Tensión en Bolivia: violentos enfrentamientos en el centro de La Paz
LA PAZ.- En medio de la inestabilidad política en Bolivia tras la salida de Evo Morales del país y la asunción como presidenta de Jeanine Áñez, las manifestaciones y las escenas de violencia se adueñaron de las calles de La Paz.
Los incidentes se registraban en el centro de la capital entre manifestantes leales a Evo y efectivos policiales y militares, que sacaron a las calles al menos una tanqueta, en el primer día del gobierno de Áñez. Los choques se registraban a tres cuadras de la plaza Murillo donde en ese mismo momento la presidenta posesionaba a su nuevo mando militar.
La Fiscalía informó que por lo menos siete personas murieron y más de 100 resultaron heridas desde las elecciones del 20 de octubre.
En las calles de La Paz desde temprano era evidente el choque de dos fuerzas en pugna, las del nuevo gobierno de Jeanine Áñez que buscan transmitir la imagen de normalización, con personal de limpieza que está recogiendo los escombros de las barricadas que bloquearon la mayoría de las calles estos días, y las fuerzas del expresidente Evo Morales, que anuncian nuevas movilizaciones para esta tarde y amenazan con formar una Asamblea Legislativa paralela, ya que tienen quórum suficiente para sesionar.
"Parece que ya se tranquilizó todo", dijo José Coa a LA NACION, un barrendero de La Paz que junto a otro compañero recogía unos ladrillos rotos y restos de llantas quemadas que bloqueaban el paso en la esquina de Yanacocha y la avenida mariscal Santa Cruz, a tres cuadras de la céntrica Plaza Murillo.
"Al menos hoy la mayoría de la gente ya está pudiendo llegar a sus trabajos. Ya no podíamos seguir con un país paralizado", reflexionó José.
Las tareas de limpieza incluyeron varios sitios de esta capital e incluso en Santa Cruz de la Sierra, donde se concentró una mayoría de opositores a Evo, y a partir de la primera hora de hoy el líder cívico Luis Fernando Camacho anunció la finalización de 21 días de paro.
"¡Ya somos libres! ¡Unidos lo pudimos lograr!", gritó anoche Camacho a una multitud enorme reunida frente el icónico Cristo Redentor, de Santa Cruz.
Pero la imagen de normalización va a durar solo algunas horas. Cinco sectores y federaciones que tradicionalmente apoyan al MAS anunciaron movilizaciones en rechazo de la renuncia de Evo Morales y la asunción de Áñez, y en contra de Camacho y del candidato de centroizquierda Carlos Mesa, a quienes acusan de causar convulsión.
"Lo que hizo Áñez, de autoproclamarse presidenta, no es constitucional. Estoy muy triste", dijo a LA NACION Marvin Choque, un joven empresario de 27 años que a las puertas de la Torre Ambar, de avenida mariscal Santa Cruz, estaba aguardando la llegada del personal que trabaja en su academia de lengua aymara.
"El 90% de mis profesores son de El Alto, y me avisaron que no van a poder venir a trabajar porque esta tarde tienen que participar de las marchas. En El Alto controlan mucho quiénes van a las manifestaciones y quiénes no. Por eso no pueden venir a dar clases", explicó Choque.
El joven se confesó simpatizante de Evo "por todos los cambios que ha hecho para integrar a la gente indígena". Pero agregó: "ahora vienen a gobernar de nuevo los de clase media y alta. Se acabó lo de que las mujeres usen polleras de chola y los hombres la ropa típica. Va a haber que volver a andar con traje occidental".
Durante la mañana de hoy, los legisladores del MAS se hallan reunidos en La Paz para decidir los próximos pasos. "Nos mantendremos firmes, sólidos y unidos", advirtió a la prensa la diputada Shirley Franco, poco antes de reunirse con diputados y senadores del MAS. La agrupación tiene 88 de las 130 bancas de diputados y 25 de los 36 asientos del Senado.
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