Lucy Owen relata en primera persona la experiencia que atravesó con su salud y cómo cambió su vida desde entonces
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Tengo que hacer una confesión. No siempre fui a la óptica con la regularidad que debería, a pesar de ser una devota usuaria de lentes de contacto desde que tenía 16 años. A menudo me olvidaba de reservar la prueba anual de la vista antes de darme cuenta de que habían pasado tres años desde mi última cita. Pero no volveré a hacer eso. Porque lo que pensé que era solo otro chequeo rutinario me llevó a una cirugía de emergencia que salvó la visión en uno de mis ojos.
En junio, noté que comencé a ver destellos blancos ocasionales en mi ojo derecho, particularmente cuando miraba hacia un lado. No ocurría con tanta frecuencia, tal vez una o dos veces al día, y aunque me pareció un poco inusual, no me apresuré a que me revisaran.
Busqué en Google los síntomas: parecía algo que puede ocurrir con la edad o posiblemente un desprendimiento de retina. Con mi cumpleaños número 52 a la vuelta de la esquina, no le di importancia y asumí que debía ser otra de las alegrías de envejecer.
Perder el ojo
Unas semanas más tarde, mientras los destellos continuaban aleatoriamente, me di cuenta de que había perdido mis dos pares de anteojos. Algo preocupada porque estaba usando muy seguido mis lentes de contacto, reservé una cita en la óptica de mi barrio decidida a invertir en unos anteojos nuevos. Y pensé que al mismo tiempo también mencionaría esos tontos destellos blancos.
Cuando me coloqué ante el optometrista, todavía no tenía ninguna preocupación. ¿No puedo leer alguna de las letras del gráfico? No es gran cosa.
Pero, noté que el optometrista seguía volviendo a mi ojo derecho, mirándolo con una luz brillante y observando su interior con una potente lupa. Me explicó que mi retina estaba en proceso de desprenderse y que esos destellos eran una señal. Me dijo que existía la posibilidad de que la retina se desprendiera muy rápidamente y, una vez que esto ocurriera, no podría hacerse nada para repararla. Perdería la vista en ese ojo. Fue un shock.
Operada de urgencia
En un momento estaba deseando tener anteojos nuevos y al siguiente estaba en peligro de perder la vista. El optometrista llamó al hospital y arregló una cita de urgencia. Me dijeron que debían operarme al día siguiente. Mi mente estaba acelerada. Todo fue muy difícil de procesar.
Si no funcionaba, ¿cómo lo enfrentaría? ¿Aún podría trabajar y leer? Ante la perspectiva de perder la vista en ese ojo, de repente la visión que siempre había dado por sentada me pareció increíblemente preciosa.
La operación duró unos 40 minutos y entré y salí del hospital en unas pocas horas. Tuve que pasar la semana siguiente acostada de lado y luego tuve que esperar hasta que mi visión volvió a ser normal. Al final todo eso me llevó unos tres meses. Me sentí desorientada e incapaz de salir durante las primeras seis semanas aproximadamente.
Pero, a medida que mi visión mejoró, también mejoró mi confianza para volver a ponerme de pie y salir a caminar. Lo principal es que regresó mi visión. Lo único que puedo pensar ahora es lo afortunada que soy. Qué suerte que fui a la óptica cuando lo hice y pudieron intervenir tan rápido.
¿Qué es un desprendimiento de retina?
El Servicio Nacional de Salud (NHS) de Reino Unido dice que cuando la retina, una fina capa en la parte posterior del ojo, se desprende, debe tratarse rápidamente.
- Los síntomas de un desprendimiento de retina incluyen:
- Puntos y líneas que “flotan” o destellos de luz en el ojo
- Una “cortina” oscura o sombra en tu visión
- Cambios en la vista, como visión borrosa
El NHS dice que la cirugía generalmente detendrá el deterioro de la visión y “la mayoría de las personas pueden regresar a todas sus actividades normales”.
En Gales, el gobierno lanzó ahora una campaña para animar a la gente a hacerse un control de salud ocular. A partir de octubre los optometristas en las ópticas podrán tratar y controlar una mayor variedad de enfermedades oculares.
El objetivo es ayudar a aliviar la presión sobre los servicios oftalmológicos hospitalarios y reducir los tiempos de espera y el aumento de la demanda de atención oftalmológica. Significa que los pacientes deberían poder hacerse un examen ocular de forma más rápida, cómoda y más cerca de su casa.
El principal cambio tiene que ver con las prescripciones. Los optometristas que hayan obtenido calificaciones adicionales podrán recetar medicamentos, como esteroides y antibióticos, utilizados para tratar afecciones oculares comunes como la uveítis y la conjuntivitis.
Las pruebas de la vista también pueden identificar afecciones de salud más graves, como diabetes, glaucoma y miopía. Si las personas se someten a controles periódicos de la vista, se espera que puedan detectarse antes y prevenirse.
*Por Lucy Owen
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