ruta más clara. Pero el sorpresivo llamado a elecciones por parte de la primera ministra británica, Theresa May , cambió el rumbo.
El voto no sólo debilitó a May y al Partido Conservador, que contra sus cálculos perdió la mayoría parlamentaria, sino también al SNP. Pese a seguir siendo el partido más popular de Escocia por amplio margen, el SNP perdió una cantidad significativa de bancas. El resultado fue considerado un signo de alerta sobre la estrategia de Sturgeon.
“La demanda de Nicola Sturgeon de celebrar un segundo referéndum tras el Brexit no encontró apoyo en las encuestas y, de hecho, es uno de los factores que explica el retroceso del SNP”, dice Liñeira, quien afirma que el apoyo a la independencia no ha aumentado en Escocia desde el referéndum de 2014, ni siquiera por el Brexit.
Justamente, la intención del gobierno nacionalista era aprovechar el sentimiento contrario al Brexit para impulsar la independencia. En junio de 2016, la mayoría de los británicos votó a favor de que el país dejara la Unión Europea. En cambio, un 62% de los escoceses se manifestó en contra de abandonar el bloque. El apoyo a la Unión Europea fue más alto incluso que en la cosmopolita capital inglesa. De hecho, encuestas de Panel Base mostraron que después del Brexit un 47% hubiera votado “sí” en un referéndum por la independencia, contra 44% por el “no”. Pero el sentimiento exacerbado por el contexto pronto se revirtió, y la negativa pasó al frente.
Un país independiente aún tendría por resolver algunas preguntas. Por ejemplo, si sería un país económicamente viable sigue siendo un tema de debate. Sobre todo, tras la caída del precio del petróleo del Mar del Norte que achicó los ingresos del país en los últimos años. Aunque actualmente eso va a las arcas del Reino Unido, el principal recurso y actividad en el país fue parte relevante de la causa independentista en el pasado.
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