La posible candidatura de Lula pone a Bolsonaro a la defensiva para reconquistar al centro
El presidente brasileño comenzó a dar señales de un giro de cara a las elecciones de 2022, en las que podría competir el líder del PT
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RÍO DE JANEIRO.– La anulación de las condenas por corrupción contra Luiz Inacio Lula da Silva cayó como una bomba en Brasil. Aunque todavía no haya definido si competirá en 2022, el líder de Partido de los Trabajadores (PT) habló el miércoles como candidato y se convirtió en uno de los máximos favoritos para la próxima elección presidencial, en la que Jair Bolsonaro buscará su segundo mandato.
Si los mercados acusaron el impacto, con una súbita caída de la Bolsa de San Pablo y una disparada del dólar, la política no fue la excepción. El expresidente entre 2003 y 2011 emergió y provocó un reordenamiento del escenario: mientras el centro político acelera definiciones y sus candidatos asoman la cabeza para no perderse frente a la polarización, Bolsonaro pasa a la defensiva e intenta hacer más guiños al centro para reconquistar parte del electorado perdido.
El presidente, sus ministros y Flavio, uno de sus hijos, sintieron el golpe. Poco después de que Lula despotricara contra lo que llamó un “desgobierno” frente a la pandemia, empezaron por intentar cambiar las formas y la apariencia.
Bolsonaro volvió a usar barbijo en el Palacio del Planalto. Fue para anunciar la sanción de una ley que facilita la compra de vacunas, en una campaña de inmunización que avanza por goteo y con dificultades en los estados. El 3 de febrero había sido la última vez que Bolsonaro había usado barbijo en la apertura de sesiones legislativas. Luego de ese día nunca se lo vio públicamente tomando recaudos, en decenas de eventos en Brasilia y en otras ciudades.
“Las personas dicen que soy negacionista”, reclamó el presidente. “En agosto del año pasado, yo compré la vacuna”, dijo en relación con el acuerdo que el gobierno cerró con Oxford y AstraZeneca. Bolsonaro omitió que arremetió contra los laboratorios en varias ocasiones al asegurar que deberían hacerse cargo de cualquier efecto colateral y también puso en duda los inmunizantes al afirmar que si quien se vacuna “se convierte en yacaré”, no podrían reclamarle. El hijo del presidente, en otro giro inesperado, compartió el mismo día una foto de su padre con la leyenda “Nuestra arma es la vacuna” y les pidió a sus seguidores que la replicaran.
Mauricio Santoro, politólogo y profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, calificó como “sorprendente” el efecto del regreso de Lula a la disputa presidencial.
“Delante de la tragedia de la pandemia, a Bolsonaro solo le queda presentarse como la única alternativa a la vuelta del PT”, explicó Santoro, politólogo y profesor de la UERJ. “Para eso hizo algunos gestos para atraer al centro, como usar barbijo y defender la vacuna. Pero son gestos tan contradictorios con sus antiguas posiciones que acaban siendo rechazados por sus propios seguidores”.
Más de 277.000 personas murieron por Covid-19 en Brasil, donde las últimas semanas recrudeció la pandemia. La inmunización avanza con “cuentagotas”, según los expertos. Menos del 5% de la población recibió al menos una dosis y desde que comenzó la vacunación varios municipios debieron pausar la campaña por falta de vacunas.
El gobierno anunció anteayer un acuerdo de importación de 10 millones de dosis de la Sputnik V, que llegarán entre abril y junio.
“Bolsonaro puede y debe recuperar una parte del electorado perdido por la desastrosa gestión de la pandemia. Está intentando reformatear su imagen para no perder todavía más electores”, opinó Ricardo Ismael, profesor de la Universidad Católica de Río de Janeiro.
La entrada de Lula en la pelea refuerza la polarización entre el PT y Bolsonaro y estrecha el espacio para el centro, coincidieron analistas consultados por LA NACION, acelerando la necesidad de que ese espectro defina nombres y fórmulas para ser más viable. “Lula obliga a los políticos de centro a sacar el equipo a la cancha antes de lo que preveían”, dijo Leandro Consentino, politólogo y profesor del Insper de San Pablo.
El gobernador de San Pablo, João Doria, admitió a Estado de S. Paulo que “delante del nuevo cuadro de la política” podría disputar la reelección en su estado, resignando una aventura presidencial, algo que era negado de forma contundente hasta hace poco.
Horas después del fallo que favoreció a Lula, el exministro de Salud Luiz Mandetta, despedido en el inicio de la pandemia y precandidato de Demócratas (DEM), dijo que su partido podría resignar ser la cabeza de una fórmula de “tercera vía”.
Luciano Huck, el popular presentador del canal Globo que desde 2018 coquetea con lanzarse a la política y ha tenido charlas, entre otros, con el expresidente Fernando Henrique Cardoso, se posicionó rápido en redes sociales. “Figurita repetida no completa el álbum”, dijo, en una referencia a Lula.
“Mientras Doria retrocede, Huck y Mandetta intentan atraer los reflectores. La única chance real para el centro parece ser encolumnarse detrás de un proyecto de consenso y una candidatura única”, concluyó Consentino.
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