La OTAN evitó acelerar el ingreso de Ucrania, que no esconde su malestar
En el primer día de la cumbre, los aliados “invitaron” a Ucrania a adherir a la organización, pero con un paquete de condiciones que desvelan el temor a la reacción de Rusia; Zelesnky criticó enérgicamente la “invitación” que no juzga suficientemente franca
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PARIS.- Los países miembros de la OTAN “invitaron” a Ucrania a adherir a la organización, pero sin dar un calendario preciso y subrayando la necesidad de obtener la unanimidad, en la primera jornada de la cumbre de la organización en Vilna. El presidente Volodimir Zelensky esperaba más, pero el paquete ofrecido por los aliados debía tener en cuenta los imperativos de la guerra.
La decisión fue tomada y no habrá retorno. Pero el calendario sigue en el limbo, al menos oficialmente. Ucrania entrará en la OTAN… cuando termine la guerra. Y como el artículo 5 de la Alianza Atlántica estipula que un ataque contra un miembro es un ataque contra todos los miembros, los dirigentes y sus sherpas trataron de hallar la mejor fórmula posible para evitar la trampa de una eventual cobeligerancia.
Reunidos hoy en el primer día de la cumbre en Vilna, los 31 dirigentes de los países miembros de la Alianza —pronto 32 con el ingreso de Suecia— debían hallar un “mensaje claro y positivo”, según la promesa del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
De modo que el comunicado final afirma que “el futuro de Ucrania está dentro de la OTAN. (…) los aliados continuarán ayudándola a progresar en el camino de la interoperabilidad así como de las reformas suplementarias requeridas en el terreno democrático y de la seguridad (…) Nosotros estaremos en condiciones de ofrecer a Ucrania una invitación a incorporarse a la Alianza, cuando los aliados lo habrán decidido y las condiciones estén reunidas”.
La indignación de Zelensky
Mientras el Kremlin denunciaba una cumbre de “carácter antirruso fuertemente pronunciado”, el presidente Volodimir Zelensky criticó enérgicamente esa “invitación” que no juzga suficientemente franca. Con la esperanza de influenciar la organización, escribió un virulento tuit, donde denunció las hesitaciones de los países miembros a tender los brazos a Kiev como deberían.
We value our allies. We value our shared security. And we always appreciate an open conversation.
— Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) July 11, 2023
Ukraine will be represented at the NATO summit in Vilnius. Because it is about respect.
But Ukraine also deserves respect. Now, on the way to Vilnius, we received signals that…
“Parece que no hay ninguna voluntad de dar a Ucrania una invitación a la OTAN. Ni de convertirla en uno de sus miembros”, se indignó, ante la ausencia de calendario para la adhesión.
Pero los miembros de la Alianza responden que la incorporación de Ucrania es una cuestión de todos. Los diplomáticos negociaron durante días para hallar cómo invitar a Kiev con más firmeza que en 2008, sabiendo perfectamente que la puerta de la OTAN no puede abrirse para un país en guerra.
“El mensaje debería ser suficientemente claro para Vladimir Putin. Él quería que Ucrania no entrara en la Alianza, pues ahora le conviene negociar lo más rápido posible”, analiza Galia Ackerman, historiadora, especialista del mundo ruso.
Aparentemente ofendido, Zelensky pareció consolarse con los vivas de una auténtica multitud que se reunió en las calles de Vilna, agitando banderas ucranianas. Hablando en una de las grandes plazas de la capital lituana, afirmó que su país pelea por la democracia y por la libertad de todas esas ex naciones del imperio soviético.
Es verdad que las decisiones dentro de la OTAN no son fáciles. Las sensibilidades son muy diferentes. Por un lado los bálticos querrían integrar a Ucrania lo antes posible, por el otro Estados Unidos, se preocupa por los equilibrios nucleares mundiales. Como sea, Jens Stoltenberg recordó anoche que Zelensky obtuvo un importante apoyo. Sobre todo con la creación de un primer Consejo OTAN–Ucrania, nuevo foro político de alto nivel que no existía antes. Para simplificar el camino a Kiev, los Estados de la Alianza aceptaron también por unanimidad evitarle el Plan de Acción para la Adhesión (MAP, en inglés), un proceso burocrático impuesto a todos los candidatos a incorporarse a la organización.
“El proceso de adhesión para Ucrania no se hará en dos tiempos sino en uno solo”, afirmó Stoltenberg.
Públicamente indignado, Zelensky conoce bien la razón de la ambigüedad. Los aliados quieren evitar atarse las manos con un calendario en plena guerra y, sobre todo, dejar a Vladimir Putin la posibilidad de jugar con el reloj. El presidente ruso podría verse tentado de hacer durar la guerra indefinidamente para impedir la adhesión de Ucrania.
“El gobierno de Estados Unidos no quiere dejar que el tiempo se convierta en un aliado de Rusia”, declaró Johann Schmonsees, portavoz del departamento de Estado norteamericano. Para Washington, Kiev también tendrá que realizar profundas reformas de gobernanza y de lucha contra la corrupción para responder a las expectativas de la OTAN.
Suministro militar
Sin embargo, “la situación es muy diferente a la de la cumbre de Bucarest (de 2008). Hoy invitamos a Ucrania, tenemos un foro de debate y vamos a ayudarla durante el tiempo de sea necesario para acercarse de la OTAN”, explicó Stoltenberg.
Y, sobre todo, los aliados deberían develar mañana, en el segundo día de la cumbre, un plan de “garantías de seguridad” para establecer los principios de un apoyo a largo plazo para Ucrania. Ese documento —que es en realidad lo más esperado e importante de esta cumbre— será la suma de múltiples y duraderos compromisos bilaterales. Francia prometió misiles de largo alcance Scalp —aunque exigiendo a Kiev que su utilización respete rigurosamente los límites de su propio territorio—, mientras que Alemania anunció dos lanzadores para el sistema de defensa antiaérea Patriot, 25 tanques Leopard 1 A5, 40 vehículos de combate de infantería Marder y 20.000 proyectiles de artillería por 700 millones de euros. Están concluyendo asimismo las negociaciones para entrenar a los pilotos ucranianos en los F-16 norteamericanos.
Con el apoyo de los aliados de la región indo-pacífica (Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur), los principales miembros de la OTAN propondrán un apoyo plurianual de los Estados, que otorgará a Kiev una real visibilidad en cuanto al suministro de material militar, de inteligencia y de entrenamiento.
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