El triunfo de Meloni revoluciona a Italia y Europa, que sigue sus primeros pasos con cautela
La apabullante victoria de la líder posfascista marcó el inicio de una nueva era, con una derecha soberanista con mayoría absoluta en el Parlamento que se prepara para asumir en las próximas semanas; reacciones de los derrotados
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ROMA.- Revolucionada. Así se despertó hoy Italia al día siguiente de la histórica victoria de la coalición de derecha de Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia, partido posfascista, soberanista y hasta hace poco euroescéptico, que marcó el inicio de una nueva era, no solo en el país sino en toda Europa.
Aunque no es inminente y harán falta algunas semanas para que asuma, por primera vez una mujer llegará al timón del gobierno de la tercera economía de Europa, al frente de la alianza más de derecha jamás habida en Italia desde la Segunda Guerra Mundial. Algo que causa pavor en la Unión Europea (UE) que atraviesa un momento más que delicado, marcado a fuego por la guerra en Ucrania y por el ascenso de formaciones de derecha extrema como la de Meloni, que ponen en discusión los valores democráticos, de inclusión de todos y de solidaridad común del bloque.
Por ahora las principales autoridades europeas siguen los primeros pasos de Meloni con cautela. Uno de los primeros en pronunciarse fue el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que dijo respetar la “elección democrática” de Italia, pero llamó a Italia a “seguir trabajando juntos como europeos”
La Comisión Europea, principal órgano ejecutivo de la UE, se mostró en la misma línea. “Esperamos tener una cooperación constructiva con las nuevas autoridades italianas. Por el momento, esperamos que Italia proceda al nombramiento de un gobierno”, dijo su vocero, Eric Mamer.
El gobierno de Alemania, en tanto, eligió la prudencia y por ahora no se pronunciará oficialmente. “Italia es un país muy proeuropeo con ciudadanos muy proeuropeos. Y partimos de la base de que esto no va a cambiar”, se limitó a decir un vocero del gobierno, Wolfgang Büchner, que agregó que esta es la posición del canciller Olaf Scholz
Silvio Berlusconi, socio de Meloni que logró entrar al senado, intentó enviar un mensaje de calma. “Voy a garantizar el perfil europeísta y atlantista del próximo gobierno”, señaló.
Meloni por ahora se muestra conciliadora. Tal como hizo esta madrugada, cuando salió a celebrar la victoria de Hermanos de Italia, que, con más del 25% de los votos, se convirtió en la fuerza más votada de la península, la líder política de 45 años intentó mostrar su mejor rostro: moderado, lejano a posturas extremistas ostentadas en el pasado y abierto a todos.
“Italia nos eligió a nosotros y no la traicionaremos. Si nos llamarán a gobernar lo haremos para todos los italianos, con el objetivo de unir este pueblo y exaltar lo que lo une, más de lo que lo divide”, escribió en Facebook. “Trabajaremos para que los italianos se sientan de nuevo orgullosos de ser italianos”, aseguró también Meloni, que en una jornada considerada a todas luces histórica por un partido que en las elecciones de 2018 obtuvo apenas el 4%, recibió una marea de felicitaciones de varios de sus amigos “incómodos”. Entre quienes le enviaron felicitaciones estaban sus colegas de derecha extrema de Francia, Marine Le Pen, de España, Santiago Abascal, líder de Vox, el premier húngaro Viktor Orban y hasta el hijo del presidente brasileño Jair Bolsonaro.
Reacciones políticas
Al día siguiente de unas elecciones legislativas anticipadas que determinaron que la derecha tendrá una sólida mayoría en las dos Cámaras -reducidas a 400 diputados y 200 senadores-, por lo que formará facilmente un gobierno, el escenario era parecido al de la devastación dejada por un ciclón. El ciclón Meloni.
Hermanos de Italia superó por más de 10 puntos a sus dos principales socios de la coalición de derecha, Matteo Salvini, líder de la derechista Liga (8,6%) y Silvio Berlusconi, de la más moderada Forza Italia (8%).
