La peor pesadilla de Bolsonaro: los analistas y los mercados comparan cada vez más la economía brasileña con la Argentina
La devaluación del real y la presión inflacionaria impactan en la economía brasileña; genera preocupación el aumento del gasto público
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RÍO DE JANEIRO.- Desde que el gobierno del presidente Jair Bolsonaro dejó públicamente en claro que buscará la manera de flexibilizar normas constitucionales que limitan el gasto público para ampliar la ayuda social, en clima de campaña del jefe de Estado por su reelección en 2022, las comparaciones con la Argentina se intensificaron en el mercado financiero local.
Para muchos analistas, el actual escenario político y económico de Brasil presenta cada vez más semejanzas con el argentino de hoy y de otras épocas, tal vez una de las mayores pesadillas de Bolsonaro, que acostumbra repetir como un mantra que en 2018 su elección logró evitar que Brasil siguiera los pasos de Venezuela y Argentina.
En enero de 2019, la cotización del dólar estaba en baja y giraba alrededor de los 3,70 reales. Hoy, la moneda norteamericana cotiza en 5,68 y algunos analistas ya hablan de un dólar a 7 reales el año que viene. En el primer año de gobierno de Bolsonaro, la inflación cerró en 4,31%. El año pasado subió levemente y llegó al 4,52%. En septiembre pasado, el Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA) aumentó 1,16% en relación con el mes anterior, la mayor variación de un mes para el otro desde 1994. En los últimos 12 meses, el IPCA acumula suba de 10,25% y los brasileños, con razón, están asustados.
Hasta hace no mucho tiempo, la expectativa de crecimiento para el año que viene era del 2%. Hoy, bancos como el Itaú proyectan una caída del PBI brasileño del 0,5% en 2022. La semana pasada, en reacción al aumento de precios que se transformó en un enorme dolor de cabeza para millones de personas que no llegan a fin de mes, el Banco Central elevó la tasa Selic de 6,25% para 7,75%, y de esa manera llevó la principal tasa de interés de referencia del mercado local a su mayor nivel desde el 2002. El objetivo es contener la inflación, pero el daño colateral será enfriar aún más la economía.
Comparaciones
Las comparaciones con la Argentina son cada vez más frecuentes y ya inspiraron columnas de opinión de importantes diarios del país. La semana pasada, la periodista Malu Gaspar, una de las más leídas del diario O Globo, reflejó este ambiente en una columna en la que asegura que “el escenario económico de los meses anteriores a la elección argentina de 2019, que coronó la derrota del liberal Mauricio Macri, pasó a ser parte de las proyecciones para Brasil en 2022″. Según cinco economistas jefes de bancos y consultoras entrevistados por Gaspar y la periodista Mariana Carneiro, “al decidir remover la principal regla fiscal del país (el llamado techo de gastos, vigente desde el 2017), Bolsonaro dio inicio a un giro populista con fines electorales a la Macri. Eso no significa que Brasil vaya a quebrar como Argentina en tan poco tiempo, pero indica una tendencia de deterioro fiscal que puede terminar en descontrol”.
La descripción del actual momento económico y político brasileño es compartida por analistas como Gabriel Barros, economista jefe de la consultora RPS Capital, quien dijo a LA NACIÓN que “todavía no estamos en condiciones de decir que Brasil se va a argentinizar, pero estamos yendo en la misma dirección”. Barros destaca la solidez institucional brasileña y elementos que hoy hacen una enorme diferencia, como contar con reservas de 380 mil millones de dólares en el Banco Central y una deuda pública, en su mayoría, en moneda local.
Todavía no estamos en condiciones de decir que Brasil se va a argentinizar, pero estamos yendo en la misma dirección
Pero al economista le preocupan tendencias que van, según su evaluación, por mal camino. “Ignorar limitaciones de presupuesto fue lo que en la Argentina provocó una espiral inflacionaria que hoy está fuera de control. La Argentina no tuvo madurez para resolver un problema distributivo sin salirse de los límites estipulados. El programa de Macri era correcto, pero contaba con un apoyo internacional de inversiones que no llegaron, el escenario externo cambió y Argentina entró en crisis. Un poco de eso está pasando hoy en Brasil, que el año pasado fue beneficiado por una ola global positiva, pero hoy sufre un freno mundial, sobre todo de China. El año que viene aún será complicado, e internamente el gobierno está tomando decisiones equivocadas”, amplió el analista financiero.
Guedes en la mira
Hay alarma en el mercado brasileño, donde el desempeño del ministro de Economía, Paulo Guedes, ya es considerado por todos una gran decepción. Para algunos, que prefirieron hablar en off, a estas alturas hasta sería mejor que Guedes renunciara al cargo y no siguiera desgastando su imagen y su programa original de gobierno “en nombre del proyecto político personal de Bolsonaro”.
De todas las reformas prometidas por uno de los superministros que el presidente presentó en la campaña del 2018 (el otro fue el exministro de Justicia y ahora precandidato a la presidencia Sergio Moro), la única aprobada fue la del sistema de jubilaciones. Las reformas tributaria y administrativa nunca lograron avanzar, y hoy ya son consideradas promesas del pasado. “Estamos viviendo un momento de mucha incertidumbre, lo que hace, por ejemplo, que el real esté cotizado en casi 6 reales. Debería valer 4,90, pero vale más por el riesgo que se percibe en relación con Brasil, la desconfianza sobre el futuro. Este año, el real es la moneda más castigada en los mercados de la región y comparado, incluso, con la lira turca”, aseguró un analista financiero, quien aclaró que en la canasta de monedas analizada el peso argentino no es tenido en cuenta. Solamente en el primer semestre de 2021, comentó la fuente, el real sufrió devaluación de 10,69% frente al dólar, contra 8,74% de la lira turca y 8,68% del peso chileno.
Otro analista, que también pidió no revelar su identidad, consideró que “Brasil está avanzando en una dirección muy peligrosa que, a futuro, nos podría acercar mucho a la Argentina”. “Como ocurrió en la Argentina con Macri, el gobierno Bolsonaro genero una enorme expectativa en materia económica y no entregó los resultados esperados. Claro que lo que vino después fue muchísimo peor”, señaló.
Otros economistas son menos alarmistas, como es el caso del argentino Eduardo Crespo, profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Para él, Brasil y Argentina son economistas muy diferentes, y en Brasil no existe un riesgo de devaluación como ocurrió en Argentina. “Brasil no está creciendo como se esperaba, eso es cierto, muchas familias están endeudadas, la inflación, en sintonía con la suba de precios global, está más alta, pero veo difícil que siga el camino de Argentina”, remarcó Crespo. El economista destacó la solidez de las reservas del Banco Central y el endeudamiento en moneda local, factor relevante y muy distinto al perfil de deuda argentino.
“Brasil no va a crecer como se esperaba, no se va a reducir la pobreza, ni el desempleo, está claro. Pero los motivos son muy distintos a los de Argentina. Será una década perdida, pero estas comparaciones me parecen salidas de tono”, concluyó el profesor de la UFRJ.
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