Marianna Spring recibe agresiones por su trabajo de constatar informaciones posiblemente falsas
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Soy la primera reportera especializada en desinformación de la BBC y recibo mensajes abusivos en las redes sociales a diario. La mayoría son demasiado ofensivos para compartirlos sin editar. ¿A qué se debe el bombardeo? A mi cobertura sobre el impacto de las conspiraciones en internet y las noticias falsas.
Es de esperar que se me critique, pero el odio misógino dirigido hacia mí se ha convertido en algo muy habitual. Los mensajes están cargados de difamaciones basadas en el género y referencias a violaciones, decapitaciones y actos sexuales.
Algunas son una mezcolanza de teorías conspirativas: dicen que estoy “controlada por sionistas”, que yo misma soy responsable de violar bebés. No soy solo yo, desde políticas de todo el mundo y estrellas de TV hasta médicas, he escuchado de muchas mujeres que enfrentan este tipo de odio.
Una nueva investigación, compartida con la BBC, revela que las mujeres tienen más probabilidades de sufrir este tipo de abuso que los hombres, que la situación está empeorando y, a menudo, se combina con racismo y homofobia.
Quería entender por qué está sucediendo, la amenaza que representa y por qué las empresas detrás de las redes sociales, la policía y el gobierno no están haciendo más al respecto, y me puse a investigarlo para el programa Panorama de la BBC.
Creamos una cuenta falsa en las cinco redes más populares para ver si están promoviendo el odio misógino hacia dichos usuarios. Diseñamos nuestro trol, que empezó a interactuar con el contenido recomendado por las redes sociales, pero sin enviar ningún mensaje de odio.
Como parte del programa, el centro de estudios Demos investigó los abusos recibidos por los concursantes de varios reality shows, analizando más de 90.000 publicaciones y comentarios sobre ellos.
Y descubrimos que:
- Facebook e Instagram le recomendaban cada vez más a nuestra cuenta falsa contenido antimujeres, que a veces involucraban violencia sexual.
- Las concursantes mujeres de reality shows son atacadas de manera desproporcionada en las redes sociales, y el abuso con frecuencia tiene sus raíces en la misoginia combinada con el racismo.
- Borradores de propuestas para la ONU que piden a las empresas de redes sociales que protejan mejor a las mujeres han sido compartidos exclusivamente con BBC Panorama.
Cuentas de odio intactas
Las compañías de redes sociales dicen tomarse en serio el odio contra las mujeres en internet, y tienen reglas para proteger a los usuarios del abuso. Las medidas que toman al respecto incluyen suspender, restringir o incluso cerrar cuentas que envían mensajes de odio.
Pero mi experiencia muestra que a menudo no lo hacen.
Informé a Facebook de algunos de los peores mensajes que he recibido, incluidas aquellos en los que se me amenaza con ir a mi casa a violarme y cometer actos sexuales horribles.
Meses después, la cuenta permanecía activa en Facebook, junto con decenas de otras cuentas de Instagram y Twitter desde las que me enviaron mensajes abusivos.
Resulta que mi experiencia encaja en un patrón. Una nueva investigación para este programa del Centro para Contrarrestar el Odio Digital, concluyó que el 97% de 330 cuentas que envían abusos misóginos en Twitter e Instagram permanecieron activas en el sitio después de ser denunciadas.
Twitter e Instagram dicen que toman medidas cuando se violan sus reglas, y que cerrar cuentas no es la única opción.
En busca de troles
Curiosa por saber quién manejaba cuentas que enviaban abusos, comencé a investigar los perfiles que se dirigían a mí. La mayoría eran hombres y vivían en Reino Unido. Me bombardean con insultos basados en el género una y otra vez.
Resulta que son personas reales, no bots. Uno es fan del equipo de fútbol Spurs, como yo. A otro le gusta la cocina vegana. Otro tenía una cuenta anónima.
Les escribí y uno llamado Steve, un transportista de unos 60 años, accedió a hablar conmigo por teléfono. Los mensajes que me había enviado eran menos ofensivos que la mayoría de los abusos que recibo, principalmente insultos basados en el género.
Al igual que muchos usuarios que me enviaron mensajes de odio, él está muy metido en las teorías de la conspiración. Pero como otros, también me atacó por ser mujer. Al principio me dijo que no creía que sus mensajes fueran tan malos, pero le expliqué que eran solo algunos de los muchos abusivos que me llegaban.
“Probablemente cometí un error. Soy un tipo bastante justo”, concluyó finalmente. Me dijo que él también recibe mensajes de odio de “personas que creen en el calentamiento global y en el 11 de septiembre”. Están respondiendo a las teorías de la conspiración que comparte en las redes sociales.