Desde Milán, en una conferencia de prensa Salvini reconoció que el resultado de su partido xenófobo “no fue satisfactorio”, sobre todo teniendo en cuenta que en 2018 la Liga había alcanzado el 17,4%. “Giorgia estuvo muy bien”, reconoció Salvini, de 49 años, que felicitó a su socia-rival e hizo autocrítica. El exministro del Interior consideró que si a su partido le fue tan mal y perdió votos -que le sacó Hermanos de Italia-, es porque respaldó el gobierno de unidad nacional de Mario Draghi, que igualmente criticó por terminar siendo para él “un rejunte de fuerzas que se la pasaban peleando”.
“Para Italia hoy es una buena jornada porque tiene cinco años de estabilidad por delante”, arengó también Salvini, que más allá de la debacle de su partido, festejó el hecho de que formará parte del próximo gobierno de derecha que, prometió, “será unido” y estable.
El otro gran perdedor de elecciones lesgislativas que dejaron a la luz un escenario de gran fragmentación política, el expremier, Enrico Letta, al frente de una coalición de centroizquierda renga, porque le faltaba el Movimiento Cinco Estrellas (M5E), también se hizo responsable de la derrota. Y, al anunciar un futuro congreso del Partido Democrático (PD, que cosechó un magro 19%), adelantó que ya no se presentará como candidato a dirigirlo, en un paso al costado muy esperado al no haber conseguido superar el umbral psicológico del 20%.
“Es un día triste y nos esperan tiempos difíciles”, lamentó Letta, que volvió a culpar de la llegada al poder de la derecha al expremier y líder del M5E, Giuseppe Conte, que obtuvo un importante 16% y es considerado otro ganador de estos comicios.
“Si nace el gobierno de Meloni es porque Conte hizo caer a Draghi”, denunció. Fue después de ese gesto, de hecho, que Letta se vio obligado a romper su alianza con él que, es claro, hubiera podido frenar la victoria anunciada de la derecha de Meloni y socios.
“Haremos una oposición dura e intransigente”, también prometió Letta, convencido europeísta de 56 años, que aseguró que el PD, que de todos modos se confirmó como el segundo partido más importante, “no permitirá que Italia salga del corazón de Europa, ni que se despegue de los valores europeos o de los valores de nuestra Constitución”. Aludió, así, al gran temor que, como ya anunció, Meloni cambie la Carta Magna para transformar el sistema político italiano, parlamentario, en presidencialista, al estilo francés.
Letta también reconoció errores y que algo que castigó al PD, considerado por muchos un partido del establishment y lejano a las preocupaciones concretas de la gente, fue haber estado en el gobierno en los últimos diez años. “Esto fue un fuerte límite”, admitió.
Consideró “fundamental”, por último, que el gobierno de Meloni “nazca lo antes posible”, aunque harán falta semanas porque antes debe asumir el nuevo Parlamento y sólo después el presidente, Sergio Mattarella, podrá darle el encargo de formar un gobierno, como prevén los rituales del sistema.
En este sentido Letta recordó el momento de gran complejidad de Italia que, más allá de la guerra en Ucrania, debe aprobar una ley de presupuesto en las próximas semanas y seguir gestionado millones de euros de fondos de la UE condicionados a reformas emprendidas por Draghi, que la derecha podría cambiar.
Más allá de su evidente encono con Conte y con el Tercer Polo de centro de Carlo Calenda y del expremier Matteo Renzi, que obtuvo un decepcionante 7%, Letta no excluyó conversaciones futuras con ellos. “El último regalo a Meloni es que la oposición esté dividida y que cada uno corra por su cuenta”, dijo, al subrayar que en un contexto revolucionado por la victoria de la alianza más de derecha de la historia reciente “tiene que haber una oposición fuerte y eficaz”.
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