La pesadilla logística que complica a Ucrania en el frente para manejar la artillería occidental
La OTAN le envió múltiples sistemas complejos con pocos elementos en común
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LONDRES.- Las armas occidentales están ahora en acción en la batalla por Ucrania. Pero ponerlas en funcionamiento en el frente está creando serios dolores de cabeza para el ejército de Ucrania.
Los funcionarios ucranianos afirman que las armas occidentales son esenciales en sus esfuerzos por cambiar el rumbo de la guerra contra Rusia, que en los últimos meses ha estado logrando grandes avances territoriales y quiere más. Hasta hace poco, Ucrania dependía de armas pesadas construidas o derivadas de sistemas de la era soviética, de las cuales Rusia tiene mejores equipos en cantidades mucho mayores.
Armas occidentales más modernas y efectivas, en particular piezas de artillería de largo alcance, están ahora en combate. Ya están marcando la diferencia al permitir ataques ucranianos de precisión en importantes depósitos de municiones, infraestructura de defensa aérea y centros de mando muy por detrás de las líneas que están interrumpiendo la ofensiva rusa.
Pero absorber este nuevo equipo, que llega a cuentagotas de diferentes países occidentales, al ejército ucraniano le está resultando un desafío serio.
“El enfoque actual mediante el cual cada país dona una batería de armas de forma fragmentada se está convirtiendo rápidamente en una pesadilla logística para las fuerzas ucranianas, ya que cada batería requiere una tubería separada de entrenamiento, mantenimiento y logística”, dijo el Royal United Services Institute, un think tank londinense de Defensa y Seguridad, a principios de este mes.
La artillería occidental que recibiendo el ejército ucraniano incluye obuses remolcados M777 de Estados Unidos, Australia y Canadá, y obuses autopropulsados como el Caesar de Francia y el Panzerhaubitze 2000, o PzH 2000, de Alemania, así como el M109 de Estados Unidos y el AHS Krab de Polonia.
“Ninguno de estos sistemas tiene tantos puntos en común… Las municiones deberían ser intercambiables, etcétera. Pero ese no es el caso”, dijo Jack Watling, coautor del informe, basado en parte en entrevistas con funcionarios militares y de inteligencia ucranianos.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha intentado estandarizar equipos, bajo acuerdos conocidos como Stanags, para que sean intercambiables entre naciones y se beneficien de economías de escala. Pero estos esfuerzos de estandarización han tenido un efecto limitado.
La OTAN tiene más de 1000 Stanags que establecen estándares militares comunes para procesos y materiales, pero depende de cada aliado decidir cuál implementar. Un funcionario de la OTAN señaló que los líderes de la OTAN acordaron en la cumbre del mes pasado en Madrid ayudar a Ucrania en su transición de las armas de la era soviética a las armas modernas de la OTAN.
No se trata solo de diferentes tipos de armas que se han enviado a Ucrania. Sus militares también deben aprender a manejar y mantener las armas occidentales, que son más complicadas de operar y mantener que las que han estado usando hasta ahora. “Cuando haces la transición a plataformas de origen no soviético, comienzas a tener que lidiar con muchas cosas que no estaban en juego antes”, dijo Scott Boston, analista senior de Defensa de Rand Corp.
“Muchos de los equipos ucranianos son reliquias: vehículos de 40 años que arreglas con un martillo y una llave inglesa, fuerza bruta, lubricantes y oración. Si piensas en cómo un mecánico repara un auto de última generación, con una computadora de mano que conectas para leer los sensores dentro del vehículo, es otra cosa”, dijo.
La complejidad una apuesta por un mejor desempeño, dijo el teniente general retirado Ben Hodges, excomandante del Ejército norteamericano en Europa que ahora trabaja en el Centro para el Análisis de Políticas Europeas. “Para lograr el mayor nivel de capacidad que tienen los sistemas occidentales, se necesita un nivel de complejidad que involucre la hidráulica, la electrónica, los sistemas de armas y las municiones que se necesitan para lograr una mayor precisión y alcance”, dijo.
Lista de problemas
Según Watling, lo que sigue es una lista no exhaustiva de los problemas que enfrenta Ucrania al manejar diferentes sistemas de artillería.
Algunos son sistemas de calibre 39 y otros son de calibre 52, lo que les da diferentes rangos. Tienen diferentes repuestos y requisitos de mantenimiento, diferentes mecanismos de carga y requieren diferentes cargas. Pueden usar sus propias computadoras, lo que genera preguntas sobre la transferencia de datos. Existen diferentes requisitos de capacitación para operar y mantener los sistemas, y diferentes cadenas de suministro para las piezas.
Debido a que algunos de estos sistemas se proporcionan en cantidades tan pequeñas, no hay suficientes piezas para rotar dentro y fuera de la línea del frente para el mantenimiento y, por lo tanto, deben retirarse cuando se descomponen.
Las múltiples piezas de artillería con diferentes capacidades también crean desafíos para los sistemas de comando y control y los comandantes del campo de batalla.
Otro problema son los repuestos, dijo Boston. Con sus armas de la era soviética, los ucranianos pueden canibalizar equipos viejos o en desuso para repararlos. “No hay más repuestos que los que han recibido” para los equipos occidentales, dijo.
Algunos sistemas de artillería ahora operados por Ucrania son particularmente desafiantes, en particular el poderoso y capaz PzH 2000 alemán, que tiene, entre otras cosas, requisitos muy específicos para las cargas. Las tropas ucranianas necesitaron unos 40 días de entrenamiento para operar y mantener el sistema. Con 57 toneladas, también es más pesado que la mayoría de los equipos de origen soviético, lo que significa que algunos puentes no son lo suficientemente fuertes para soportar su peso, lo que podría complicar su viaje al campo de batalla.
Con solo 12 plataformas de este tipo enviadas por Alemania y los Países Bajos, el problema del transporte es limitado por ahora. Pero el peso sería un factor si las naciones occidentales comenzaran a enviar sus tanques de batalla, que pesan más de 60 toneladas, aunque eso parece poco probable por ahora.
Ningún analista occidental sostiene que Ucrania estaría mejor sin estos nuevos sistemas. Pero Watling cree que los partidarios occidentales de Ucrania deberían aprender una lección con los suministros futuros, por ejemplo, de vehículos blindados de transporte de personal y vehículos de combate de infantería, y tratar de limitar la cantidad de diferentes sistemas que se suministran.
Por Stephen Fidler
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