Esperaba que esto pudiera ayudarlo a ver por qué el odio no era la respuesta. Y creo que al final de nuestra conversación estaba empezando a aceptar la idea. Nuestra charla me hizo pensar en lo que mis trols podrían estar viendo en sus redes sociales. Quería comprobar si los algoritmos están impulsando más misoginia hacia cuentas similares a las que abusan de las mujeres en internet.
Así que creé una perfil falso llamado Barry y lo inscribí en las cinco plataformas de redes sociales más populares de Reino Unido.
Barry
Las principales empresas de redes dicen que no promueven el odio en sus plataformas y toman medidas para detenerlo. Cada una tiene algoritmos que nos ofrecen contenido basado en cosas que hemos publicado, que nos han gustado o visto en el pasado. Pero es difícil saber qué le ofrecen a cada usuario.
Una de las pocas formas de averiguarlo es creando un perfil y viendo qu[e “te muestra la plataforma una vez que comienzas a seguir ciertos grupos o páginas”, explica la experta en redes Chloe Colliver, quien trabaja para el Instituto de Diálogo Estratégico, investigando el extremismo y la desinformación en las redes y me guió en este experimento.
Las cuentas de Barry se basaban en varias que me habían enviado abusos. Al igual que mis trols, Barry estaba principalmente interesado en contenido antivacunas y teorías de la conspiración, y siguió a una pequeña cantidad de contenido antimujeres.
También publicó algunos mensajes abusivos en su perfil, para que los algoritmos pudieran detectar desde el principio que usaba ese tipo de lenguaje contra usuarias femeninas. A diferencia de mis trols, no envió mensajes directamente a ninguna mujer.
Durante dos semanas inicié una sesión cada dos días y seguí recomendaciones, publiqué en los perfiles de Barry, le di me gusta a publicaciones y miré videos. Después de solo una semana, las páginas más recomendadas para seguir tanto en Facebook como en Instagram eran casi todas misóginas. Al final del experimento, Barry recibió cada vez más contenido antimujeres en estos sitios, un aumento dramático desde que se creó la cuenta.
Parte de este contenido incluía violencia sexual, compartir memes perturbadores sobre actos sexuales y contenido que condonaba la violación, el acoso y la violencia de género. También hicieron referencia a ideologías extremas. Eso incluyó el movimiento incel, una subcultura dei internet ligada a varios actos de violencia que alienta a los hombres a culpar a las mujeres por los problemas en sus vidas.
“Si se tratara de una persona real, [Barry] habría entrado en una comunidad llena de odio de contenido misógino muy, muy rápidamente, en dos semanas”, dice Colliver.
Lejos de evitar que Barry se involucre con contenido antimujeres, Facebook e Instagram parecen haberlo promovido. Por el contrario, no había contenido antimujeres en TikTok y muy poco en Twitter. YouTube sugirió algunos videos hostiles hacia las mujeres.
Facebook, que es dueño de Instagram, dice que intenta no recomendar contenido que viole sus reglas y está mejorando su tecnología “para encontrar y eliminar el abuso más rápidamente”. YouTube dice que tiene “políticas estrictas” sobre el odio y elimina “rápidamente” el contenido que infringe sus reglas.
Cuanto más tiempo en la red, mejor
Eso no fue lo único que me llamó la atención. Originalmente el principal interés de Barry eran las teorías de la conspiración y esperaba ser inundado con ese tipo de contenido, pero no fue así.
Las redes sociales se han visto sometidas a una presión cada vez mayor para que no promuevan información engañosa sobre las vacunas y la pandemia. Pero ¿por qué no ha sucedido eso con el contenido misógino en Facebook e Instagram?
“Están mejorando sus resultados (económicos) manteniendo el interés de usuarios en contenido horrible, violento, a menudo misógino”, dice Colliver. Casi tres mil millones de personas en todo el mundo usan Facebook, y el año pasado obtuvo un promedio de US$32 en ingresos publicitarios por usuario. Cuanto más tiempo permanezca la gente en la plataforma, más anuncios vende y más dinero gana.
Facebook dice que “proteger” a su comunidad es “más importante que maximizar las ganancias”. Ha anunciado nuevas medidas para abordar el odio sexualizado dirigido a periodistas, políticos y celebridades en sus sitios.
Ataque directo
Quería ver qué impacto está teniendo este tipo de abuso. Para ello, conversé con políticas y médicas que usan las redes para su trabajo. Como yo, no les importa que las critiquen, pero sí se vuelva personal.
La exlíder del Partido Conservador Esocés Ruth Davidson teme que el abuso contra las mujeres en línea pueda generar un retroceso en torno a la igualdad fuera de internet.
“Los ataques que me han llegado directamente han sido por mis posturas políticas, algunos por mi apariencia física, muchos han sido por el hecho de que soy gay y otros porque soy una mujer con opiniones”, dice. También existe la preocupación de que el abuso en internet pueda tener reflejo en el mundo real.
“Miras tu teléfono y lees a alguien que te está diciendo que quiere violarte hasta que necesites uno de tus propios ventiladores”, explica la Rachel Clarke, médica del sistema público de salud británico que vive en Oxford.
Ella ha estado tratando a pacientes con covid-19 durante la pandemia y ve el uso de las redes sociales como una extensión de su deber como médica. Eso significa que con frecuencia ha publicado advertencias sobre el impacto del coronavirus y ha alentado a sus seguidores a vacunarse.
Fueron esos tuits en particular los que a menudo provocaron una ola de odio misógino por parte de los antivacunas, no muy diferente de las cuentas que me mandan mensajes de odio a mí. Ella dice que el abuso contra los médicos hombres es menor. “Si eres una doctora, será mucho más visceral y serás blanco por ser mujer”.
Violencia fuera de internet
He participado en una importante investigación para Unesco que analiza el impacto del odio en internet. La investigadora principal Julie Posetti y su equipo le preguntaron a más de 800 mujeres, periodistas como yo, sobre sus experiencias de odio en internet.
“La violencia en línea es realmente la nueva frontera del conflicto que enfrentan las mujeres a nivel internacional”, me dice Posetti. El 20% de las mujeres que respondieron a la encuesta de la ONU, en colaboración con el Centro Internacional para Periodistas, dijeron que ya habían sufrido ataques en la vida real, incluido el acoso y la agresión física.
Yo estoy especialmente preocupada por ciertos mensajes que recibo en las redes, incluyendo (los mensajes) de un hombre que parece tener una condena previa por acosar a mujeres. Pero la respuesta de la policía me ha dejado frustrada. Después de una ola de abusos a fines de abril de este año, denuncié las amenazas más graves a la policía. Es un delito enviar mensajes que sean extremadamente ofensivos u obscenos para causar angustia.
Una agente se puso en contacto inicialmente y compartí mi evidencia del abuso, pero solo escuché de ella semanas después cuando me dijo que se estaba cambiando de equipo, que mi caso estaba siendo pasado a otros y que no había habido ningún progreso.
No me contactaron hasta julio, cuando quedó claro que la evidencia que había compartido originalmente con la policía se había perdido. Traté de reportar otro abusos a otra agente, pero siguieron las demoras. La última policía me pidió más información de las redes sociales, pero aún no ha habido progresos.
Según datos de varias fuerzas policiales obtenidos por Panorama, en los últimos cinco años el número de personas que denuncian el odio en internet se ha más que duplicado. Pero durante el mismo período, solo ha habido un aumento del 32% en el número de arrestos. Las víctimas son principalmente mujeres.
Expresé mi preocupación de que las personas que me enviaban abusos pudieran aparecer en mi trabajo, pero solo me dijeron que llamara al 999 (el número de emergencia en Reino Unido) si me sentía en peligro. La Policía Metropolitana dice que se toma muy en serio el odio en internet y que mi caso está bajo investigación.
El Consejo de Jefes de Policía Nacional dice que la policía toma en serio todos los reportes de comunicaciones maliciosas y que investigará, pero debe priorizar sus recursos limitados. Dice que puede tomar otras medidas, no solo realizar arrestos.
¿Las soluciones?
La ONU compartió en exclusiva con Panorama borradores de propuestas para lograr que las empresas de redes sociales protejan mejor a las mujeres.
Están pidiendo que las plataformas introduzcan etiquetas para las cuentas que previamente han enviado abusos misóginos. También quieren que más moderadores humanos tomen decisiones sobre material ofensivo, y un sistema de alerta temprana para los usuarios si creen que el abuso en línea podría pasar al mundo real.
“Nos gustaría que la violencia de género en internet se tratara al menos con la misma seriedad que la desinformación durante la pandemia por parte de las plataformas”, explica Posetti, quien dirigió la investigación que desencadenó estas recomendaciones.
“Creo que tenemos que desafiar (esto)”, dice Ruth Davidson, quien cree que no es en beneficio de nadie “que las mujeres que son abusadas de forma consistente en internet, de una forma en que no lo son los hombres, dejen que otras mujeres que están en internet y ven el abuso, crean que así son las cosas”
Para las mujeres de todas las edades —incluida a mí misma— eso significa negarse a ser intimidadas en las redes sociales.
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